Los nombres prestados 

Gerardo Pérez Escutia Marta Ferreres, una traductora de mediana edad que llegó a Nidocuervo, un pequeño pueblo perdido en la España rural a vivir con su hijo Abel, un robusto adolescente que padece un trastorno de capacidad de aprendizaje, se instaló en el pueblo buscando un ambiente tranquilo y relajado para hacer sus traducciones y encargarse del cuidado de su hijo. Tomás Laguna tiene toda la pinta de un burócrata jubilado buscando un lugar tranquilo para su retiro. Llegó a Nidocuervo por recomendación de su inmobiliaria, con la única compañía de su perro,…