Ángel de los veranos 

Jesús Gardea Sigue nublado el cielo. Un pájaro pasa y lo raya de negro. La nieve de ayer se extiende hasta donde mi vista alcanza. Su resplandor helado invade el cuarto, destempla las cosas. Cierro el libro que estoy leyendo. Acerco mis manos a la lámpara. El pequeño resplandor del foco me hace bien. Ya no me parece tan desolado afuera. Retiro las manos de la lámpara y las meto en las bolsas del saco. Voy a la cocina. Tengo hambre y ganas de café. Prendo una hornilla de la…