La congruencia en el Tantrismo budista

Livier Fernández Topete

El tantra (telar, tejer, deformar, continuidad, práctica) se ha desarrollado en líneas budistas, yainas, bon e hinduistas. 

Poniendo el foco en el tantra budista y de acuerdo a Introducción al Tantra del Lama Thubten Yeshe,  sus prácticas y enseñanzas se ubican hace unos 2500 años, la época del Buda Shakiamuni (el príncipe indio Sidarta nacido en el siglo VI antes de Cristo). Se dice que pasó las primeras tres décadas de su vida rodeado de placeres en el palacio de su padre (el rey Sudodana); mientras crecía, tomaba consciencia cada vez más profunda de la enfermedad, de la vejez y de la muerte, sintió entonces la necesidad de salir de los límites del reino en busca de una forma de vida que rompiera con la infinita cadena de la insatisfacción y del sufrimiento. En su camino, pasó del ascetismo a la reconciliación de sus deseos e integración del placer hasta lograr un equilibrio o estado de iluminación capaz de alcanzar la paz. 

Los tres aspectos principales del recorrido hacia la iluminación, desde esta mirada, son: la renuncia; el corazón dedicado de la bodichita; y la visión correcta de la vacuidad; tres estados mentales que hacen posible la transformación tántrica, denominados por Thubten Yeshe (también conocido como Lama Yeshe) como: Emerger, Abrirse y Disolverse. 

Renuncia o Emerger, es desistir a los deseos/placeres sensuales, no reprimirlos o rechazarlos, sino reconocerlos como satisfactores transitorios que, llevados a la concentración en ellos y a su incansable complacencia, terminan sometiendo, esclavizando y enlazando a un círculo vicioso sinfín. Renunciar al aferramiento o dependencia al placer, es dimitir a las expectativas que tenemos en relación a esos placeres, porque son estas expectativas las que transforman el gozo en dolor. El término tibetano que se traduce como “renuncia” tiene el significado de “emerger definitivamente” al desarrollar el desapego. En lugar de refugiarnos en la ilusión de los objetos de deseo o en el espejismo de los sentidos, se procura el refugio en el potencial interno de satisfacción más allá de los sentidos (el hallazgo de la divinidad interior, de la conjunción ánima y ánimus, según Jung). Aunque el Tantra propone el disfrute a través del cuerpo como una posible vía rápida de acceso a esta conexión/satisfacción espiritual, no es recomendable ponerlo en marcha si no se entiende la naturaleza del deseo humano. Los budistas suelen decir: “Me refugio en los Budas, me refugio en el Dharma, me refugio en la Sangha”, para subrayar en dónde se pone ahora la atención. Esta nueva guarida es la de la triple joya, dicho de una forma sencilla: Buda (el potencial de ilumación en cada uno), Dharma (el entendimiento accesible a todos a partir de las enseñanzas del Buda) y Sangha (los otros, la comunidad que practica el Dharma). 

Corazón dedicado de la bodichita o Abrirse, es hallar la motivación suprema (bodichita) rumbo a la iluminación total (Bodi o Budeidad), yendo de la realización personal al beneficio de los demás, pues, desde esta perspectiva, la felicidad suprema se experimenta al cultivar la felicidad de los otros. Abrirse es abrir el corazón a la dedicación de los otros, que tiene que ver con el desarrollo de la ecuanimidad, principio de la compasión universal.

Visión correcta de la vacuidad o Disolverse. La visión correcta es posible en todo sitio, siempre, consiste en la liberación de prejuicios respecto a nuestra percepción de la realidad, la disposición para Ver sin falsas proyecciones ni alucinaciones de por medio, identificar al enemigo interno: el aferramiento al ego y la inseguridad, suavizar la fijación a conceptos, cultivar el camino medio, adiestrar la contemplación de la claridad básica de la mente para entrar en una experiencia de no dualidad. Los lamas tibetanos dicen que “no ver es la perfecta visión”, la trascendencia del dualismo, la integración del Todo, la rendición a la Unidad, la fusión gozosa de uno con todo/s lo/s demás, es decir, la disolución del Yo que nos deja vacíos para recibir, conciliar y reunir.   

Recapitulando, los tres principales aspectos del camino hacia la Budeidad son: 1) Renuncia o Emanar: la renuncia a las expectativas evocadas por el deseo (no represión ni rechazo, sino templanza -la no exaltación-); 2) El corazón dedicado de la bodichita o Abrirse: o sea, la motivación suprema hacia la iluminación incluyendo la dedicación a los otros, entendida no como sacrificio, sino como ecuanimidad y como compasión universal, y 3) La visión correcta de la vacuidad o Disolverse: Ver sin ver, liberarse de prejuicios, disipar el ego y reunirse con todos y con todo. Los tres estados mentales que hacen posible la transformación que se entreteje a través del telar del Tantra.

Imagen de portada: Vajradhara, en unión con Prajnaparamita.



Livier Fernández Topete
(Ocotlán, Jal.)

Lic. en Psicología (ITESO); Maestría en Artes, Especialidad en Educación en el Arte (UANL); Certificación Internacional como Sommelier de Té (EL CLUB DEL TÉ). Su libro aforístico A mares fue publicado por la UANL dentro del marco de la FIL (Monterrey 2011). Becaria del Centro de Escritores de Nuevo León en el género de Poesía donde escribió el libro Frente al desierto, publicado en el 2016 tras ser seleccionado en una convocatoria para escritores michoacanos o residentes de ese estado, por DIABLURA EDICIONES y la SEMICH (Sociedad de Escritores Michoacanos).

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