Las mil inauguraciones de Mexican Ruthless

Caliche Caroma

Gran apertura al ritmo de jazz en Mexican Ruthless, en el corazón de Las Américas sonó el saxofón para anunciar que había llegado el momento. El viernes 19 de noviembre se echó a andar, oficialmente, este estudio de tatuajes, barbería, cafetería, cantina de amplia barra y foro cultural que coordina Pachuco Villaseñor. ¿Quién dice que no se puede?

Con artistas como Acoustic Bone, Mexican Ruthless ya había tenido actividad artística desde el 15 de octubre, calentando motores, además artísticos son también los cortes de pelo, el servicio de barbería, los masajes, los tatuajes, Pachuco preparó y pensó todo esto para rodear de misterio a esta propuesta con reminiscencias a los realitys de TLC y public house inglesas, mejor conocidas como pubs. Pre-aperturas fueron y vinieron, y ahora la naranja completa, bienvenida con mimosas, Miguel Ángel y la creación de Adán.

En el número 200-A de la avenida Enrique Ramírez los transparentes cristales permiten asomarse a un ambiente a lo Peaky Blinders, en los muros las imágenes de Elías Rodríguez Ávila, La muerte y sus demonios, obra de figuraciones alusivas al terror de la existencia, el miedo y lo humano, el miedo a lo humano. Cinematográfica experiencia, entre el horror y la cotidianidad, lo horrendo consuetudinario, técnicas mixtas, de interesante narrativa la obra plástica y de repente un busto de algún emperador romano, ¿Julio César, Marco Antonio, Nerón?

En la inauguración de la exposición del 2 de noviembre, o preinauguración, Franco Lugo Monreal interpretó con piano, órgano y gesticulación a Wojciech Kilar, György Ligeti y algo de su ronco pecho. Rodríguez Ávila pasó a otro plano no hace mucho, queda su obra en estas paredes, para acercarse a ella, pensarla, entre medias luces que se apagan y se prenden, el balcón para los fumadores y los carros afueran que pasan y pasan…

De regreso a la más reciente apertura-inauguración-celebración-reunión-encuentro-concierto, la del 19, y con La muerte y sus demonios en las paredes, el cuarteto arrancó con un free jazz, a los seis minutos le ponen Manteca al niño y de ahí pasaron a un arreglo de Cómo es posible que a mi lado de Luis Miguel. Lo músicos con letras de oro: Irepan Rojas, bajo eléctrico; Julio Espinoza en el saxofón; Efrén Capíz, batería; y el ya mencionado Franco Lugo en la guitarra.

En el intermedio, mientras los músicos tomaban un poco de agua, Pachuco Villaseñor dirigió unas palabras acerca de lo que pretende ser este nuevo lugar, en el público sus amigos, familiares, clientes que pidieron reservación para este evento semiprivado: “Un espacio para las artes, para la libertad, mientras más loco sea, más atrabancado, más intenso, más cabe aquí en Mexican Ruthless. Son bienvenidos todos, ofrecemos una alternativa en esta zona y también como concepto, para quien quiera pasar un rato diferente, éste es el lugar, muchas gracias por estar aquí y a disfrutar”.

Quizá sólo faltó la botana, pues gorditos somos.

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