Filosofía para profanos: deseo, miseria y libertad

Eduardo A. Chávez

¿Qué pasaría si pensáramos el deseo, no como bueno o malo, sino como algo que nos entusiasma, que nos da alegría y potencia, más allá de una moral preestablecida, de lo que se nos impone que deberíamos ser o hacer, más allá de la culpa?  ¿Estamos condenados a ser parte de esa miseria humana que se halla en esa necesidad de sentirnos superiores a los demás y que deriva en la tendencia a anular a los otros, así en las relaciones de amor como en las guerras entre países? ¿Qué clase de libertad puede haber ahí donde podemos pensar, sólo a condición de que no se nos ocurra decir lo que pensamos? Éstas son algunas de las preguntas que formuló Maite Larrauri, destacada filósofa española autora de la colección Filosofía para profanos (diez tomos), durante el “Seminario de Introducción a la Filosofía Contemporánea: Gilles Deleuze, Simone Weil y Hannah Arendt”.

El encuentro se dio en el Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UMSNH, del miércoles 13 al viernes 15 de noviembre –en medio, el Día Internacional de la Filosofía. Más que un aburrido repaso de las obras de estos autores, la invitada ofreció una emocionante muestra de lo que significa el ejercicio de pensar. Su procedimiento fue sostenido a lo largo de las tres sesiones: soltar frases con la (¿perversa?) intención de sacudir al auditorio e invitarlo a descifrar, junto con ella, su significado: “La filosofía, aunque la leamos en nuestro propio idioma, siempre es una lengua extranjera”, “Es con mundos con los que yo hago el amor”, “Lo difícil no es conseguir lo que se desea, sino desear”, “La cualidad humana que nos hace más malvados es la imaginación”, “La tentación de toda relación de poder es que el otro se vuelva una cosa”, “No pienso para encontrar la verdad, pienso para encontrar sentido”… “Yo soy antifranquista y, cuando Franco, me la pasé muy bien”, dijo a propósito de las grandes transformaciones no sólo traen costos negativos, sino también profundas alegrías.

El método Larrauri: frases propias, paráfrasis de otros o citas textuales, hiladas de forma tal que la audiencia no se puede resistir a participar del movimiento del pensamiento colectivo. Junto a ellas, una lista importante de autores con los que ha “conectado” a lo largo de su vida: Michel Foucault, Baruch de Spinoza, Friedrich Nietzsche, John Dewey, Virginia Woolf, Victor Hugo, Antonio Gramsci, Karl Marx, la tradición taoísta. A muchos de ellos les ha dedicado algún tomo de su Filosofía para profanos, que ganó un premio por las ilustraciones del dibujante y coautor Max. “No hay que buscar en la filosofía algo con que entender, sino algo con que conectar”, sentenció.

Con este seminario finaliza la estancia de Maite Larrauri en Morelia, luego de haber participado en el Primer Coloquio Internacional de Filosofía y Teoría Feminista, la semana pasada, y haber impartido una conferencia titulada “Filosofía para profanos”. Si hay un término que la caracteriza, luego de su larga trayectoria, a sus 69 años y ya en su situación de profesora jubilada, es uno de sus conceptos favoritos, entusiasmo: por los encuentros, por la filosofía, por la educación y, sobre todo, por el pensamiento en movimiento.


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