Materia oscura: Matiné

Magdiel Torres Acerqué mi mano a la pierna de Viridiana, amparado por la tenue luz de la proyección; a ella no pareció importunarle. Confiado en su silencio, empecé a mover los dedos en torno a su pierna, a sentir su redondez. El movimiento era aún torpe y un tanto antinatural, pues acariciaba su pierna con el torso de la mano y no con la palma abierta que a toda luces me daba más capacidad de acción. No sabía cómo hacer para que mi mano volviera tras sus pasos, dejara de…