Héctor Alvarado Díaz
1. ¿Cambiarías de sexo?
A ser mujer estoy condenada toda la eternidad. Mi condena yo misma me la impuse el día en que tuve mi primer hijo. En aquel momento decreté ante la Madre Tara (la energía femenina del Tantra) que jamás en esta ni en ninguna vida, si es que existen otras, estaría dispuesta a negociar la fertilidad de mi vagina. No me concibo sin la posibilidad de engendrar. Tampoco estoy dispuesta a renunciar a ser tentada de vez en vez por la traviesa y juguetona serpiente. Hay una Eva dentro de mí que se divierte mucho. Y hay una Lilith, que se goza bastante más.
2. George Bush te late para: ¿una novela? ¿un poema? ¿un haikú? ¿una esquela?
Un haikú, imposible, en este señor no habita la empatía y mucho menos la identificación con la naturaleza.
Un poema, la sola palabra Bush sale del campo de mis sentimientos.
¿Una novela?: pérdida de tiempo, demasiadas páginas dedicadas a su indolencia.
La esquela me late siempre y cuando diga: Pasó a peor vida engendro sin órganos sensoriales para palpar el mundo exterior.
3. ¿Hasta dónde llegarías para no dejar de escribir?
Lo que es uno, es uno. A la locura.
4. Describe tu lado decente y tu lado indecente.
Mi lado decente: el derecho, no intentar salvar a nadie. El indecente: el izquierdo, apostar por el amor.
5. ¿Anómala o normalita?
Hacedora de vacíos, me da miedo un día ya no existir.
6. ¿Te enamorarías de otro fatalista?
La fatalidad es la madre de todas las pasiones. Sí.
7. Si tu computadora naufraga ¿te ahogas con ella?
Claro que no, aprovecharía para librarme de ella y empezaría a ser práctica. Por ejemplo, abriría un negocio de computadoras y buscaría a escritores para vendérselas en abonos. Por supuesto cobraría muchos intereses.
8. ¿Forjas o acaricias el lenguaje?
Ni lo forjo ni lo acaricio, mas bien lo puteo.
9. Tu mejor y tu peor influencia.
La mejor, la indígena. La peor, mi encuentro real con esa “otra” dentro de mí que un día se advirtió prisionera de la “civilización” occidental. Me refiero a esa muy particular manera de interpretar la realidad de los dizque occidentalizados.
10. ¿Si fueras neocelandesa perderías la esperanza?
Definitivamente, sí. Mis raíces Olmecas, Toltecas… Es decir, tener en mi genética y en mi corazón la semilla de las seis más antiguas culturas, me refiero a la de Anáhuac, es lo que me da la esperanza de un mundo mejor.
11. ¿Vives al borde del caos o ya lo superaste?
Vivo en el caos. México es un país con dos realidades, siempre en lucha. Una la indígena y otra la europea; dos maneras muy diferentes de leer el mundo. Así que desde este caos he tenido que aprender a mirar y a crear.
12. ¿George Clooney o Tommy Lee Jones?
Tommy. Me fascina su actuación en El fugitivo. A propósito, a veces, me encantaría fugarme y ser fugitiva de mí.
13. ¿La neurosis es la autora más brillante?
Más que mi delirio encapsulado. No.
14. ¿Te gustan los vestidos a rayas?
Los odio. El único atuendo que me gusta es el que portan las cebras. Y mis pijamas de franela azul.
15. ¿Esperas que te secuestre un extraterrestre?
Me vivo así. Secuestrada por uno que para vengarse de mí me trajo a la Tierra. Todas las noches dejo en mi escritorio lo que escribí o lo que no escribí en el día. Y al amanecer descubro las hojas magulladas. Esa es mi venganza y también mi vergüenza, pues cuando no le gusta (que es muy a menudo) mi estudio huele a letras podridas.
16. Los viajes ¿lustran, ilustran o deslustran?
Lustran, pues casi siempre me fascina el lugar a donde voy; me saca brillo conocer nueva gente. También ilustran pues agrego a mi mundo una nueva mirada y unas cuantas direcciones de correos más. Y deslustran cuando cometo la torpeza de enamorarme.
17. ¿Qué te hace llorar?
Tenerme que regresar de un país enamorable. Picar cebolla. La ingratitud. Citando a mi amiga Anna Kullick, Me hace llorar la gente que no tiene memoria en el corazón.
18. ¿La política? ¿la literatura? ¿el sexo?
La trilogía completa. Inevitablemente estoy atravesada por las tres. La una, la otra y la última invocan en mí un estallido profundo y me hacen sentir rabiosa y viva.
19. Si volvieras a nacer ¿quién serías?
La Malinche, pero no la que describe Octavio Paz en el Laberinto de la soledad, “la Chingada en persona”. No, ésa no, sino la Malitzin que describe Justo Sierra “…la Malitzin, la lengua, es el verbo mismo de la conquista.”
20. Hipotética: Si Dios fuera mujer ¿el mundo sería mejor?
No sé si mejor, pero de seguro habría menos gente en el planeta. Pues si Dios fuera mujer a los varones les tocaría embarazarse.
21. ¿Qué animales te llevarías en el Arca de Malena?
A la familia de peluche. Sólo subiría animales que les puedas poner off y on. No me gusta limpiar sus miserias. Ya tengo bastante con las mías.
22. Colores fundamentales en tu vida.
El naranja, el turquesa, el verde, el morado, el amarillo. No podría vivir sin color.
23. ¿Podrías vivir completamente sola?
Imposible. Siempre me acompañan mis fantasmas. No puedo prescindir de ellos.
24. Arcano más importante.
El XIII. La Muerte. Es un portal que penetra todo lo que existe.
25. ¿De qué trata tu nuevo libro?
Se trata de indagar cómo chingados salir de ese laberinto de soledad en que nos metió Octavio Paz.
Malena Múzquiz (Monterrey, 1954).
Licenciada en psicología clínica. Máster en humanidades. Ha ofrecido varios talleres de creación literaria. Libros publicados de poesía: Acto de amor, libro arte objeto, 1991; En abril puedes decir lo que quieras, 1994; Azulona en movimiento, 1995; Escritura de lo que ya no es nada, 1997; Geranio y sombra, 2016. Novela: El fantasma del Foresta, 2005.
Es originario de Monterrey. Cursó la carrera de Letras en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Ha publicado 11 libros (6 novelas, 4 libros de cuentos y uno de entrevistas a escritores de Nuevo León). Por su trabajo literario ha recibido premios nacionales e internacionales. Fue Director de la Editorial de la Universidad Michoacana de 2013 a 2017. Su más reciente novela publicada: Supercolonia (UANL-Textofilia, 2019).
