ValentÃn Chantaca —¿Veneno en el té? Watson, canalla, ¿por qué? —Elemental, mi querido Holmes. Un dÃa saqué una espina del pie de un dictador africano. Como recompensa, prometió que cumplirÃa mi deseo más anhelado. Se lo dije y aceptó, pero antes de cumplirlo me cortó las manos con un machete. Dijo que era lo justo. No me atrevà a protestar, me despedà con una reverencia. —Qué raro, ¿por qué tienes tantas máscaras en tu casa? —Raro tú, es porque me gusta tener con quien platicar. Escribà esa novela para intentar…