25 Instantáneas de Margarito Cuéllar o Se me reventó el barzón y sigue la yunta andando

Héctor Alvarado Díaz

1.- ¿Has sentido ganas de abandonar todo?

Hasta a mí mismo, olvidarme, incluyendo a mi sombra, en un lote baldío rodeado de mis poemas viejos, textos truncos y sueños deformes. Tirar el arpa no es tan difícil, volver a encontrar el acorde perdido es lo más gacho.

2.- ¿Por qué escogiste este oficio tan raro?

Porque me hablaron de amor y de ilusiones, como la canción de José Alfredo, y sucumbí a la tentación, como buen pecador.

3.- ¿Te dan miedo los cadáveres?

Los exquisitos no, sobre todo si se hacen entre dos y sobre papiro vivo. Los otros sí, sobre todo tratándose del mío. Los cadáveres son ridículos, pierden la proporción, incluso a veces caen en la provocación de votar.

4.- ¿Preparas en secreto tu autobiografía?

Trazos, apuntes, sueños locos. Nada en concreto, es decir, nada de monumentos ni estatuas. Prefiero las biografías incendiarias: Poe, Blake, Rimbaud, Concha Urquiza, José Asunción Silva, Arthur Cravan.

5.- ¿Rubias o morenas?

Las fusiones son mejores, salen unos cocteles sabrosos. Algunos caballeros las prefieren rubias, yo apuesto por las latinas, y entre ellas por las mexicanas, aunque Tiziano Ferro les haya puesto bigotes.

6.- ¿Se te han ido las cabras?

Bien gacho. Algunas han regresado por su cuenta, otras de plano se han extraviado en el Monte Carmelo o en los Valles Solitarios Nemorosos. Esto lo aprendí de San Juan (de la Cruz).

7.- ¿Qué opinas del adjetivo?

López Velarde lo afinó con tenaz elocuencia. Me gusta. Me parece una forma decorosa de salvar una conversación, de ser cursi, pedante, mentiroso, ordinario, cruel, decadente. En el caso del adjetivo, el escritor necesita ser buen administrador para dosificarlos, pero sobre todo buen catador, para saber cuáles deban quedarse. Cuando el escritor es un glotón y devora adjetivos como palomitas suele haber mala digestión en el texto.

8.- Lectura y escritura ¿amantes insaciables?

A veces insatisfechas, a veces abrumadoras, pero siempre terminan reconciliándose, como todo amante que se digne de serlo. Este dúo dinámico, más el autor, hacen buen trío, el problema, como siempre, es cuestión de ritmos, armonías, tiempos y ganas.

9.- ¿Qué estimulantes utilizas para escribir?

Últimamente me ha dado por preparar mojitos. Soy muy aburrido en este sentido. No tomo café ni fumo cigarrillos de ningunos. Me conservo a base de pan y agua. Un par de cervezas, una botanita. Mi único estimulante es la lectura, la escritura, la vida misma.

10.- ¿La palabra es un medio, un intermedio o un fin?

Un puente, por lo regular de los movedizos. Como puente es las tres cosas; cruzas y sales del paso.

11.- ¿Crees en la técnica?

Sí, y en la ciencia también. Pero también en los técnicos y en los rudos. Cuando me echaron de la revista Ciencia UANL, porque según el director y su limpiabotas yo no hacía nada, tenía ya unos añitos agarrándole la onda a esos temas. Si te refieres a técnica literaria sí, sí creo en ciertos pasos que deben seguir una metodología del texto, sobre todo en lo que corresponde al post-parto creativo.

12.- ¿Cuánto tiempo le dedicas a la corrección antes de abandonar un texto?

Los días se me hacen largos y las noches no tienen fin. Mucho más tiempo que el que le dedico a escribirlo. Sin taller no hay texto, hay sólo pretextos para justificar lo mal hecho.

13.- Tus cinco poetas imprescindibles

Blake, Pessoa, Rimbaud, Pablo Neruda, Octavio Paz, Gonzalo Rojas, Juan Gelman. Se baja el cero y no contiene.

14.- ¿Qué te ha dado y qué te ha quitado la vida cultural?

Me ha dejado con menos amigos de los que creía tener, la enseñanza de que se queda uno con los necesarios. Una maestría en artes, Madrid, algunas ciudades de Estados Unidos. Me ha dado más de lo que me ha quitado.

15.- ¿Escribirás una novela?

Una que se me extravío (Igual que penas de Amores) obtuvo una mención hace años. Yonkee anda rodando por ahí. Un vals de azúcar y gasolina no termina de configurarse. Luna de miel en el infierno se transformó en un cuentito.

16.- Entre el que eras y el que eres ¿aún hay contacto?

Sí, la nostalgia se encarga de ello. Además de las agendas y las libretas viejas, los sueños y las ilusiones perdidas. Ayax y Ulises me remiten a cada rato a lo que fui. Ana me remite a lo que soy.

17.- ¿Buscas algún tipo de lector?

Un lector invisible, como yo.

18.- ¿Haces notas y apuntes o confías en tu memoria? 

Dependo de las notas y apuntes, mi memoria es ingrata. No te digo que se le van las cabras. Gabriel Contreras sí es bueno para hacer entrevistas sin apuntar nada. 

19.- ¿Qué tan importante es el sentido del humor?

Un ingrediente de primer orden a la hora de la escritura y a la hora del amor. Creo que a la hora de todas las cosas. Ayax lo sabe porque tiene un sarcasmo a prueba de amarguras. Ulises lo festeja porque se ríe de todo. Yo lo celebro.

20.- ¿Has estado en otro mundo?

Sí, durante la vida de un instante que dura un orgasmo. Cuando uno está al filo de la navaja en cierta forma es habitante de otro mundo: un policía sobre una motocicleta apuntándome con su metralleta a la cabeza una madrugada en Bogotá, un transporte escolar embistiendo mi auto y haciéndome dar varias volteretas, dos parálisis de Bell, un desvanecimiento, un salto al vacío sin probabilidades de red.

21.- ¿Qué piensas de los periódicos?

En las tormentas son buenos para cubrir los huecos de las puertas. Envejecen en cámara rápida. Sólo son buenos si ponen el nombre de uno en letras grandes y con la foto. Son un mal necesario.

22.- ¿Eres escéptico u optimista?

Soy tan optimista como Cioran, Artaud, Nietzsche, Genaro Huacal y José Jaime Ruiz, y tan pesimista como Stanislaw Jersy, Felipe Montes, José Eugenio Sánchez y la Terrible Susanita.

23.- ¿Sirve de algo la poesía?

Para engañar incautos, para que algunos se levanten el cuello, ganar premios, publicar libros, viajar, ir a festivales, hacer guerritas de metáforas al oído de las ninfas, escribir cadáveres exquisitos en la piel de la amada.

24.- Entre el misticismo y el exceso ¿cuál prefieres?

Ser místico mientras duermo y excesivo el resto del tiempo.

25.- ¿Te han usado como objeto sexual?

Sólo en los personajes que pudieran ser yo en Los Riesgos del placer

Margarito Cuéllar Ciudad del Maíz, SLP, 1956.

Poeta, escritor, narrador y periodista mexicano. Nació en Ciudad del Maíz. Fijó su residencia en Monterrey en 1973. Estudió periodismo y una maestría en artes en la Universidad Autónoma de Nuevo León.

En 1985 obtuvo el Premio Nacional de Poesía de la Universidad Autónoma de Zacatecas por la obra Estas Calles de Abril; Premio Nacional de Poesía (Calkini, Campeche, México 1993), Premio Nacional de Cuento ( Campeche, México, 1997). Premio de Poesía Radio Francia Internacional 2003. Premio Iberoamericano de Poesía para Obra Publicada 2014 por el libro Las edades felices. Ha sido beneficiario del Programa de Apoyos y Coinversiones del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes de México, del Programa de Residencias Artísticas del Finca, becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Nuevo León, en el área de poesía y miembro del Sistema Nacional de Creadores 2014-2016 y 2019-2022. 

Sus poemas han aparecido en las revistas Nexos, en Uno más Uno, La Jornada y otras publicaciones de la Ciudad de México y del extranjero. fue editor de la revista CIENCIA de la UANL y ha colaborado en las páginas culturales de los periódicos El Norte, El Porvenir Milenio Monterrey, Milenio Semanal, Siglo XXI, Gatopardo y Detona. 

De su vasta obra destaca: Que el mar abra sus puertas para que entren los pájaros (1982), Hoy no es ayer (1983), Batallas y naufragios (1985), Cuaderno para celebrar (Universidad Autónoma de Sinaloa / FONCA 2000) y Plegaria de los ciegos caminantes (Universidad Nacional de Colombia 2000). Sus libros más recientes son Poemas para formar un río (Monte Ávila, Caracas, 2016); Poemas en los que nunca es de noche (Ibáñez Editores, Bogotá, 2019. 

En el año 2020, fue galardonado con la 40ª edición del Premio Hispanoamericano de poesía Juan Ramón Jiménez, por la obra poética: Nadie, salvo el mundo

En el año 2021 ganó el VIII Premio Internacional de Poesía Pilar Fernández Labrador. 



Héctor Alvarado Díaz

Es originario de Monterrey. Cursó la carrera de Letras en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Ha publicado 11 libros (6 novelas, 4 libros de cuentos y uno de entrevistas a escritores de Nuevo León). Por su trabajo literario ha recibido premios nacionales e internacionales. Fue Director de la Editorial de la Universidad Michoacana de 2013 a 2017. Su más reciente novela publicada: Supercolonia (UANL-Textofilia, 2019).




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