Raúl López Téllez
Desde diciembre del año 2020, integrantes de la Orquesta de Cámara de la Universidad Michoacana dejaron de percibir su salario, situación que también afectaría a otras agrupaciones de la máxima casa de estudios como el Octeto Vocal y la agrupación Pindekuecha fue desaparecida hace dos años.
De acuerdo con integrantes de la Orquesta de Cámara, quienes piden el anonimato, la Secretaría de Difusión Cultural no ha dado una respuesta a sus cuestionamientos sobre la falta de pago, al igual que en el organigrama de la Universidad Michoacana no aparece la figura de músicos, sino que son tratados como un trabajador más de la institución y a esa categoría se sujeta su asignación salarial.
“Desde diciembre ya no se pagó la compensación anual y a partir de enero ya no se pagaron salarios, hasta la fecha. La Orquesta siguió trabajando desde el inicio de la pandemia (en marzo del 2020), se mantuvo su trabajo en el nuevo formato digital; todavía hasta hace dos meses nos pidieron una participación para la Universiada de la Universidad de Guanajuato, es decir, la Orquesta ha seguido trabajando aunque no nos han pagado todo este año”, narra uno de los integrantes de la agrupación.
Para que se les pague, señala, “nos condicionan a la firma de un contrato que nos hicieron llegar hace aproximadamente un mes, en ese contrato se establecen otras condiciones de trabajo y los compañeros que llevan más de 25 años tendrían que renunciar a toda esa antigüedad, que de por sí la Universidad se ha resistido a reconocerles sus derechos laborales, desde siempre”.
Refieren que sobre el tema, “hay una primer demanda que hicieron hace unos cuatro años o más, en es laudo la Universidad Michoacana se negó a reconocernos como trabajadores de la Universidad, argumentando que la figura de músico no existe en el organigrama de la institución, aún y cuando todos los programas dicen Orquesta de Cámara de la Universidad Michoacana, aún cuando recibimos un salario mensual y cuando tenemos un horario determinado de trabajo”.
En lo que denominan “una serie de ofensivas” contra los integrantes, señalan que “después ya no aumentaron los salarios como se venía haciendo según la inflación, luego, en el Centro Cultural Universitario, empezaron a tomar medidas como, por ejemplo, si uno tocaba de solista, pues necesariamente uno no tocaba en el atril, entonces te descontaban el salario, no solo no te pagaban como solista, sino que además tú tenías que pagarle a quien te suplía, o sea, no salías ni tablas, así este tipo de medidas completamente absurdas.”
Señalan que la “gran mayoría” de los 25 integrantes de la Orquesta de Cámara, no aceptarán firmar el contrato que les ofrecen y han buscado más bien la asesoría legal, al contar con un promedio de 26 años trabajando en la agrupación.
Indica que en el caso de los músicos con menos años en la Orquesta, algunos ingresaron por audición o examen de conocimientos, “un proceso interno que lleva la Secretaría de Difusión pero no nos reconocen como trabajadores, aunque tenemos un número como empleado de la Universidad, pero nunca hemos tenido alguna prestación, salvo una compensación anual”.
Cuestionados sobre la categoría que entonces se les aplica, señalan que “creo que como proveedores (de servicios)”.
-¿Se han reunido con Héctor Pérez Pintor, el secretario de Difusión Cultural?
“Si, hubo una reunión hace tres meses, donde planteó que la Universidad, así, concretamente, no nos iba a reconocer como trabajadores, que la basificación es imposible, sobre todo en estas condiciones y que la única opción de mantenerse trabajando en la Orquesta es firmar este nuevo contrato, la única opción. Dijimos que no, que íbamos a demandar.”
De las otras agrupaciones musicales, citan que a Pindekuecha, “la desaparecieron hace más de dos años y ellos no demandaron ni nada”.
El Octeto Vocal, afirman, se mantienen en la misma situación que la Orquesta de Cámara, y del Cuarteto de Jazz, ignoran cuál es su suerte.
