Viaje a Morelia: La semana de una editorial oaxaqueña en tierras michoacanas

Kurt Hackbarth

Viajar a Morelia nunca es aburrido; sobre todo cuando tu anfitrión es un tal poeta, músico y librero de nombre Caliche Caroma.

Llegamos el domingo en la madrugada a la ciudad de cantera rosa para presentar dos nuevos libros de nuestra editorial Matanga: la novela Centraleros de Antonio Pacheco Zárate, que trata de la vida de tres jóvenes en la Central de Abastos de Oaxaca, y un libro de cuentos fantásticos de mi autoría, Viaje a Monpratior. Nuestro viaje, desde la cantera verde de Oaxaca, había conllevado once horas, dos autobuses, y un sumario desayuno en la Central del Norte a las cinco de la mañana. Ni bien tuvimos tiempo de tomarnos café, sin embargo, antes de enfilarnos al Jardín Las Rosas para participar en el programa de radio “Ex Libris” del Colectivo Artístico de Morelia, conducido por José Luis Rodríguez Ávalos, que justo ese día estaba festejando su aniversario 44.

El lunes arrancamos en el Teatro Ocampo, presentando los libros antes de una representación de la obra “Morguelia”. Como teatrero de corazón, siempre me encanta conocer las entrañas de los teatros, sobre todo los de un venerable edificio como el Ocampo. Durante la presentación, calificada por el compositor Eduardo Solis como una “comedia”, yo, la directora de la editorial Nidia Rojas y Caliche hablamos de los libros, intercambiamos unos cuantos chistes y generalmente nos portamos con la debida irreverencia.

El martes empezamos temprano con una presentación en la escuela secundaria George Washington, donde recibimos una entusiasta recepción de los estudiantes; es en momentos como esos cuando nos queda realmente claro por qué escribimos, por qué publicamos y viajamos. De ahí acudimos al Sistema Michoacano de Radio y Televisión para platicar sobre el proyecto de Matanga en el programa de radio “Por el bulevar de las palabras” con la locutora Claudia Álvarez Medrano. Después, tuvimos la oportunidad de conocer al equipo y ver cómo están renovando la labor del sistema. De repente, armamos un episodio improvisado con el director, Sergio Pimentel, y el subdirector, Benjamín Mendoza, del podcast “Hablamos sin saber”.

Miércoles presentamos en la recién abierta Cafebrería de San José con la musicalización del grupo sonero Sonaxa; ahí nos entrevistó amablemente Ulises Fonseca del periódico Sol de Morelia. El jueves nos dirigimos a Pátzcuaro donde, gracias a la gestión del Doctor Gabriel Sánchez-Ken y la disponibilidad de la directora Sofía Stamatio, presentamos en el Centro Cultural Antiguo Colegio Jesuita. Redondeamos la visita con una buena comida de tierra caliente en el restaurante “La tradición”, un café en los portales y un mezcal en la cantina “El Carajo”. Viernes nos vio de regreso en el Sistema Michoacano de Radio y Televisión, donde participé en el programa de debate “Peras y Manzanas”, conducido por Benjamín Mendoza. De ahí, nos encaminamos a la librería “La inundación” para grabar dos episodios del programa “Librósfera, los libros son el pretexto”. Y después de eso, tuvimos una íntima y muy amena presentación en el Comité de Asuntos Intangibles, gracias al legendario músico y compositor Juan Sebastián Lach.

Pero no habíamos terminado: el sábado nos encaminamos al pueblo mágico de Tacámbaro donde presentamos en la Casa de la Cultura Marcos Jiménez, también con la musicalización de Sonaxa. Después, gracias a la secretaria de turismo Marina Zarco, conocimos varios de los sitios de interés del pueblo, entre ellos la casa de Amelia Solorzano de Cárdenas, la tienda donde trabajó el escritor José Rubén Romero, y la famosa “alberca” justo al lado del balcón que ofrece una gran vista a la tierra caliente.

Más que una mera serie de presentaciones, la semana representó una oportunidad de conocer y compartir puntos de vista con muchas personas. Hablamos de escritura con el narrador Héctor Alvarado y la poeta Livier Fernández Topete. Aprendimos sobre el proceso legislativo en Michoacán y la lucha por los derechos de las mujeres con la diputada Gabriela Cázares. Con la Secretaria Brenda Fraga, hablamos sobre el urgente tema de la migración. Hubo tiempo, además, de refrendar viejas amistades con compañeros de viajes anteriores como el músico Guillermo Portillo Hoffman.

Una semana nunca es suficiente: y menos con un programa así. Pero gracias a la organización de Caliche, llegamos a un amplio público, aprovechando cada minuto y estrechando los lazos entre los autores oaxaqueños –el enfoque de nuestra editorial– y la comunidad cultural de Morelia y Michoacán. Y… cosa que es a la vez promesa y amenaza, ¡volveremos tan pronto como podamos!      

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