Livier Fernández Topete
Cada quien sus batallas, hay causas menores y las hay mayores, lo importante es el combate mayor, no las guerritas.
Mirar menos como león y más como niño, en el sentido nietzscheano, menos con la rabia y más con la conciliación (que es distinta a la obediencia del camello), porque lo menor y lo mayor son medidas personales, lo que para uno es combate para otro es naturaleza, lo que para otro es cesión o renuncia para uno es flujo.
Mirar a los otros desde la propia mirada no es mirarlos, es sólo verlos (con ojos miopes, por cierto).
Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de el-artefacto.
Imagen de portada: Miopía, de Addie Hocynec