Caliche Caroma
Noyule Jonard, Leilani Noguez, Linda Vargas y Cristina Ochoa son las responsables del Archivo Dominique Jonard (ADJ), un proyecto que reunió, organizó y clasificó los materiales sui géneris que dejó el cineasta que se denominaba a sí mismo como un “franco purépecha”. El jueves 16 de febrero, en el Centro Cultural Clavijero, las cuatro mujeres dieron cuenta del arduo proceso del ADJ ante un auditorio repleto.
Artista visual, cineasta, ciclista, Dominique Jonard abandonó Francia en los sesentas porque no quiso hacer el servicio militar, vivió hasta el final de sus días en Morelia, Michoacán, antes estuvo en Latinoamérica y el Sur de México. Aquí dejó raíces, familia, misterios y recuerdos, fue una gran influencia para artistas visuales, cineastas e incluso músicos. Sus trabajos de animación con dibujos creados por niños de zonas rurales y urbanas le merecieron premios y reconocimientos de instituciones y la gente que colaboró con él hoy lo recuerda con cariño. Cine comunitario es una de las etiquetas que más se asocian a la producción de Jonard, quien nació en 1956 y murió en 2018.
Para los morelianos no era raro encontrarlo en la plaza principal del Centro Histórico, recostado en el suelo sobre un enorme pliego de papel kraft en donde Dominique Jonard dibujaba, con pasteles, escenas de la cultura michoacana (el lago de Pátzcuaro, mariposas monarcas, viejitos bailadores, etcétera), ponía una cesta de palma para que la gente le cooperara lo que fuera su voluntad: “Lo que le agradezco a mi padre es que él me puso a trabajar desde muy temprano”, dice en un video en donde Dominique habla de su trayectoria, sus procesos creativos y sus orígenes.
Su hija, Noyule Jonard, junto con Leilani Noguez, obtuvieron el Focine Acervo en 2021, apoyo muy peleado del que sólo se dieron 13 en México, de esos la mayoría son para gente de la CDMX, por eso es tan especial este resguardo realizado por las michoacanas, a las que se les unieron Linda Vargas y Cristina Ochoa, con las que se formó un equipo de trabajo especial, no sólo por la amistad, sino por los resultados y la continuación del apoyo por el Focine para 2022 y 2023.
La presentación del ADJ fue muy emotiva, hubo lágrimas, anécdotas, risas, pero sobre todo se dio cuenta de una labor monumental por parte de las 4 jóvenes. Noyule, directora del ADJ, y las otras tres integrantes desmenuzaron los procesos por los que atravesaron para darle forma al archivo, además dieron a conocer que el Canal 6 de Julio y la Cineteca Nacional las ayudaron para la restauración y la digitalización de los archivos. Dominique Jonard fue un autodidacta, tanto en la pintura como en el cine, un artista siempre inquieto, involucrado en mil cosas, por esos sus materiales no tenían un orden pensado para la posteridad, situación a la que se enfrentaron las encargadas de este proyecto. Los formatos del archivo van del Beta, pasando por el VHS, 16 y 35 milímetros, fondos para las animaciones, móviles (marionetas para las animaciones), hasta fotografías, artículos periodísticos, programas de mano, apuntes y más, mucho más.
El ADJ está expuesto en la Sala 2, planta baja, del Centro Cultural Clavijero y si no hay una fiesta privada, se puede visitar en los horarios establecidos por este espacio que también es salón de eventos privados. Pueden verse algunas de sus animaciones en filminlatino.mx, en Youtube se encuentra la entrevista que se cita en este texto y que se encuentra al final del presente texto. Para finalizar, compartimos un testimonio de Eduardo Solís Marín, quien compuso la música para varias animaciones de Dominique y tuvo una amistad de varios años con él.
Eduardo Solís sobre Dominique Jonard
Trabajé con Dominique Jonard como compositor e ingeniero de audio desde el año 1994 hasta el 2002, aproximadamente. Nuestra amistad y complicidad en el arte se conjuntaron en los siguientes cortometrajes para cine: Aguas con el Botas; Raramuri, Pie Ligero; Desde adentro; Santo Golpe; La Degénesis y Un brinco pa’allá. Todos estos trabajos estaban apoyados parcial o totalmente por becas nacionales e internacionales. La producción de Jonard siempre respondió en su naturaleza, forma y tiempos con las necesidades propias de creaciones espontáneas creadas por los niños de diversas culturas de México.
Con Dominique fueron muchos y muy exitosos los resultados de estos trabajos, contando con múltiples premios nacionales e internacionales. Fuimos socios del estudio de audio digital FONUS y cultivamos una divertida y profunda amistad en el arte, en el ciclismo de montaña y en las causas humanistas. Ahora me considero un ser afortunado al haber estado tanto tiempo encerrado en los estudios de audio y cinematografía discutiendo acaloradamente en la producción, en la cual era sumamente detallista y exigente. Valoramos el respeto al trabajo de coproducción artística con un énfasis en todos los casos en pro del producto final. Dominique, artista polifacético con el cual siempre abrimos y cerramos círculos virtuosos de creación. La ausencia de Jonard deja intersticios donde proliferan nuevos mundos que le reconocen como pionero, ejemplo e inspiración.
Escritor putrefacto que deja el alma en cada tecla, a veces es grasa esa alma. Ganador dos veces consecutivas del premio «Mejor dedícate a otra cosa». En su casa lo conocen como Panchito porque baila el cha cha cha. Quiere adelgazar, pero no puede.
