Con cien títulos publicados, cumple ocho años Silla Vacía

Raúl López Téllez

La editorial moreliana Silla Vacía cumple en este abril ocho años de estar en circulación. Y no los celebra sólo de palabra: cien títulos avalan una trayectoria que llega ya a varios estados del país y a Europa por la interacción entre autores publicados y las instituciones que fungen como coeditoras.

En un balance, el editor a cargo Miguel Ángel García señala que estos primeros ocho años representan “una consolidación tremenda, gracias al equipo tan profesional que hace Silla Vacía, un grupo de colaboradoras y colaboradores especialistas y sobre todo apasionados de lo que hacen; podemos hablar de una consolidación total”.

Recuerda que al inicio tuvieron que “andar tocando puertas para ver si creían en nuestro sello, en 2014, y ahora nos buscan de otros estados de la República para que les hagamos trabajo, gracias a la calidad que mostramos en cada uno de nuestros proyectos, por una situación importante, nosotros no maquilamos libros, los hacemos con mucho cariño y mucho profesionalismo y eso a final de cuentas se ve en el objeto libro o en el libro electrónico”, se ufana quien también es conocido como El Señor Tarántula.

Miguel Ángel García

Agrega que el catálogo de Silla Vacía ya alberga cien títulos, derivados del área de Humanidades, “la que rige todo nuestro sello”, a través de trece colecciones, “donde predomina filosofía, poesía, estudios sociales, donde se incluyen todos los temas de historia y, sobre todo, el área de traducción -ya tenemos a la fecha tres libros traducidos del italiano al español-, y una nueva colección que acabamos de abrir en diciembre pasado y que se llama, Ellas toman la palabra, libros elaborados exclusivamente por mujeres”.

Del centenar de títulos, García destaca 30 títulos que están completamente con acceso gratuito en la página de la editorial (www.sillavaciaeditorial.com), “sin importar que la mitad de estos están también a la venta”.

Respecto al tema del mercado y la comercialización, el editor reconoce que la distribución sigue siendo el mayor problema. “Es muy difícil enviarle a una distribuidora libros para que se queden con el 70 por ciento del precio, por eso es que apelamos a seguir siendo nosotros mismos quienes abramos las puertas y por ello desde hace dos años tenemos la página web y a través de ella es que estamos comercializando los títulos, con envíos a toda la república y para las versiones electrónicas que son a la venta, nos estamos apoyando a través de Amazon”.

Sobre la posible competencia, advierte que desde Silla Vacía no la ven como tal. “Los temas que estamos sacando son temas de investigación o temas de creación literaria, actuales y muy contemporáneos, entonces, son más bien un aporte; si alguien quiere buscar un escrito de una persona o de un autor clásico, pues no lo vamos a tener nosotros aquí, si alguien quiere buscar las letras de las personas que están produciendo en este momento y que están trabajando, éste es el espacio idóneo para ello”.

Sobre su presencia en España con el poemario Bajo el resplandor crepuscular, de Virginia Moratiel, como en Francia con el libro Bordieu, de René Llored, dice, “es justamente a través de vínculos con ellos, de enlaces que nos proporcionan; nosotros hacemos todas las diligencias en Silla Vacía y con mucho gusto mandamos los materiales”.

En el país, agrega, “estamos en varios estados de la República, primeramente porque nos contactan y nosotros les mandamos el material a consignación con un porcentaje muy bajo para nosotros, porque realmente lo que nos interesa es que los libros se muevan y no se queden en cajas o en bodega”.

De las ediciones agotadas, señala a pregunta expresa que “al menos una decena y justamente fue porque fueron ediciones que se hicieron para conmemoraciones, para eventos especiales y que se obsequiaron gracias a las instituciones; tenemos tres que tenemos ya con un stock muy bajo y que en este año también estarán agotadas”.

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