Sobre “Gatuperio veraniego” de Mauricio Rumualdo Ávila

Ángel Hurtado

Gatuperio: de la palabra gato, a imitación de vituperio e improperio.

  1. m; mezcla de sustancias incoherentes de que resulta un todo desabrido o dañoso.
  2. m; embrollo o enjuague, intriga.

1987: la Unión Soviética lanza la astronave Soyuz TM-2 con dos cosmonautas a bordo; en Argentina entra en vigor la Ley de Punto Final, con lo que se pone fin a las denuncias contra los militares de la dictadura; se paralizan las actividades de la UNAM en una huelga de veinte días; Carlos Fuentes recibe el premio Cervantes de Literatura, Carlos Salinas de Gortari protesta como candidato del PRI a la presidencia; el cuadro de Van Gogh, Los girasoles es subastado a un precio récord en la época, 320 millones de francos; Thomas Sankara, jefe de estado y gobierno de Burkina Faso, es asesinado en un golpe militar; en verano, Alejandro Reyes conoce a Ana Montiel Heredia en un hotel/hacienda de Tlaxcala y acontece Gatuperio veraniego.

Gatuperio veraniego de Mauricio Rumualdo Ávila, es una novela que, en ocho capítulos y un prólogo construye una intriga amorosa en Tlaxcala, México. Hablar de 1987 a modo general de contexto, resulta importante porque Mauricio crea una novela muy bien colocada en ese momento histórico, mexicano en su ambiente, pero con un estilo muy propio de las influencias del autor. 

Alejandro Reyes, extrabajador editor de la sección cultural de un periódico y gran aficionado a la literatura, regresa a Tlaxcala para pasar una semana de vacaciones en el hotel de Raúl, su amigo de la infancia, lugar en el que, además de reencontrarse con Antonieta, hermana de Raúl y novia suya de la infancia, conocerá a Ana, pintora atractiva, misteriosa, solitaria, novia del afamado actor de teatro y la telenovela Cuna de lobos Alejandro Rodríguez, de quien sentirá amor a primera vista, y una fuerte obsesión por conocer a esa mujer con la que se encontrará en repetidas ocasiones por diferentes sitios dentro de la hacienda.

“¿Qué iba a hacer entonces? ¿Qué iba a ser de mi atracción veraniega? ¿Qué iba a ser de mí? ¿Qué iba a ser de ella? De revelarle la locura que me hacía pasar cada vez que la veía se burlaría en mi cara. Y yo, alegre de verla sonreír, le pediría más desprecio” dice Alejandro Reyes, narrador y personaje principal de la novela mientras piensa en Ana, personaje que ironiza y representa la figura de la femme fatale. Anabel Palomares, para la revista digital Trendencias escribe sobre la femme fatale lo siguiente: 

“La femme fatale siempre ha sido mucho más que una mujer. Existe desde el principio de la historia, pero fue el cine quien la puso de manifiesto. Es un icono, una representación del deseo sexual, de la sensualidad y hasta del poder que emana de la seducción. La femme fatale es irresistible y peligrosa pero ¿también feminista? Fue recreada en el cine negro de los 40 con la intención de recordar a la mujer cuál era su “sitio” en el mundo. La femme fatale era malvada porque era libre, y ahí residía su peligrosidad.”

En Gatuperio veraniego, la femme fatal no sólo está presente en Ana, siendo un personaje que cumple con estas características y que además, Alejandro se encarga de romantizar y atribuirle dichas característas en su idelización, también está plagada de referencias a otras mujeres como la Ninotchka de Greta Garbo, la poeta Pita Amor, Jackie Kennedy, Elena Garro, Marlene Dietrich, Carole Lomabrd.

Mauricio, recorre con el dedo aspectos de la música de la época y sobre todo de la Literatura y el arte, como un guiño personal y hasta un ejercicio lúdico por aprender quiénes son los personajes detrás de los nombres de artistas que menciona, algunos miembros de la generación de la ruptura, como Manuel Ocaranza, Alice Rahon, Rosario Cabrera, Lilia Carrillo, Cordelia Urueta y Antonio Peláez, otros escritores y poetas que seguramente comparten gusto Mauricio y Alejandro como William Blake, Francisco Tario, Neftalí Beltrán y, estaba a punto de poner a Juan Rulfo en este mismo apartado, pero aunque a Alejandro le guste Rulfo, no puedo decir lo mismo de Rumualdo Ávila.

Leer Gatuperio veraniego es ante todo, la lectura de una novela divertida, un guiño al arte y la literatura, el lado amable de una época convulsa.


Ángel Hurtado

(Morelia 1999) egresado de la licenciatura en Lengua y Literaturas hispánicas por la UMSNH, librero y promotor de lectura.

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