Caliche Caroma
La Feria Internacional del Libro de Morelia, alias la FILM, antes de inaugurarse ya tiene quejas contra ella. Resulta que los organizadores de la FILM 2022 no quieren a los libreros morelianos porque, según ellos, sólo venden libros usados, ¡virgen santísima, cómo es posible tal cosa! Se pusieron clasistas los súbditos de Alfonso Martínez Alcázar y la brillosa Secretaría de Cultura municipal (en Michoacán tenemos dos secretarías de cultura, la municipal y la estatal, alias Secum, y de las dos no se hace una). “No cumplen con los requisitos”, fue la justificación de la FILM, pero esto, como daremos cuenta a continuación, es una mentira.
Alejandro Mora, dueño de Librería Juárez y representante de Libreros Michoacanos de Ocasión A.C., explicó la situación, primero mostró las pruebas de que habían levantado una queja en la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) por la discriminación sufrida a los expositores locales, pues él asegura que de esto se trata el revés a los libreros morelianos por parte de la administración panista: “Los organizadores de la FILM quieren que se venda puro libro nuevo, pero en la Convocatoria que lanzó la FILM y el ayuntamiento de Morelia no decía nada de esto, véanse el apartado uno del capítulo primero de dicha convocatoria donde dice: Podrán participar libreros e editoriales locales de todos los tiempos, autores y géneros ”.
Con documentos que respaldan sus dichos, Alejandro Mora, en representación de otros libreros morelianos, expresó que este tipo de actos invisibiliza su ya de por sí invisible trabajo, algunos libreros con más de 40 años en el negocio de vender libros también quedaron fuera de la FILM: “Esta discriminación del ayuntamiento moreliano, la Secretaría de Cultura municipal y los organizadores de la FILM sólo es muestra de su desconocimiento del gremio, una ignorancia supina, y de la poca importancia que tiene para ellos el arte de ser librero, pues dejaron fuera a personajes como don Ursus, con una trayectoria de décadas como editor y librero. Pareciera que es un negocio particular y que ellos lucran con estas ferias, dejando de lado a la gente que realmente nos dedicamos al libro”.
Los panistas morelianos son unos expertos en esto de hacer caravana con sombrero ajeno, su reprobable comportamiento seguramente se relaciona con intereses económicos, así lo han demostrado antes, la anterior feria del libro que organizó este ayuntamiento también excluyó a los morelianos y vendió stands a gente de otros estados. Otro dato para confrontarse es de las campañas de publicidad de Alfonso Martínez, en donde se paga a empresas fantasmas de otros estados (incluso internacionales) para difundir la imagen del presidente municipal de Morelia. ¿Serán estas empresas de los mismos panistas?
En el texto que se presentó en la CEDH dice que: “A escasos días que inicie la llamada Primera Feria Nacional del Libro de Morelia, se han acercado a la Asociación de Libreros Michoacanos al menos 7 expositores locales, a solicitar ayuda, toda vez que cumplieron con todos los requisitos que solicitó el comité organizador y contando con su número de folio del registro y aun así les han negado el espacio o no les han notificado si participan en dicha feria, argumentando en su mayoría que no es la temática los libros usados”.
Alejandro Mora es claro en su inconformidad: “Sin caer en el chovinismo, el dato es brutal: más de 100 lugares para expositores foráneos, sólo repartieron unos pocos, menos de diez, para los locales, y sin averiguar que algunos sí vendemos libros nuevos. Sabemos que los expositores de la CDMX venderán libros usados. ¿Entonces para qué sacaron una convocatoria? Juegan con nosotros, nos humillan, pero ya un visitador de la CEDH se encargará de corroborar nuestra queja”.
Y para finalizar, el mensaje contundente: “Lo que queremos es que las ferias de libro dejen una derrama económica para los locales; no tenemos problemas con que venga gente de otros lados, pero sin dejarnos de lado a nosotros. En el caso de Alfonso Martínez Alcázar, que dice que apoya a los morelianos y vemos que nos rechaza, pues es una contradicción, nosotros pagamos impuestos y algunos hasta votamos por él. Es una grosería lo que nos hace, la situación es complicada para los libreros, somos muchos, hay crisis en México y estas cosas no se hacen, no se vale”.
