Yo le disparé a Andy Warhol

Rafael Flores Correa

El pop art y el expresionismo abstracto pusieron a los Estados Unidos en el mapa del arte contemporáneo. Andy Warhol fue la superestrella pop.

El polémico personaje de tez cacariza y peluca platinada fue vituperado por muchos como creador de un arte superficial, fácil y comercial, adorado por otros como un gurú de la cultura contemporánea. Cualquiera recuerda sus sopas Campbell’s, las botellas de coca cola, los retratos de Marilyn Monroe y su promesa de que «en el futuro todo mundo tendrá sus 15 minutos de fama». Su taller ocupaba varios pisos de un edificio neoyorkino conocido como «The Factory» donde creaba sus serigrafías y películas y donde daba cobijo a escritores, cineastas independientes y grupos de rock underground.

Todo iba de maravilla; a los cuarenta años era un hombre rico y sumamente famoso, hasta que se cruzó en su vida Valerie Solanas.

Valerie Solanas fue una niña abusada por su padre, huyó de su casa siendo adolescente, se embarazó y dio a su bebé en adopción. Fue una brillante estudiante de psicología y dejó sus estudios de posgrado para viajar por el país. Escribió el Manifiesto SCUM, escoria en inglés y acrónimo de Society for Cutting up Men, algo así como Manifiesto para el exterminio de los hombres. En este texto dice que los varones son genéticamente inferiores y culpables de las guerras, las enfermedades, la violencia y el aburrimiento. Lo vendía por las calles de Manhattan por el módico precio de un dolar para las mujeres y dos y medio para los hombres. La mayoría de sus lectores pensaba que era una parodia o una curiosidad de manicomio pero Valerie se lo tomaba muy en serio. Resultó muy incomoda para los círculos feministas que buscaron distanciarse de ella porque desvirtuaba su discurso.

El encontronazo con Warhol sucedió así: Valerie le llevó al pintor un guión cinematográfico llamado Up your ass esperando que lo produjera. Warhol lo guardó sin leerlo y se olvidó del asunto. Varias veces preguntó ella por su proyecto y Andy, desdeñoso, ponía cualquier pretexto para evitarla. Hasta que Valerie se encabronó.

Valerie Solanas

El 3 de junio de 1968 esperó tres horas en la puerta de «The Factory» hasta que Warhol bajó de su limusina, subieron seis pisos en el ascensor y entraron a una oficina donde varios artistas estaban trabajando. Él comenzó a hablar por teléfono ignorando a la escritora, quien sacó una pistola y le disparó sin dar en el blanco. El segundo balazo tumbó a Andy del susto y ya en el suelo, Valerie se acercó y a quemarropa le perforó el bazo, el hígado y los pulmones. El cuarto tiro dio en una nalga del crítico Mario Amaya que huía a gatas. Luego apuntó a la cabeza del manager Fred Hughes, que seguro se meó del espanto, pero la pistola se encasquilló. Salió tranquila del lugar sin que nadie se atreviera a detenerla.

Esa misma tarde se entregó a un policía de Times Square con una lacónica frase: «Yo le disparé a Andy Warhol» Fue encerrada en un psiquiátrico donde le diagnosticaron un trastorno esquizoide paranoico y luego la condenaron a tres años de cárcel. Pasó sus últimos años malviviendo en las calles, enganchada a las drogas y prostituyéndose. Murió a los 52 años en un asilo para homless en San Francisco.

Warhol sobrevivió al atentado, se vio obligado a usar un corset ortopédico y arrastró la pesadilla por el resto de su vida. Luego de un tiempo sin trabajar agarró un segundo aire creativo con el tema de la muerte como una constante en su obra. Falleció en 1987 en una operación de vesícula. Su ataúd era de bronce macizo con adornos dorados, vestía traje de cachemira, corbata estampada, lentes de sol y peluca platinada. Portaba una rosa roja en la mano. Un funeral muy kitsch, digno de él.

Rafael Flores Correa

Nació de Taximaroa, Michoacán, lugar mejor conocido como Ciudad Hidalgo, Rafael Flores Correa es un pintor y escritor que ya tiene sus añitos, pero con una juventud interior que cada día lo anima a crear más y más. Estudió la Licenciatura en Artes Visuales en la Academia de San Carlos de la UNAM, le dieron clases artistas como Alfredo Zalce, Santiago Rebolledo e Ismael Guardado. Su obra se ha expuesto en Michoacán, Querétaro, Ciudad de México, Medellín entre otros lugares.

Además, Rafa Flores, como le dicen sus amigos, ganó el Premio Estatal de las Artes Eréndira en 2021.

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