Edgar Allan Poe Soneto a la ciencia ¡Del Tiempo Viejo, Ciencia, eres la hija,que todo lo transformas con tus ojos!¿Por qué, buitre, le acosas al poetacon alas de anodinas realidades? ¿Cómo te ha de amar, cómo llamartesabía si no dejas que vagandoen el cielo enjoyado halle tesoros,por más que se elevó con ala impávida? ¿No has apeado a Diana de su carro,y alejado a la dríade del bosquea un refugio en más fausto lucero? ¿No apartaste a la náyade del río,al elfo de la hierba verde, y de míel sueño…
Categoría: Por sus textos los conoceréis
Isaac Asimov: Amor verdadero
Isaac Asimov Mi nombre es Joe. Así es como mi colega Milton Davidson me llama. Él es un programador y yo soy un programa de computadora. Soy parte del complejo «Multivac» y estoy conectado con otros sectores en todo el mundo. Lo sé todo. Casi todo. Soy el programa privado de Milton. Él sabe más de programación que nadie en el mundo, y yo soy su modelo experimental. Me ha hecho hablar mejor de lo que pueda hacerlo cualquier otra computadora. —Es cuestión de acoplar los sonidos a los símbolos,…
Svetlana Alexiévich: La persona es más que la guerra
Svetlana Alexiévich Los millones caídos en balde abrieron una senda en el vacío… Osip Mandelshtam 1978-1985 Escribo sobre la guerra…Yo, la que nunca quiso leer libros sobre guerras a pesar de que en la época de mi infancia y juventud fueran la lectura favorita. De todos mis coetáneos. No es sorprendente: éramos hijos de la Gran Victoria. Los hijos de los vencedores. ¿Que cuál es mi primer recuerdo de la guerra? Mi angustia infantil en medio de unas palabras incomprensibles y amenazantes. La guerra siempre estuvo presente: en la escuela,…
Inés Posada: La pequeña memoria
Inés Posada Nací en noviembre. Tal vez por eso amo la lluvia, y fue con ella que descubrí la poesía. Escribí una tarde sobre su olor —que es singular y universal— cuando cae a la tierra. Y me sentí ligada a las cosas pequeñas del mundo, a su belleza… unida a la palabra oscura y dulce que las nombra. Siento siempre la poesía como necesidad, pero me demoro en escuchar su voz, en vivir su experiencia y en buscar algo qué decir: algo que valga la pena y la alegría…
Sexagenario baleado en el interior de una vivienda
26 de diciembre 2005 10 de enero 2006 Beatriz Rojas (Ciudad de México, 1982). Periodista y escritora, una de sus publicaciones es Noche de muertos, y ha participado en antologías de narrativa y poesía como Narradores emergentes. Palabra, comunión y desencuentro y El brillo de la yerba húmeda.
Malva Marina: Bitácora visual I
Malva Marina Bajo leguas sobre lenguas Sus inmensos y oleados brazos arrancaban fragmentos de las rocas de su alrededor y celosamente los acogían hasta sus acuosas entrañas negriazules, como el coqueteo de dos extraños que aún creen en la suerte y el idilio. Sin miedo o rencor los trozos de ellas rodaban a flote en el encanto de su cuerpo espumoso, imitando la ilusión borrosa de quien quiere amar sin miedo. Al principio había repulsión por lo desconocido, pero era mayor la curiosidad que la aparente seguridad que da la…
Malva Marina: Impersonal
Malva Marina Juego de sombras PRELUDIO DEL PRELUDIO: En un juego de sombras el sujeto puede perder su identidad y antes de que pueda volver a usar la luz consumirse en la polifonía de su mente. Y a pesar de que su sensibilidad involuntaria ayude a describir el panorama, como cualquier mortal, el sujeto será pesimista y sólo observará al horizonte como una posibilidad eterna o una inalcanzable meta. Así que, antes de iniciar, querido lector, recuerde que todo mercenario inició con su propia cordura. PRELUDIO: Hay muchas puertas para…
Malva Marina: Interiores
Malva Marina Cóctel Sensorial I La arenosidad de las nubes caían como el tiempo en un frasco de cristal. Y la luna evidenciaba las pequeñas casas de un barrio aledaño. Me inmovilicé frente a su luz y la decepción de un viejo grito era ahora el pretexto para cambiar la mirada. El jazz tintineaba a contratiempo de la luna y yo sólo podía ver un azul cremoso derritiéndose en el paladar de mis pupilas. Las estrellas ya no eran luces de ciudad y yo sólo podía ser lunática y escombros.…
Dylan Thomas: Mi mundo es pirámide
Dylan Thomas Quién eres tú Quieneres tútú que nacesen el cuarto vecinotan patente en mi cuartoque alcanzo a oír el vientrecuando se abre y la sombra que avanzasobre el fantasma y el hijo que desciendetras la pared delgada como un hueso de jilgueroen el cuarto sangrante del nacimiento ocultopara el incendio y el girar del tiempola huella del corazón humanono venera el bautismosino la sola sombracuando bendicea la salvajecriatura Mi mundo es pirámide Mitad del padre camaradacuando imita al Adán que el mar sorbieraen su casco vacío,Mitad de la madre…
Roberto Bolaño: Godzilla en México
Roberto Bolaño El mono exterior ¿Te acuerdas del Triunfo de Alejandro Magno, de Gustave Moreau?La belleza y el terror, el instante de cristal en que se cortala respiración. Pero tú no te detuviste bajo esa cúpulaen penumbras, bajo esa cúpula iluminada por los ferocesrayos de armonía. Ni se te cortó la respiración.Caminaste como un mono infatigable entre los diosespues sabías -o tal vez no- que el Triunfo desplegabasus armas bajo la caverna de Platón: imágenes,sombras sin sustancia, soberanía del vacío. Tú queríasalcanzar el árbol y el pájaro, los restosde una pobre fiesta al…