Sálvame de los hombres peligrosos 

Gerardo Pérez Escutia 

Nikki, una mujer de clase media, divertida, atlética y atractiva, es dueña de una librería de usado llamada “La Arpía Horrorosa” en la zona cercana a la Universidad de Berkeley, California, durante años ha acumulado miles de libros y lo que comenzó como una pasión desmedida por estos y la lectura (Tsundoku, término japonés más usado ahora), se convirtió en un próspero negocio con clientes y parroquianos habituales, que también acuden a tomar el café de su antigua cafetera Lavazza de latón (el orgullo del lugar).

Los estudiantes de humanidades de la cercana Berkeley, especialmente un grupo que se autodenomina los ZEBRAS, algo así como los “fervorosos detectives aficionados raciocinadores de East Bay”, quienes son los más fieles a las conversaciones de la librería y cuyo propósito es la aparente resolución de crímenes y lectura de misterios, cabe decir que nunca resolvían nada, pero si le encontraban peros a todo.

La librera Nikki es la heroína del libro Sálvame de los hombres peligrosos (Penguin Random House, 2022), que reseñamos en esta ocasión, escrita por Saul. A. Lelchuk (New Hampshire EUA), que estudió filología inglesa, actualmente divide su tiempo entre Oakland y New Hampshire, donde imparte clases de escritura creativa, este es su primer libro de una serie protagonizada por Nikki Griffin, ha obtenido un éxito excepcional entre los lectores y especialistas del género negro.

Saul A. Lelchuk

En el altillo de su librería Nikki tiene un secreto que poca gente conoce (solo los necesarios dice ella), tiene un despacho donde atiende a una peculiar clientela, mujeres abusadas, golpeadas, víctimas de sus parejas o de cualquier persona que les inflige violencia de género, es una detective privada que desenmascara a los perpetradores, pero además, brinda algunos servicios adicionales; se asegura de que el abusador no reincida. Nikki posee un sentido de la justicia heredado directamente de la Ley del Talión y un código de honor que no le permite mentir ni crear falsas expectativas.

Con el tiempo y por el «boca en boca», Nikki se ha construido cierto prestigio en la comunidad y en las redes de apoyo de mujeres maltratadas, no le falta trabajo por lo que se considera razonablemente satisfecha dividiendo su tiempo entre sus dos pasiones, los libros y la ayuda a mujeres abusadas, y esto le permite acallar los gritos de los fantasmas de su pasado.

Inesperadamente, llega a su librería un alto ejecutivo de una empresa de Silicon Valley que quiere contratar sus servicios, pues sospecha que una empleada de confianza está robando secretos de la compañía para vender a la competencia; a pesar de no ser el tipo de casos que ella acepta, algo le llama la atención por lo que decide tomar el encargo, así comienza a seguir y vigilar a Karen Li, empleada de quien se sospecha.

Nikki pronto se da cuenta de que se metió en un asunto mucho más grande que un simple caso de espionaje industrial, por lo que es muy meticulosa, así que al mismo tiempo comienza a investigar sobre el Core Business de la compañía que la contrató. Resulta que la empresa hace investigación de punta en inteligencia artificial y está desarrollando un dispositivo muy sofisticado de ¡vigilancia de bebés!, de hecho, Gregg Gunn, el ejecutivo que la contrató, le dejó en su escritorio como regalo uno de esos gadgets, Nikki sospecha que el asunto va mucho más allá del cuidado de los bebés y se cuestiona: ¿por qué me buscaron a mí, si estas empresas tienen todo el presupuesto y acceso a las mejores empresas a de seguridad?

Conforme avanza la trama, se integran diversos personajes, que enriquecen la historia: Jess, su ayudante; Bartleby el gato residente amo y señor de toda la librería; Brandon, su hermano menor, un jonky sin remedio pero por quien Nikki siente un amor obsesivo y sobreprotector.

La historia se vuelve más compleja, al parecer quienes la contrataron ocultan algo muy grave y trascendental para la seguridad del país, hay un plazo de tiempo perentorio en el que se debe de solucionar el caso o de lo contrario ocurrirá “algo catastrófico”. Entran en juego otros actores, como el FBI y un grupo de sicarios, la historia adquiere una velocidad vertiginosa y se suceden hechos muy violentos narrados magistralmente con una minuciosidad visual digna de un director de cine especializado en thrillers.

El autor nos brinda una espléndida historia, con un personaje de carácter muy peculiar que nos recuerda a una Lizbeth Salander si hubiera nacido en California. En diferentes etapas del libro nos muestra momentos de su infancia, poco a poco vamos entendiendo las pulsiones que alimentan su espíritu justiciero que le despiertan las mujeres que han sufrido abuso. Descubrimos y compartimos su amor por los libros, su papel como refugio y atalaya ante una vida que ha sido muy difícil para ella.

El ritmo se vuelve trepidante, los misterios se suceden unos a otros y la violencia se desata brutalmente, al final, llegamos a una resolución del caso con inquietantes consecuencias.

Gran opera prima, esta novela está muy bien escrita, tiene un ritmo excepcional, nos habla de temas muy actuales como la inteligencia artificial, la tecnología de punta, el descarnado mundo del espionaje industrial y, a la vez, nos lleva a terrenos muy íntimos de introspección, nos habla de cuestiones filosóficas y existenciales que están en la esencia de los personajes, todo ello aderezado con muchas citas de libros y mucho blues.

Una excelente lectura para estos lluviosos días, seguro que les gustará.

Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de el artefacto.

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