Las diabólicas

Horacio Cano Camacho

En este bufete negro vamos reseñando las novelas conforme las vamos leyendo. Normalmente un día o dos antes de entregar el texto a el artefacto terminamos de leer el libro que comentaremos, de manera que casi todos son novedades que van apareciendo en el circuito libresco. Y digo casi siempre, porque de vez en cuando visitamos a los clásicos. La novela negra actual abunda en personajes, historias y estilos, que le dan diversidad y riqueza, pero sin duda abreva de los fundadores que definieron el estilo y carácter y conviene tenerlos siempre presentes para apreciar mejor a los contemporáneos.

Visitando las librerías me he encontrado algunas reediciones muy apetecibles, sea porque se trata de ediciones muy cuidadas o por la aparición de títulos que ya estaban descatalogados y es una gran oportunidad, y así me hice del libro que ahora quiero comentar y que viene de mis pininos más o menos serios con el género en mi adolescencia.

Se trata de un clásico del género, Las diabólicas, de Pierre Boileau y Thomas Narcejac, aparecido en 1952 y ahora reeditado por Siruela (2022).

Boileau y Narcejac trabajaron sus mayores éxitos al alimón y les funcionó porque dieron con la fórmula que mezcló lo mejor de la literatura “policíaca” clásica y le añadieron lo nuevo aportado por la novela negra. Del primero tomaron la resolución del misterio planteado como un juego de lógica y del segundo género, el análisis del contexto y los conflictos del alma humana, siempre sacando los relatos de las clases altas, para llevarlo a los ambientes citadinos, con la clase trabajadora y la presión social como referente.

Pierre Boileau y Thomas Narcejac

Las diabólicas contienen todo ello y más. Fernand Ravinel, es un vendedor ejecutivo de una empresa de éxito en campo de los aperos de pesca y campamento, lo que le obliga a viajar constantemente, dejado sola a su esposa Mireille sobreviviendo en una modesta casa en Enghien, al norte de París. Mireille se encuentra atada a las “funciones domésticas” y la soledad. Esa vida matrimonial va creando un ambiente gris, lleno de silencios, celos y angustias, hasta convertirse en una vida asfixiante y rutinaria.

Ravinel, incapaz de enfrentar su vida, se busca una amante en la persona de Lucienne Mogart, doctora de profesión y a quien conoce en una emergencia de salud de Mireille. Entre los tres se entabla una amistad extraña en donde Lucienne cada vez se convierte más en una figura autoritaria. Lucienne es ambiciosa y junto a su amante, urden un plan muy elaborado para asesinarla. Ravinel es un hombre de carácter débil, traumatizado por una idea fija que lo persigue desde la infancia, un hombre que incluso disfruta que su amante «lo trate como a un niño».

Al poco tiempo, bajo una presión insoportable por la culpa y aún conmocionado por el crimen, Ravinel empieza a recibir notas de la víctima, señales y evidencias de que su mujer de alguna manera está viva, que en realidad no ha desaparecido y ha vuelto de entre los muertos para atormentarla. El titulo original en francés, que Siruela transformó en Las diabólicas, es La que ya no estaba que nos da pistas del misterio…

Tenemos aquí una historia clásica de la esposa frágil, indefensa, un marido pusilánime pero sádico y una amante obstinada, que condensa a la perfección la esencia misma de la novela de suspenso con el terror psicológico.

Sin duda un referente del género que ha inspirado a directores como Alfred Hitchcock, y -aunque no se le reconozca- a otros autores y al propio cine negro. La versión más renombrada fue llevada al cine en una magistral adaptación por Henri-George Clouzot en 1955 (el también director de las fantásticas El salario del miedo y El cuervo).

Estos dos autores crearon un método de escritura colectiva por correspondencia que produjo más de 40 novelas y la que comentamos probablemente sea la cima del estilo de sus creadores. Nunca se sentaron juntos, Pierre Boileau proporcionaba los argumentos y las ideas principales mientras Thomas Narcejac, decidía la atmósfera y la caracterización de los personajes. Otra de sus joyas es Sudores fríos (RBA, 2013) que Hitchcock convirtió en la inolvidable Vértigo.

La mesa está puesta para este estupendo libro, que además, producto de la genialidad de sus creadores, es una novela muy breve, llena de giros inesperados, acción trepidante, que se lee en una sentada. Ideal para un fin de semana inolvidable. Atrévanse.

Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de el artefacto.

Loading

También le venimos ofreciendo:

Danos tu opinión: