La Edad del Vicio

Gerardo Pérez Escutia

“Recuerda que nada cambiará, que estamos en la Kali Yuga, la edad de la perdición, la Edad del Vicio”.


Cinco sintecho que dormían durante la madrugada junto a la carretera de circunvalación al interior de Nueva Delhi, fueron arrollados por un Mercedes Benz que circulaba a toda velocidad y que perdió el control; sus cuerpos fueron arrastrados por más de diez metros haciéndose pedazos.

En el lugar del accidente una turba furiosa rodea al auto mientras señalan a un joven aferrado al volante, la policía aparta a la muchedumbre y sacan a rastras al joven que apesta a alcohol, su rostro luce extrañamente lucido y expectante. Los agentes revisan sus credenciales y lo identifican como Ajay, hijo de Hari con fecha de nacimiento del 1 de enero de 1982; el Mercedes está registrado a nombre de Gautam Rathore, un junior millonario de la élite, hijo único de un parlamentario, el maharajá Prasad Singh Rathore.

Este es el comienzo del libro que reseñamos en esta nueva entrega de Bufete Negro, se trata de La Edad del Vicio (Penguin Random House) de Deepti Kapoor (Uttar Pradesh, India, 1980).

La literatura contemporánea de la India y la cultura de ese enorme país, resulta un tanto extraña a nuestros ojos occidentales, a pesar de que en las últimas décadas ha emergido como un gigante económico y demográfico que se moderniza a pasos agigantados, mantiene una cultura de castas milenaria que lastra el desarrollo de cientos de millones de personas; el libro que reseñamos en esta ocasión nos permite un acercamiento de primera mano a ese fascinante y abigarrado mundo que es la sociedad actual de la India.

Deepti Kapoor fotografiada por Joao Henriques

Ajay nació y creció en la absoluta miseria en Uttar Pradesh, un estado cercano a la capital Nueva Delhi, proveedor de mano de obra barata y de insumos agrícolas para las grandes empresas asentadas en la capital. Cuando ajay era niño, fue testigo de la muerte de su padre por falta de dinero para poder ingresarlo al hospital público, además, al carecer de recursos y tener prohibido el acceso al campo crematorio, él y su madre tienen que incinerar el cadáver de su padre con aceite usado y madera.

Por si esto fuera poco, el cacique local reclama a la madre de Ajay el pago de una deuda contraída cuando estaba enfermo el padre, quedando a merced de sus esbirros por un incidente absurdo que involucraba su única posesión: una cabra; en su desesperación la madre busca a un contratista local, quien ofrece pagar la deuda, en compensación, la madre le entrega a Ajay, sellando así su destino.

Ajay es llevado junto con otros niños más allá del Himalaya, en el Punjab es vendido a un granjero rico, para su buena fortuna lo tratan bien, accede a un mundo que nunca había imaginado, y su trabajo consiste en servir de sol a sol al granjero y a su esposa, a cambio le dan casa, alimento y un trato amable, Ajay poco a poco va descubriendo su vocación de “servir” encontrando en ello una satisfacción nueva, aprende a hacer todo lo necesario para mantener una granja y se vuelve indispensable para sus empleadores.

Cuando Ajay crece, el azar lo lleva a conocer a Sunny Waidahijo de un rico empresario de Nueva Delhi, quien queda muy impresionado por la eficiencia del trabajo de Ajay, su estricto sentido del deber, discreción y disposición, por lo que le entrega una tarjeta y le pide que vaya a buscarlo a Nueva Delhi.

Neda es una periodista perteneciente a las clases altas, inteligente y sofisticada, en la búsqueda de una buena historia, intempestivamente se enfrenta al aluvión de miseria e injusticia en que se cimientan las grandes fortunas de su país, ricos que buscan parecer occidentales, construyen un remedo caricaturesco de lo que buscan igualar con toda su parafernalia de lujo, poder y excesos. Su vocación y juventud la embarcan en una estéril lucha por desenmascarar y exhibir la corrupción como el contubernio que existe entre las castas dominantes y el gobierno, lucha que la lleva a ese mundo que la engulle paulatinamente.

La autora nos narra como estos tres personajes se ven envueltos en una carrera de poder y traición, a la vez nos describe con gran detalle la vida de la India, desde las mansiones más lujosas de Nueva Delhi hasta los arrabales más inmundos de Uttar Pradesh, con multitud de claves y referencias culturales que dan un digno marco a una historia de poder, traición y redención.

La ambición de Sunny, apoyado siempre por su fiel Ajay, crece desmesuradamente, su vida transcurre entre drogas, alcohol, y bacanales en donde conoce y maneja a su “séquito” particular para conseguir sus fines, y en los que la periodista Neda queda fatalmente involucrada.

Esta es una novela con múltiples personajes que se entrelazan y alejan conforme avanza la historia, la autora desarrolla giros narrativos que nos plantean varias interrogantes que mantienen viva la expectación en cada página, y que poco a poco nos conducen a saber el trasfondo de la fatídica madrugada del 2004 cuando el Mercedes Benz arrolló a los sintecho.

Es una historia muy dura que nos hiere por todos lados, no hay lugar para la compasión ni para finales felices, los personajes acompañados de la fatalidad nos muestran sus contradicciones, defectos y carencias de manera casi obscena.

Es thriller, una novela de gánsters, y un fresco que dibuja con certeras pinceladas la sociedad de la India actual, en donde la inmensa mayoría aún vive en la miseria y sometida al poder de un sistema de castas que conduce irremediablemente a la exclusión, dejando a las creencias religiosas como único refugio para compensar las penurias del mundo real.

Los invito con entusiasmo a leer esta novela, que sin duda dará mucho de que hablar por el abanico de temas que aborda, y por el excelente oficio narrativo de la escritora.

No se arrepentirán.





Gerardo Pérez Escutia

Un sobreviviente a un colegio Marista y UMSNH, sus empleos han sido diversos, desde Bell Boy en una compañía de seguros, hasta “Country Manager” en una multinacional, pasando por veterinario, agente de ventas; encargado de turno en una “Comunidad Terapéutica” y microempresario. Ha vivido en Morelia, Uruapan, Culiacán, Ciudad de México y actualmente radica en Guadalajara, Jalisco.

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