Caliche Caroma
Gabriela Desireé Molina Aguilar deja la Secretaría de Cultura de Michoacán (Secum), duró un poco más de un año, para tomar la titularidad de la Secretaría de Educación en el Estado (SEE). Siguiendo el mismo método de sus antecesores, Molina Aguilar nadó de muertito y pasó sin pena ni gloria. Se le recordará en la Secum como la secretaria que más fotos se tomó y también como una jefa que controlaba las entrevistas de los miembros de su equipo, o al menos ése fue el pretexto que dio el titular de Teatro para no dar información sobre la Muestra Estatal en agosto.
El gobierno de Michoacán a cargo de Alfredo Ramírez Bedolla ha demostrado, con creces, lo poco que le importa el arte y la cultura, eso sí, le interesa el espectáculo organizado y dirigido por un secretario de Turismo sumido en el escándalo, pero ése es otro tema. Hasta ayer, lunes 5 de diciembre de 2022, la SEE estaba a cargo de Yarabí Ávila González, emergida de las profundidades del PRI y pepenada por Morena para esta administración cuatrotransformadora (convierten las heces en oro). Ahora la priista salta al trampolín de la rectoría de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), nido de aspiraciones políticas, pues no hay porqué mancillar el honor de los honorables roedores. Qué poco respeto por la universidad nicolaita, a la que le queda el puro pis de su porra.
En mayo de este año, durante la exposición del maestro Miguel Rincón Pasaye en el Clavijero, Gabriela Molina abordó a quien escribe estas líneas, cual lancha, y allí dijo que estaba dispuesta a trabajar “con todas las voces y con todos los pensamientos, por muy críticos que sean”, le respondí que lo primero que se tenía que hacer era un directorio de artistas en Michoacán, pues no saben en la Secum cuántos creadores existen en el estado de los aguacates. Otra cosa que le mencioné fue lo del seguro social para los artistas. Me pareció que Molina Aguilar anotó mis recomendaciones en su libretita de cosas que le importaban un carajo. (Véanse las fotos)
¿Quién tomará las riendas de la Secum? Da igual, porque esta Secretaría nació atrofiada, no tiene remedio, o sí lo tiene, pero la cura tiene que ser radical, y nadie está dispuesto a trabajar de verdad por la cultura y el arte. El «equipo» que deja Molina Aguilar en Secum no hará más de lo que no ha hecho en este tiempo, eso sí, cobrarán sus cheques. Y es que nunca se ha tomado en serio a esta dependencia, cada administración se hunde más que la anterior y siguen los mismos funcionarios de siempre haciendo cómo que hacen, posando para las fotos y cortando listones, flotando en la ineptitud. Eso sí, desde la Secum se apoyan, religiosamente, los festivales de los empresarios riquísimos o de los expertos en ganarse los apoyos gubernamentales. La mafia del poder nunca se fue. No hubo ni habrá un plan integral, ni siquiera saben cuántos artistas hay en Michoacán, mucho menos elaborarán un proyecto que reúna todas las piezas de este rompecabezas imposible.
Enhorabuena, albricias, fanfarrias para Gabriela Molina, que da otro paso más en su accidentada carrera, algún día será gobernadora, así, silenciosamente. Ahora le tocará a la SEE disfrutar de sus capacidades, y nosotros como michoacanos a pagar su nada despreciable sueldo. De por sí la educación en Michoacán está por los suelos, seguramente Molina Aguilar le dará un fuerte empujón hacia el hoyo más profundo de la estulticia. Acá esperaremos al nuevo secretario o secretaria de cultura, porque cómo les gusta colgarse los movimientos auténticos como el feminismo para decir que ellos sí van por paridad de género. Lo que deberían de tener es vergüenza, misma que desconocen o se hacen los dignos, Alfredo Ramírez es un experto de la simulación. Hasta aquí estas líneas incultas y nada artísticas. ¡Al carajo la cultura!
Escritor putrefacto que deja el alma en cada tecla, a veces es grasa esa alma. Ganador dos veces consecutivas del premio «Mejor dedícate a otra cosa». En su casa lo conocen como Panchito porque baila el cha cha cha. Quiere adelgazar, pero no puede.
