Eduardo Elizalde: Retrato hablado de la fiera

Eduardo Elizalde 6 De pronto, si quiere escribir versos que arranquen en trozos de piel al que lo lea. Se escribe así, rabiosamente, destrozándose el alma contra el escritorio, ardiendo de dolor, rascándose la cara contra los esdrujulos, asesinando teclas con el puño, metiéndose pajuelas de cristal entre las uñas. Uno se pone a odiar como una fiera, entonces, y alguien pasa y le dice: «vente a cenar, tigrillo, la leche está caliente» Caza mayor VI Me quedo, tigre, solo, satisfecho, Hambriento a veces, aquí en esta cantina donde el…