Livier Fernández Topete
Puede gustarnos o no la idea de asistir a un proceso psicoterapéutico o analítico, podemos sentirnos necesitados o no de estos profesionistas, pero comparto una idea sobre lo que esto significa: sacar nuestros trapitos mentales y comportamentales bajo el sol de ese personaje que queda del otro lado del espejo, que si es bueno, hará eco (intentando que resulte lo más fiel posible) de nuestras contradicciones, nuestros discursos, nuestros saberes, nuestras limitaciones, nuestros temores, nuestros deseos, y si es mejor aún, intentará adentrarse en los recovecos de nuestra psique para ayudarnos a desvelar sus símbolos, a secar los trapitos que exhibimos (con o sin pudor) y dejarlos listos para vestirnos de nuevo, ahora con ropa tibia, quizá con algunas manchas que no pudieron salir, pero con aroma y textura más agradables respecto al inicio del proceso.
La figura del psicólogo o el analista, hace preguntas, especula alrededor de las respuestas, teje relaciones de sentido dentro del universo del analizante. ¿Podría este espejo convertirse en virtual? es decir ¿que esté del otro lado de la pantalla? En tiempos ciberfilícos por supuesto que es posible, no es para todos, pero es una alternativa, por ejemplo, para aquellos que tienen la percepción de gozar de poco tiempo o nulo para sí mismos; el tráfico vehicular constante, el exceso de trabajo y actividades, la dificultad para asistir a una psicoterapia presencial, el estado de crisis, la necesidad de una terapia inmediata, la facilidad para conversar con otros a través de la red, son algunos puntos que podrían favorecer la pertinencia de este tipo de psicoterapias y la consideración de sus usuarios.
Desde tu casa o desde el lugar donde te sea conveniente, puedes hacer psicoterapia online desde cualquier dispositivo electrónico.
Quizá valga la pena, en caso de que lo necesites, probar nuevos espejos, al final, la capacidad de reflejo no siempre tiene que ver con presencias físicas, la transferencia ocurre también online, para muestra el botón de los enamorados en el ciberespacio.
¿Te gustaría iniciar un proceso psicoterapéutico de este tipo? Te dejo una buena opción a la mano: una Máster en Terapia Familiar, especialista en terapia individual, terapia de pareja y terapia familiar, ofrece su servicio online.
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