Antigua sangre

Horacio Cano Camacho

A finales del Siglo XVIII surgió toda una corriente dentro de la literatura que incluía elementos oscuros, mágicos, fantasmales y de terror, en una mezcla de realidad y fantasía. Muchos pensábamos que ese género, llamado gótico, había dado ya lo máximo, hasta que llego un escritor de novela negra y lo revolvió, para nuestra fortuna, todo. Se trata de una autor irlandés y que como tal, es muy dado a las historias de fantasmas, almas en pena, viejas casonas y crimen. Es John Connolly, uno de los grandes nombres contemporáneos del género.

Connolly (Dublín, 1968) es un escritor de novela negra dura que tuvo el acierto de sacar a su personaje de Irlanda y darle así credibilidad. Yo pienso que desde un inicio se propuso reflejar en sus libros algunos de los rincones mas retorcidos del alma humana y busco dónde esas pulsiones están más que manifiestas y son parte del paisaje y lo encontró en una mirada a la prensa de Estado Unidos, de manera que, a su gran personaje, Charlie Parker, lo situó allí, pero, además, no en la gran ciudad, sino más en un medio entre el desarrollo y el abandono: Maine, ese estado del noreste, cerca de los grandes centros urbanos, económicos y culturales, pero también de un mundo gótico en sí mismo, con grandes atavismos, bosques salvajes, pobreza y soledad.

John Connolly

Y en este mundo germinan sus historias. John Connolly ha creado un subgénero propio, a medio camino entre thriller y novela negra dura; entre novela policíaca y novela de terror. John Connolly es un novelista gótico en la mejor tradición. Y esta nueva entrega de la saga (la número 18 de las ya publicadas en español y la número 20 de las hasta ahora escritas), lo refleja muy bien. En Antigua sangre (en el original “A Book of bones”, 2021, TusQuets), Connolly retoma algunos de los mejores elementos que le han dado fama mundial. Entrelaza varias historias, el pasado y el presente y elementos de la realidad y de la fantasía.

Un primer momento surge con el hallazgo de un cadáver en Arizona, cerca de la frontera con México. Parker es llamado a identificar un cuerpo que aparenta tratarse de Pallida Mors, una mujer temible, que desde el titulo anterior, La mujer del bosque (ya comentado en esta columna) aparece ligada al aún más siniestro Abogado Quayle que se enfrentaron a Parker en la búsqueda de un libro por el que están dispuestos a todo.

Lejos de allí, en los páramos del norte de Inglaterra, entre ruinas celtas, romanas y medievales, aparece el cadáver de una mujer en lo que aparenta ser un asesinato ritual vinculado a los familistas (Familia Caritatis) que rendía culto a la tierra y a deidades ligadas, en un muy extraño sincretismo con la religión católica y luego protestante, una secta que realmente existió en Inglaterra alrededor del año 1600 y que desapareció de Europa, trasladando su iglesia, hasta la última piedra, para radicarse en el pueblo de Prosperous, en lo que ahora es Maine y que también Connolly ha tratado en libros anteriores.

Connolly aborda en este libro varios de los temas que han sido sus premisas en toda la saga y de alguna manera hace una excelente síntesis en Antigua sangre, por lo que podemos leerlo de manera independiente: El coleccionismo extremo, las sectas cristianas fundamentalistas, el milenarismo, las conspiraciones de grupos que se creen poseedores de verdades ocultas al resto de la población y su vínculo con el poder económico y toda una galería de personajes extremos. Estos grupos y personajes, a la manera de lo escrito por Umberto Eco en El Péndulo de Foucault muchos años antes, tienen planteamientos que a la mayoría nos darían risa, sin embargo, hay quien los toma de manera literal y ese es el centro del mundo de Connolly.

Al descubrir Charlie Parker que el cuerpo encontrado en Arizona fue “sembrado” por los esbirros de Quayle, decide emprender un viaje hasta Ámsterdam y Londres ya que todo gira alrededor de un libro hermético, El Atlas: Un libro, que, según los creyentes, contienen los textos y mapas escritos por los propios dioses antiguos y al reunirse, cambiarán el destino del mundo asegurando el predominio del mal. Para conseguirlo y cumplir sus vaticinios, muchos están dispuestos a cometer los peores crímenes. Parker, acompañado de unos muy maltratados Louis y Angel, además del experto en libros antiguos Johnstone, se embarcan en una aventura muy lejos de sus tierras, confrontando a los peores fanáticos de toda la saga.

El libro, uno de los más ambiciosos y a mi juicio, mejor logrados, hace una visita a varios momentos de la historia, tanto de la edición de libros antiguos (y su prohibición), como de la paulatina exclusión de los católicos por las reformas de Enrique VIII y los movimientos reformistas de la Europa del Siglo XVII con la persecución de los hugonotes, sucesos históricos que en gran medida generaron el aura de misterio y misticismo que envuelve a muchas sectas actuales y les da poder de convencimiento en nuestra época.

El estilo de Connolly desde el primer libro llamó poderosamente la atención de la critica por su calidad narrativa, la complejidad de las tramas, un gran despliegue de personajes y un peculiar roce con lo sobrenatural, los fantasmas, las apariciones y los muertos sin reposo. Connolly lo atribuye a su origen irlandés, donde las historias de fantasmas son de los más normal. Pero constituye un estilo atractivo e inquietante que perfectamente puede situarse dentro de las novelas de terror mezcladas con lo criminal.

Para estas extrañas vacaciones que se avecinan, dentro de una cuarentena todavía indispensable, este libro puede ser un magnifico acompañante y no obstante su volumen, se lee de una sentada, así de apasionante es…

Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de el-artefacto.

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