Rey Blanco

Gerardo Pérez Escutia

La novela que recomendamos esta semana en Bufete Negro es una obra que podemos incluir en el subgénero techno thriller, el cual ha cobrado gran relevancia con exponentes destacados como el francés Frank Thilliez, de quien ya se ha hablado en esta columna. Algunas de sus características son la abundancia de tecnología, el estrecho vínculo con la ciencia, un ritmo vertiginoso, situaciones extremas y mucha violencia, además de tramas adrenalínicas e intrincadas.

Se trata de Rey Blanco de Juan Gómez-Jurado (Madrid, 1977). Esta novela recién publicada el pasado 5 de noviembre en su versión digital ya es todo un fenómeno editorial, principalmente en España donde la novela negra tiene miles de lectores. Este autor rompe todos los récords de ventas, tanto así que sus anteriores novelas ya han sido traducidas a 40 idiomas y han llegado a un millón de ejemplares vendidos.

 Juan Gómez-Jurado

Rey Blanco es la tercera novela de una saga que comenzó en 2018 con Reyna Roja, continuó en 2019 con Loba Negra y ahora termina, al menos por el momento, con la que hoy recomendamos, esta saga tardó 12 años en madurar en la mente del escritor y el resultado son las tres obras mencionadas.

Debo decir que, aunque sabía de la obra de Juan Gómez-Jurado, no lo había leído, ahora que leí Rey Blanco, lamento no conocer sus dos primeras obras de la saga, sin embargo, a despecho de leerlos pronto, este libro se lee sin problema alguno, logra involucrarnos totalmente en sus personajes y en su electrizante trama.

Los personajes principales son: Antonia Scott y Jon Gutiérrez, ellos forman parte del proyecto secreto “Reyna Roja” en su versión española, una brigada policíaca de élite de la Comunidad Europea, que tiene sus versiones particulares en varios de sus países, se caracteriza por su gran autonomía, el uso de las herramientas tecnológicas más modernas y la capacidad excepcional de sus miembros en las disciplinas que manejan.

Antonia Scott es una filóloga experta, con una mente superdotada y una memoria que lo registra todo a detalle, es hija del embajador británico en España; es viuda reciente y el responsable de la muerte de su marido es su némesis y objetivo número uno del proyecto “Reyna Roja”.

Jon Gutierrez, un “Chicarrón del norte”, vasco irascible, un mocetón de 1.90 de estatura y músculos, todo fuerza y voluntad, con entrenamiento militar y experiencia sobrada en las fuerzas del orden, es el compañero y contrapunto de Antonia. Es además de gay, todo lo opuesto de ella, quien es frágil y menuda pero dueña de una voluntad indomable.

La historia comienza cuando dos encapuchados y una mujer secuestran a Jon, Antonia tiene que decidir en segundos cuál es la estrategia que seguirá para rescatarlo, pues de sobra sabe quién es el autor: “Mister White”, un asesino a sueldo al que tienen como objetivo prioritario en “Reyna Roja”. Este es un criminal fuera de lo común, pues hasta hace poco se dudaba de su existencia, dada su capacidad para cometer crímenes sin dejar rastro alguno que lo inculpe. Ahora comienza un juego del gato y el ratón con Antonia en el que se despliegan todas las habilidades de ambos, en el caso de Antonia para rescatar a Jon y capturar a White y en el el caso de este último para lograr sus verdaderos y siniestros fines.

El autor nos presenta una novela muy interesante, con capítulos muy cortos que siempre nos invitan a no soltar el libro por los enigmas que van surgiendo durante la trama. Como en un juego de ajedrez cada uno de los jugadores va planteando sus jugadas y estrategias sin empacho en sacrificar piezas durante la partida, al avanzar la historia paulatinamente vamos conociendo a detalle a los personajes, Antonia va creciendo ante nuestros ojos al descubrirla en toda su complejidad y manías, Jon se vuelve entrañable en su rudeza, se materializa en una lealtad “sin fisuras” que le profesa a Antonia como su buen “escudero”.

Rey Blanco se desarrolla principalmente en Madrid, nos muestra una ciudad moderna y antigua a la vez, con abundantes referencias a lugares emblemáticos y a etapas oscuras de ella, siendo un personaje más en la historia, Antonia se precia de conocerla a profundidad como una cartógrafa experta, en contraste y durante el desarrollo de la investigación el autor nos introduce en una dinámica en la que hay un gran despliegue tecnológico y científico por parte del equipo de Antonia, en donde las ciencias forenses y la informática de última generación juegan un papel determinante para la resolución de los enigmas que se van presentando.

El autor tiene la habilidad de narrarnos situaciones hiperviolentas sin caer en el gore, logrando que la narración se vuelva trepidante con un ritmo especial, casi cinematográfico, que hace muy visuales las escenas, lo cual nos lleva a sentirlas vívidamente en su crudeza.

La investigación se va complicando, entran en escena personajes inesperados que rompen con nuestras suposiciones previas y van haciendo más enrevesada la narración, planteando opciones inesperadas. Una característica mas de esta novela es que como en pocas, el timing de los sucesos se vuelve perentorio y juega un papel determinante en la historia.

Paralelamente al relato, corre una especie de banda sonora que surge en ciertos pasajes: leemos complacidos los que somos fanáticos de él, diversos versos y estrofas de la obra de Joaquín Sabina, que van muy a tono con las situaciones que se presentan en la novela, dándole un sabor particular, desencantado y amargo que casa perfecto con los hechos y los personajes aquí desarrollados.

En fin, para los que gustamos del thriller y el género negro, esta novela es un manjar, tiene todos los elementos para mantenernos pegados a la historia disfrutando de ella, de los personajes y de un desenlace que nos deja exhaustos.

Léanla, no se arrepentirán.

Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de el-artefacto.

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