Wendy Rufino
Las adaptaciones de videojuegos a liveaction están llenas de fracasos, las licencias creativas terminan por aniquilar las historias y los personajes nunca terminan por construirse; sin embargo, The Last Of Us (TLOU) da un ejemplo de cómo hacer bien las cosas.
TLOU llegó al género de survival horror en el 2013 para la consola PS3, buscando posicionar una historia de zombies cuando el género ya parecía agotado con una larga lista de títulos: Ghosts ‘n Goblins, Zombies Ate My Neighbors, Resident Evil, Parasite Eve, Left 4 Dead, The Walking Dead y otros más.
Hacer frente a tantas franquicias no fue sencillo, pero la compañía Naughty Dog llegó con una propuesta que revolucionó la narrativa de los videojuegos y emocionó a un público que creía haberlo visto todo. Su historia atrapa a los videojugadores de manera emocional y durante el juego, los enfrenta a dilemas éticos.
En el 2014 se estrenó la versión remastered para el PS4 además del DLC: The Last Of Us: Left Behind; en el 2020 surgió The Last of Us Part II y durante el 2022, ocho años después, se rehizo la primera entrega, esta vez para la consola PS5.
Las críticas más polémicas tienen que ver con sus personajes LGBTTTIQ+ y la representación de las mujeres fuera del estereotipo usual en el mundo de los videojuegos. La compañía Nauhgty Dog se ha enfocado en desarrollar su videojuego, que ya ha recibido más de 240 premios por su narrativa, su modo de juego y su originalidad.
La adaptación
El primer capítulo se transmitió el pasado 15 de enero, y el alto índice de audiencia provocó un colapso en la plataforma de HBO, con interrupciones en la transmisión. Finalmente se solucionó y todos pudimos sintonizar esta aventura postapocalíptica que se transmite cada domingo a partir de las ocho de la noche.
TLOU es protagonizada por Pedro Pascal (Joel Miller) y Bella Ramsey (Ellie Williams), mejor conocidos por sus papeles en series como: The Mandalorian (2019) y Game of Thrones (2011). La dirección está a cargo del propio director creativo del videojuego, Neil Druckmann, que junto a Craig Mazin, creador de la miniserie Chernobil (HBO, 2019), está dándole vida a esta adaptación. La música corre a cargo nuevamente del compositor argentino Gustavo Santaolalla, también desarrollador de la banda sonora del videojuego.
Transcurre el año 2003, un virus provocado por el hongo cordyceps, que convierte a los humanos en chasqueadores (zombis-hongos-humanoides), se propaga por el mundo y llega a Austin, Texas, donde Joel Miller vivía tranquilamente junto a su hija Sarah. Ambos buscan escapar a un lugar seguro pero terminan siendo víctimas de una milicia torpe e inhumana que busca controlar el virus.
Veinte años después del inicio de la terrible pandemia, las ciudades lucen destruidas. Por sus calles y edificios acechan chasqueadores y bandidos. La mayoría de los sobrevivientes viven en zonas de cuarentena vigiladas por FEDRA, un grupo paramilitar que prevaleció luego de la catástrofe.
Hasta ahora los dos primeros capítulos han sorprendido por su fiel adaptación al videojuego, las licencias creativas lejos de desfavorecer a la serie en su mayoría han sido bien recibidas por los fanáticos y no fanáticos de la saga.
La recomendación es seguir esta historia y a sus personajes, porque no es solo la típica historia de zombis donde está en juego la supervivencia, aquí también se juega el sentido de la humanidad.
Fotógrafa que por accidenté terminó como fotorreportera; aficionada a los videojuegos, mangas, anime y cómics. Egresada de la Facultad de Filosofía (UMSNH).
