Wisława Szymborska: Fin y principio

Wisława Szymborska Las cartas de los difuntos Leemos las cartas de los difuntos como impotentes dioses, pero dioses a fin de cuentas porque conocemos las fechas posteriores. Sabemos qué dinero no ha sido devuelto. Con quién se casaron rápidamente las viudas. Pobres difuntos, inocentes difuntos, engañados, falibles, ineptamente precavidos. Vemos los gestos y las señas que hacen a sus espaldas. Cazamos con el oído el rumor de los testamentos rotos. Están sentados frente a nosotros, ridículos, como en panecillos con mantequilla, o se echan a correr tras los sombreros que…

Ben Clark: Contra la literatura

Ben Clark Hijos de la bonanza “Hijos de la bonanza” nos llamaban:los que no conocieron ni la hambrunani las agudas larvas de estridenciachillando en el oído por las bombas. Y cuando nuestras piernas tan delgadascaían y sangraban porque el parqueera de un hormigón armado y frío,se quedaban callados, observandonuestro llanto con un gesto de sorna. Debíamos vivir y dar las graciaspor la ocre rozadura en la gargantaque provocaba el aire al refugiarse.Agradecer las flechas de las nubesy que un fango lechoso a nuestros pies—en un último gesto agonizante—le mordiera las botas…

Santa Teresa de Jesús: Vivo sin vivir en mí

Santa Teresa de Jesús Alma, buscarte has de mí Alma, buscarte has en Mí, y a Mí buscarme has en ti. De tal suerte pudo amor, alma, en mí te retratar, que ningún sabio pintor supiera con tal primor tal imagen estampar. Fuiste por amor criada hermosa, bella, y así en mis entrañas pintada, si te perdieres, mi amada, Alma, buscarte has en mí. Que yo sé que te hallarás en mi pecho retratada, y tan al vivo sacada, que si te ves te holgarás, viéndote tan bien pintada. Y…

Pier Paolo Pasolini: Análisis tardío

Pier Paolo Pasolini David Apoyado en el pozo, pobre joven, vuelves hacia mí tu cabeza gentil, con una risa grave en los ojos Tú eres, David, como un toro en un día de abril, que de la mano de un muchacho que ríe va dulce a la muerte. Traducción de Delfina Muschietti Abro a la mañana de un blanco lunes Abro a la mañana de un blanco lunes la ventana, y la calle indiferente roba entre su luz y sus rumores mi presencia infrecuente entre las hojas. Este moverme… en…

25 Instantáneas de Armando Salgado o A dónde vas que más valgas

Héctor Alvarado Díaz 1. ¿En qué momento supiste que lo tuyo era la poesía? Armando1. Supe que me late la poesía desde que identifiqué que soy muchos. Entonces todo se puso cabrón porque viajo por el tiempo a través de esos múltiples yoes, me desdoblo en el presente, y por supuesto, me malviajo con el futuro. En este instante habla mi yo ansioso-poeta, el que no sabe dar una respuesta clara y que es avorazado. A2. Yo creo que no nací para la poesía, que no se me da, no…

Javier Heraud: Yo no me río de la muerte

Javier Heraud Unas cosas     Mariposas, árboles     calles angostas y     venideras, ¡cómo decirles     que a la hora del crespúsculo     sus ramas vivideras volverán     a crujir en la tormenta!     Si en la noche     remontaran el más ancho río,     ¡cómo negarles su candor     sangriento,     su pecho claro     esclarecido!     Mariposas, árboles en la     tormenta, en el río claro     merced vuestras alas al     ruidoso viento     que entre los dos saldrá     la madrugada. Solo      En las montañas…

Sylvia Plath: Últimas palabras

Sylvia Plath Soy vertical pero preferiría ser horizontal Soy vertical pero preferiría ser horizontal. No soy un árbol con las raíces en la tierra absorbiendo minerales y amor maternal para que cada marzo florezcan las hojas, ni soy la belleza del jardín de llamativos colores que atrae exclamaciones de admiración ignorando que pronto perderá sus pétalos. Comparado conmigo, un árbol es inmortal y una flor, aunque no tan alta, es más llamativa, y quiero la longevidad de una y la valentía de la otra. Esta noche, bajo la luz infinitesimal…

Víctor Hugo: Océano Nox

Víctor Hugo Si pudiéramos ir Él decía a su amada: Si pudiéramos ir los dos juntos, el alma rebosante de fe, con fulgores extraños en el fiel corazón, ebrios de éxtasis dulces y de melancolía, hasta hacer que se rompan los mil nudos con que ata la ciudad nuestra vida; si nos fuera posible salir de este París triste y loco, huiríamos; no se adónde, a cualquier ignorado lugar, lejos de vanos ruidos, de los odios y envidias, a buscar un rincón donde crece la hierba, donde hay árboles y…

Gabriela Mistral: La mujer fuerte

Gabriela Mistral Íntima Tú no oprimas mis manos. Llegará el duradero tiempo de reposar con mucho polvo y sombra en los entretejidos dedos. Y dirías: -«No puedo amarla, porque ya se desgranaron como mieses sus dedos.» Tú no beses mi boca. Vendrá el instante lleno de luz menguada, en que estaré sin labios sobre un mojado suelo. Y dirías: -«La amé, pero no puedo amarla más, ahora que no aspira el olor de retamas de mi beso. Y me angustiara oyéndote, y hablaras loco y ciego, que mi mano será…

Xavier Villaurrutia: Nocturno miedo

Xavier Villaurrutia Volver Volver a una patria lejana, volver a una patria olvidada, oscuramente deformada por el destierro en esta tierra. ¡Salir del aire que me encierra! y anclar otra vez en la nada. La noche es mi madre y mi hermana, la nada es mi patria lejana, la nada llena de silencio, la nada llena de vacío, la nada sin tiempo ni frío, la nada en que no pasa nada. Cuando la tarde cierra sus ventanas remotas… Cuando la tarde cierra sus ventanas remotas, sus puertas invisibles, para que…