Materia oscura: Absit

Angélica Gorodischer Las cosas sucedieron más o menos así. Ese tipo venía caminando por la vereda del barrio. Era sábado temprano a la tarde y el sol le daba en la espalda. Se paró frente a la verja pintada de verde. Ay, no, pensó, ay, no, por favor no otra vez no, ¿cuántos años tendrá? siete, ocho cuanto más, ay, no, no quiero. La reja cerraba un jardín pequeño con algo de césped no muy bien cuidado, una planta de azalea, un jazmín del cabo y casi nada más, si…

Materia oscura: Parientes cercanos

Octavia E. Butler —Te quiso tener —dijo mi tío—. No tenía por qué tener hijos. Hace veintidós años tampoco. —Ya lo sé. Yo estaba sentada frente a él en una cómoda mecedora de madera, en el salón del apartamento de mi madre. A mis pies, un montón de papeles abarrotaba una gran caja de cartón para lechugas: papeles sueltos y con las esquinas dobladas, planos y en sobres, importantes y triviales, todos revueltos. Allí estaba su certificado de matrimonio, la escritura de la propiedad que tuvo en Oregón, una tarjeta…

Materia oscura: Hacia la alegre civilización

Samanta Schweblin Ha perdido su pasaje y tras las rejas blancas de la boletería se le ha negado la compra de otro por falta de cambio. Desde un banco de la estación, mira el inmenso campo seco que se abre hacia los lados. Cruza las piernas y extiende las páginas del periódico para encontrar artículos que apuren el paso del tiempo. La noche cubre el cielo y a lo lejos, sobre la línea negra en la que se pierden los rieles de la estación, una luz amarilla anuncia próximo el…

Materia oscura: Lusus naturae

Margaret Atwood ¿Qué podían hacer conmigo? ¿Qué debían hacer conmigo? Ambas preguntas eran una y la misma. Las posibilidades, limitadas. La familia las debatía todas, sombría y exhaustivamente, sentados a la mesa de la cocina por las noches, con los postigos cerrados, mientras comían sus salchichas secas y correosas y su sopa de patata. En mis fases de lucidez, me sentaba con ellos y participaba como podía en la conversación mientras rebuscaba los pedazos de patata en mi cuenco. Si no, me recluía en el rincón más oscuro, maullaba para…

Materia oscura: Cómo se salvó el mundo

Stanislaw Lem En cierta ocasión, el constructor Trurl fabricó una máquina que sabía hacer todas las cosas cuyo nombre empezaba con la letra ene. Cuando ya la tuvo lista, le ordenó, para probarla, que fabricara unas navajas, que las metiera en necesers de nácar y que las tirara en una nansa rodeada de neblina y llena de nenúfares, nécoras y nísperos. La máquina cumplió el encargo sin titubear, pero Trurl, todavía no del todo seguro de su funcionamiento, le dio la orden de fabricar sucesivamente nimbos, natillas, neutrones, néctares, narices,…

Materia oscura: Dos hilitos de sangre

Rodolfo Fogwill Me sucedió dos veces en Buenos Aires, pero la segunda vez me impresionó más, porque al carácter anómalo —“inusitado”— de la escena, venía a sumarse la desagradable sensación de estar viviendo algo por segunda vez. Y a nadie le gusta sentir más de una vez en la vida que está viviendo por segunda vez algo que se repite. ¿No es cierto? Tal vez lo sea. Yo, en ambas oportunidades, vi correr por la nuca del chofer un hilito de sangre. Fueron jueves, distintos jueves del mismo año y…

Materia oscura: El Huevo

Sherwood Anderson Esta historia no pretende ser un monólogo sobre los pollos; a decir verdad, el verdadero protagonista de esta historia es el huevo. Durante diez años mi padre y mi madre lucharon hasta la saciedad para intentar que su granja de pollos saliera adelante. Finalmente, renunciaron a esa lucha y emprendieron un nuevo proyecto. Se mudaron a la ciudad de Bidwell, Ohio, donde decidieron abrir un restaurante. Tras diez años preocupándose por incubadoras que no incubaban y por diminutas —y a su modo de ver encantadoras— bolitas de peluche…

Materia oscura: Palomar en la playa

Italo Calvino Lectura de una ola El mar está apenas encrespado, olas pequeñas baten la orilla arenosa. El señor Palomar de pie en la orilla mira una ola. No está absorto en la contemplación de las olas. No está absorto porque sabe lo que hace: quiere mirar una ola y la mira. No está contemplando, porque la contemplación necesita un temperamento adecuado, un estado de ánimo adecuado y un concurso adecuado de  circunstancias  exteriores;  y  aunque  el  señor  Palomar  no  tiene  nada  en  principio  contra  la contemplación, ninguna de las…

Materia oscura: La gallina

Federico García Lorca (Cuento para niños tontos) Había una gallina que era idiota. He dicho idiota. Pero era más idiota todavía. Le picaba un mosquito y salía corriendo. Le picaba una avispa y salía corriendo. Le picaba un murciélago y salía corriendo. Todas las gallinas temen a las zorras. Pero esta gallina quería ser devorada por ellas. Y es que la gallina era una idiota. No era una gallina. Era una idiota. En las noches de invierno la luna de las aldeas da grandes bofetadas a las gallinas. Unas bofetadas…

Julio Cortázar: Orientación de los gatos

Julio Cortázar A Juan Soriano Cuando Alana y Osiris me miran no puedo quejarme del menor disimulo, de la menor duplicidad. Me miran de frente, Alana su luz azul y Osiris su rayo verde. También entre ellos se miran así, Alana acariciando el negro lomo de Osiris que alza el hocico del plato de leche y maúlla satisfecho, mujer y gato conociéndose desde planos que se me escapan, que mis caricias no alcanzan a rebasar. Hace tiempo que he renunciado a todo dominio sobre Osiris, somos buenos amigos desde una…