Primera Mercadita Artesanal Navideña en Morelia

Eduardo A. Chávez

Artesanía textil de Angahuan, Ahuiran, Nurío y San Felipe de los Herreros, cerámica utilitaria de pasta blanca de alta temperatura y hasta miel melipona de Cuetzalan, fueron reunidas en la Mercadita Artesanal Navideña, una propuesta abierta por primera vez en Morelia para visibilizar y valorar el trabajo de las mujeres artesanas, creadoras o productoras.

Tania Ávalos, integrante de la cooperativa Red Tepeni y organizadora de esto que llama “un primer experimento”, comenta que esta mercadita (así, en femenino) se realizó con la intención de promover el consumo responsable, politizado y socialmente claro: “Que la gente sepa qué es lo que está consumiendo y qué es lo que está sosteniendo con su consumo”.

Las piezas fueron expuestas el pasado jueves 19 de diciembre a la entrada de Giraluna Morelia. Aunque no asistió un público multitudinario, sí hubo una presencia constante de gente que observaba y se mostraba interesada en saber dónde las hacen o cómo son elaboradas. Eventualmente alguien compraba algo.

A pesar de lo reducido del espacio, hubo una gran variedad de artesanías y creaciones puestas a la venta. En cuanto a la artesanía textil, lo que más atrajo la mirada de quienes asistieron fueron los rebozos de telar de cintura fabricados en Angahuan y Ahuiran, la mayoría de algodón. “Su elaboración puede tardar de tres semanas a tres meses dependiendo de la dificultad de la pieza”, comentó Ávalos. Los hubo con rapacejos tejidos o anudados, con artisela, con plumas, de diversos colores y diseños. Junto a ellos se exhibieron huanengos, blusas y camisas deshiladas al estilo de San Felipe de los Herreros.

A la convocatoria también se sumó Ana Lourdes López del taller de cerámica utilitaria “El primor”, una cooperativa de artistas visuales ubicada en Héroe de Nacozari en el centro de Morelia. A ella le correspondía facilitar el taller “Líneas y colores: apreciación del diseño en telar de cintura” que tuvo que ser cancelado por falta de foro. Sin embargo fueron muy solicitadas sus tazas y platos con estampados de hojas y flores naturales sobre pasta blanca de alta temperatura.

También estuvo presente Cecilia García (Cuetzalan, Puebla) de Miel Quetzali, un proyecto de meliponicultores y apicultores que cosecha mieles de dos variedades de abeja: apis mellifera (la especie más común en el mundo) y scaptrigona mexicana. Su labor es heredera de una tradición familiar de por lo menos tres generaciones abocada al trabajo con esta segunda especie que, entre otras curiosidades, no pica y cuya miel (melipona) tiene propiedades medicinales de muy alta eficacia. Comentó a el-artefacto que sus productos eran exportados a Canadá y Europa, pero dejó de trabajar con coyotes (mediadores) que pagaban su miel a precios bajos, la vendían muy cara y la sometían a procesos que le quitaban sus propiedades o su sabor. Desde hace un año vende sus productos de forma directa.

La venta se extendió una hora más de lo planeado. Al finalizar, le preguntamos a Tania Ávalos sobre la posibilidad de repetir una mercadita como ésta: “Justo es lo que estábamos dialogando ahorita. Vamos a pensarle bien si se puede abrir un circuito que sea una especie de tianguis-mercadita para productos de este carácter (piezas artesanales y otros productos hechos con las manos), pero no sabemos todavía si puede ser viable para Morelia o para Pátzcuaro. Hasta ahora no hemos quedado en una fecha próxima”.

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