Casi como una película

Noé Almáguer Zúñiga Un cielo encapotado empaña el sol. Pero hace calor. Una lluvia irresoluta de gotas grávidas percute contra la cantera y pavimento del centro histórico de Morelia. Y, sin embargo, un bochorno de proporciones sofocantes persiste ahí donde −idílicamente− no debería de estar.   En la calle Galeana número 384 se puede apreciar una construcción típica del centro de la ciudad: muros grandes, un par de ventanas perfectas para dar respiro al interior y una puerta alta pero estrecha, donde un cartel con alimentos hace de recepcionista. Es la…