Tu lengua en mi boca de Luisa Reyes Retana

Ángel Hurtado Dios no les da alas a los alacranes, pero sí les da una habilidad tremenda para trepar paredes sin caerse, un aspecto sigilosamente extraterrestre y un veneno capaz de echarse al plato a dos tres cabrones. A los seis años, detrás de mi ventana del cuarto de la infancia se dibujaba siempre el mismo paisaje: un terreno baldío con un espejo de agua al fondo, montones de basura superpuestos en diferentes direcciones, y el tronco de un árbol sin hojas solitario. Tengo pocos, muy pocos recuerdos de ese…