Juan Rulfo: Acuérdate

Juan Rulfo Acuérdate de Urbano Gómez, hijo de don Urbano, nieto de Dimas, aquél que dirigía las pastorelas y que murió recitando el “rezonga ángel maldito” cuando la época de la gripe. De esto hace ya años, quizá quince. Pero te debes acordar de él. Acuérdate que le decíamos “el Abuelo” por aquello de que su otro hijo, Fidencio Gómez, tenía dos hijas muy juguetonas: una prieta y chaparrita, que por mal nombre le decían la Arremangada, y la otra que era rete alta y que tenía los ojos zarcos y que…

Eunice Odio: La dama de bronce

Eunice Odio Aprisionada por la espuma IAprisionada en cárceles de espuma,en la medida de tu cuerpo,no veo pasar la noche,sólo veo el díaque entra por tus axilas transparentesy te desnuda. Veo, amor mío,el lecho donde estamosy compartimoslas dádivas,los cielos…Todo lo que nos negó y afirmó como lo que somos:mil años de alegría corporaly materia sin sombray palabrasque se dicen diurnamente porque vienen del airey hay que oírlas y decirlasa través de los árbolesy en lo que no se escribe porque aún no se inventa sunombre;porque su júbilotodavía no ha sido…

Beatriz Rojas: Cucarachas y gatos

Beatriz Rojas 1 Viven en las grietas                                Del corazónHabitan las hendiduras                             Del pensamientoCaminan sobre mí cuando duermo              Profanan tu imagen desdibujadaVan dejando su excremento granuloso                En cada resquicio de ideaEn el plano material y el inmaterialEn donde se bifurca el sueñoDonde a veces te abrazoEn fotosY sus patitas mugrientas van prostituyendo todoPudriendo la esperanzaOpacando la poca humanidad que quedaEn un reflejo de sonrisa dibujada en blanco y negroManchando con sus alas que no vuelan,dejando huevecillosEn cada esquina del hablaPara ya no decirte nadaSofocada con tantas voces que repiten un sonsonete…

Federico García Lorca: La sangre derramada

Federico García Lorca La sangre derramada ¡Que no quiero verla!Dile a la luna que venga,que no quiero ver la sangrede Ignacio sobre la arena.¡Que no quiero verla!La luna de par en par.Caballo de nubes quietas,y la plaza gris del sueñocon sauces en las barreras.¡Que no quiero verla!Que mi recuerdo se quema.¡Avisad a los jazminescon su blancura pequeña!¡Que no quiero verla!La vaca del viejo mundopasaba su triste lenguasobre un hocico de sangresderramadas en la arena,y los toros de Guisando,casi muerte y casi piedra,mugieron como dos sigloshartos de pisar la tierra.No.¡Que no…

Oscar Eme Mora: Aburrido en cuarentena

Oscar Eme Mora / @asterioonn Estoy; caminando por calles semivacías, entre miradas directas, entre rostros cubiertos de tela y de válvulas respiratorias, sonriendo o apretando los dientes, estoy en una eterna fila de banco bajo el recalcitrante sol, es un martes o cualquier día, respirando mi propio aire, riendo en silencio por un meme, contestando y conteniendo la crisis existencial de algún amigo, estoy por teclear mi NIP, estoy por quedarme en ceros. Estoy; todavía, despertando sin alarmas, con la luz que entra puntual por mi ventana, tirando la basura…

Rudyard Kipling: El vampiro

Rudyard Kipling Una canción en la tormenta Asegúrate bien de que a tu lado peleenlos océanos eternos, aunque esta nocheel viento en contra y las mareasnos hagan su juguete.A fuerza de tiempo, no de guerra,en medio del peligro nos guiamos:Sea bienvenida entonces la descortesía del Destinodondequiera que aparezcaen todo tiempo de angustia y tambiénen el de nuestra salvación,el juego vence siempre al jugadory el barco a su tripulación. De la niebla salen rumbo a la tinieblalas olas que brillan y se encrespan.Casi estas aguas sin conciencia se comportancomo si tuviesen…

Omar Khayyam: El vuelo del alma

Omar Khayyam VI. El vuelo del alma 67Y caso extraño ¿no? De las vidas aquéllasque primero pasaron tras la cortina oscura,ninguna aquí retorna a mostrarnos sus huellas,para abrir nuevas rutas por entre las estrellas. 68Y las revelaciones del sabio y del devoto,que profetas ungidos en llamas difundieron,¿qué son sino consejos de un ensueño remoto,dichos y al punto vueltos a su dormir ignoto? 69Porque si el alma puede dejar su polvo turbio,y cabalgar desnuda por los aires del cielo¿No es, acaso, vergüenza, no es un fatal disturbiohabitar por más tiempo en…

Ingeborg Bachmann: El tiempo postergado

Ingeborg Bachmann Cada día Ya no se declara la guerra,se prosigue. Lo inauditose ha vuelto cotidiano. El héroepermanece lejosdel campo de batalla. El débilse ha adentrado en la línea de fuego.El uniforme del día es la paciencia,la condecoración, la estrella miserablede la esperanza sobre el corazón. Se concedecuando ya no sucede nada más,cuando se calla el fragor del combate,cuando el enemigo se ha vuelto invisibley la sombra eterna de las armascubre el cielo. Se concedepor la huida ante las banderas,por el valor ante el amigo,por la delación de secretos indignosy…

Beatriz Rojas: Lágrimas del cielo

Beatriz Rojas I Cuando la gente reprimió tanta tristeza que no se pudo más, el cielo se llenó de nubes grises y empezó a llorar. Todas las lágrimas que el mundo feroz y violento nos impide soltar comenzaron a brotar,  el llanto silencioso y desesperado de toda la gente, el gimoteo dulce de todos los niños. Por miedo, por prisa o por orgullo, ni una sola lágrima brotó de rostro humano. Caían todas del cielo. Algunas mujeres miraron con envidia a las nubes, extrañando los días en que el llanto…

Charles Bukowski: ¿Así quieres ser escritor?

Charles Bukowski Oh Sí Hay cosas peores queestar solopero a menudo toma décadasdarse cuenta de elloy más a menudocuando esto ocurrees demasiado tardey no hay nada peorqueun demasiado tarde Sí, Sí cuando Dios creó el amor no ayudó muchocuando Dios creó a los perros no ayudó a los perroscuando Dios creó las plantas no fue muy originalcuando Dios creó el odio tuvimos algo útil cuando Dios me creó a mi, bueno, me creó a mí cuando Dios creó al mono estaba dormidocuando creó a la jirafa estaba borrachocuando creó las…