Alejandro Zambra: escritor infiltrado en el cine para sí volver

Noé Almaguer Era un día perfecto para que lloviera en la ciudad de Morelia. Un sol castrense laceraba la ciudad, llenando de bochorno las calles del centro histórico. Todos los días anteriores habían caído aguaceros intermitentes. Pero aún así no llovió. Y aunque el escritor chileno Alejandro Zambra estaba en la ciudad el cielo no se dignó a dar el beneplácito de una llovizna refrescante.  La entrevista -para sorpresa mía y diversión de Alejandro- salió con el primer tiro por la culata. La intención era entrevistarlo sobre su relación con…

Los monstruos, la complejidad humana y yo

Noé Almaguer Zúñiga Si mis padres esperaban que yo, uno de sus cuatro hijos, fuera cualquier cosa menos aspirante a escritor, cometieron, pues, un error grave: llevarnos a mis hermanos y a mí al cine casi todas las semanas de mi infancia. Ahora, veinte años después, fuera de haberme formado como un potencial arquitecto, político, presidente, astronauta, doctor, ingeniero, mecánico o sacerdote, me debato entre comer y mi vocación de narrador. La historia de siempre. La guerra eterna entre el pan y la letra.  Mi fascinación con el cine tiene…

Confesiones y arrebatos II: Error

Noé Almaguer Zuñiga La literatura –estoy casi seguro– es un error irreparable. Yo –con una intermitencia mortal– me despierto con la pregunta ceniza ¿por qué sigo aquí? Y otras tantas veces sólo caigo en la aniquilante y alquitranada certeza de saberme aquí.  A la literatura me dedico y en ella se me va casi todo, aunque -aún- es poco. Las satisfacciones no sobran y tampoco son pocas.  Pero hay salidas del sol en que la amargura abraza y las sombras tiñen partes de mí que están habituadas a la gelidez.…

Una historia irrevocable

Noé Almaguer Zuñiga ¿La vida es este pozo de cagada?– se preguntó Octavio justo al llegar a las puertas de su casa. Tenía el trabajo de sus sueños: era escritor reconocido de novelas policíacas; poseía una bonita casa, un buen carro; a Elena: una esposa hermosa, de hogar e inteligente que lo amaba. Y aun así no era feliz, el muy cabrón. Después de diez años de un atropellado matrimonio, y de ganarse la vida inventando historias criminales, se había dejado seducir por una fame fatale de folletín de las…

Confesiones y arrebatos I: de Sinsabores y Sinembargos

Noé Almáguer Zúñiga Estos días han sido así: un desfile de tiernos ocasos, como fugaces muertes en colores pastel, como si una perfumada cobija para lactantes estuviera tendida sobre el cielo e intentara así disimular -con sus tonos y bálsamos- que la vida recién acabada de nacer con el alba, que la aventura apenas empezada, estaba ya expirando. Porque todo lo que recién nace tiene ya sus días contados. Es el estigma de vivir: que apenas venimos al mundo y ya estamos encaminándonos al otro. Llegar y regresar por donde…

Narrar o pulsión por contar historias

Noé Almáguer Zúñiga Imaginemos que somos comerciantes en plena Baja Edad Media, transportados en un pequeño carromato y que acabamos de llegar a una hoguera a orilla del camino donde otro grupo de personas está congregado para cenar y calentarse. Después de que nos piden identificarnos y corroborar que no somos asaltantes de caminos nos invitan a que nos acerquemos. Durante la velada −ya comidos y entrados en calor por el fuego y las frazadas que traemos encima− un viejo ajado en experiencias echa otro leño a la pira y…

Casi como una película

Noé Almáguer Zúñiga Un cielo encapotado empaña el sol. Pero hace calor. Una lluvia irresoluta de gotas grávidas percute contra la cantera y pavimento del centro histórico de Morelia. Y, sin embargo, un bochorno de proporciones sofocantes persiste ahí donde −idílicamente− no debería de estar.   En la calle Galeana número 384 se puede apreciar una construcción típica del centro de la ciudad: muros grandes, un par de ventanas perfectas para dar respiro al interior y una puerta alta pero estrecha, donde un cartel con alimentos hace de recepcionista. Es la…

Los gatos se despiden de noche

Noé Almáguer Zúñiga La luna se sostenía en la oscuridad como un farol ensangrentado cuando salí a la calle a buscarlo. Mi madre no soportaría enterarse que no había llegado, porque eso representaba la posibilidad de que nunca regresara, y no quería verla caer en una oprimente abulia una vez más. Dos meses atrás su perra, La Muñeca, se había tragado sin consideraciones un pedazo de salchicha tirado en la esquina, que en minutos le hizo terminar expulsando espumarajos por el hocico hasta una desesperada y rápida muerte. Mi madre…

Leo, luego escribo

Noé Almaguer Hace unos días conocí a una escritora, de cuyos versos no quiero acordarme, que, en una conversación que sostuvimos, hizo alusión a varias cosas, entre las que me hicieron ruido su fatua —vanidosa— forma de expresarse de sí misma, casi de manera inocente, puntualizando que era una escritora que hacia sentir cosas a sus lectores, que se le acercaban para agradecerle su forma de conmoverlos, que ella escribe de tal forma y de tal otra, que ella es amiga de tal escritor y de tal escritora, que ella…

Cine + resistencia =  memoria

Noé Almaguer Una tarde apacible de primeros de abril. En el Palacio Clavijero de Morelia es el último día de Muestra: Cine de Autor Ruso Contemporáneo. Una cola que poca a poco se estira hasta llegar al asombro, por ver tanta raza interesada en cine independiente, se prolonga a lo largo del edificio. Hay muchos jóvenes, más de los que se esperarían, como recién salidos debajo de las piedras. En la fila un despistado —o un chistoso— pregunta si es la función de John Wick 4. Y a pesar de…