Apuntes sobre un festival que ya pasó

Caliche Caroma Lety Servín estuvo veinticinco minutos en el escenario, supuestamente tocaría cincuenta, casi una hora, pero no se pudo, no la dejaron. La gente pidió la otra, aplaudió, chifló, casi exigió la siguiente canción, pero tras bambalinas Julio César Blasina Palermo, enquistado director de Promoción y Fomento Cultural, dijo que no, gesticuló la negación, muy firme el señor insistió en que ya no había tiempo, señaló con su mano derecha un reloj imaginario. ¿Quién pone a estas insensibles personas a cargo de un concierto musical? La Secum, el gobierno…