Belascoarán

Horacio Cano Camacho

Cuando hablamos de la novela negra contemporánea es inevitable citar a Paco Ignacio Taibo II (PIT II), quien junto a Manuel Vázquez Montalbán son los renovadores y referentes obligados del género en Iberoamérica. Para PIT II, la novela negra es un frente de combate pues constituye “el género en el que se ha refugiado la crítica social en el siglo XXI”. Las novelas de PIT II no son policíacas, son más que eso, son novelas que reflejan la locura, el absurdo y el humor negro de la realidad mexicana.

Francisco Ignacio Taibo Mahojo, mejor conocido como PIT II, creó en 1976 un personaje que ya se volvió de culto: Héctor Belascoarán Shayne, un ingeniero que aburrido y abrumado por la realidad decidió pasar al frente y combatir a los malos de siempre, esos que son los responsables de la locura y el absurdo de este país. Belascoarán, como le decimos los cuates, es medio vasco, medio irlandés, hijo de padre socialista español y madre anarquista irlandesa como el propio Paco, hijo de socialista y anarquista asturianos.

Paco Ignacio Taibo II

La primer novela, Días de combate fue presentada en 1976 y de inmediato convirtió a su autor, en palabras de Pierre Lemaitre en “…un escritor canalla, locuaz, turbulento, barroquísimo” y su gran personaje lo refleja perfectamente, Belascoarán es eso…

La primera novela pronto se convirtió en una serie: Días de combate, Cosa fácil, Algunas nubes, No habrá final felíz, Regreso a la misma ciudad y bajo la lluvia, Amorosos fantasmas, Sueños de frontera, Desvanecidos difuntos y Adiós, Madrid. La editorial Planeta en 2010 publicó Todo Belascoarán, la serie completa del detective en un sólo tomo.

Héctor Belascoarán Shayne es un personaje de película, sin duda. Pero a los intentos de ponerlo en el cine les ha ido más o menos mal. No debe resultar sencillo reflejar la crítica social muy filosa, la personalidad melancólica del personaje y el ambiente de la Ciudad de México de los años 70´s, comenzando por el programa de “El gran premio de los sesenta y cuatro mil…” que los de mi edad recordamos muy bien. Pero creo que Netflix lo logró y de eso va esta reseña.

Imagine este monólogo: “Me metí a detective porque no me gustaba el color que mi mujer quería para la alfombra. El diploma me lo dieron por trescientos pesos, y nunca leí novelas en inglés. Cuando alguien habla de huellas dactilares, me suena a propaganda de desodorante; con la pistola nomás le doy a lo que no se mueve mucho, y sólo tengo treinta y tres años”. Un personaje de la cultura méxicana es difícil de retratar, aunque no lo parezca.

Netflix le propuso a Rodrigo Santos producir la serie y este, que es un fan de PIT desde adolescente y de Belascoarán, en partícular, aceptó gustoso. Organizó una miniserie de tres capítulos que suponemos, continuará a una segunda temporada, ya que hay material escrito.

Es un esfuerzo notable de producción y adaptación, donde el propio Santos es guionista. Como en la mejor novela negra, la ciudad -el famoso contexto- es protagonista de primera línea y retratar el DF de los 70, requiere, además de creatividad y memoria, mucho dinero. La ciudad es mostrada de manera impresionante, su arquitectura, los puestos de comida callejera, los quioscos con periódicos de nota roja escurriendo sangre por sus portadas, los coches de época, la música que suena en la radio, los edificios porfirianos de las colonias clasemedieras y los edificios de despachos, lúgubres y descascarados, la manera de vestir y hablar y la omnipresente televisión mexicana, son retratados a la perfección y los nostálgicos del chilango y los seguidores de PIT II lo podemos atestiguar.

Las actuaciones también son muy solventes, con un reparto que incluye a Luis Gerardo Méndez como Belascoarán, Silverio Placios como Gilberto Gómez Letras (la sabiduria popular de nuestro héroe), Paulina Gaitán (La muchacha de la cola de caballo), Irene Azuela  y muchas estrellas más que conforman un gran acierto de la producción y que en otros intentos de adaptación fue tal vez lo que no funcionó.

El primer capítulo corresponde, como no, a Días de combate, la presentación del detective independiente, sus motivaciones y recursos y también su bautismo, al enfrentar a un feminicida (Cerevro) que se ha ensañado con las mujeres pobres y trabajadoras de la ciudad, ante la inacción y la indolencia criminal de las autoridades. Si pensamos en la crisis actual de feminicidios, es fácil ver que PIT II se adelantó más de cuarenta años en su vaticinio…

El episodio 2 corresponde a Cosa fácil, el segundo libro y la consolidación del detective y también del odio mortal de la policía y los corruptos y finalmente, el episodio 3 da un salto hasta el cuarto libro de la serie con No habrá final feliz, en que ocurre un hecho trágico y que PIT II, por presión popular tuvo que desandar como Conan Doyle con Sherlock Holmes… los lectores del género me comprenderán.

Es una excelente miniserie, digna de los libros en que se basa y una buena forma de acercarse a este clásico de la novela negra contemporánea. No se la pierda, si es fan, lo hará regresar en el tiempo y si aun no lo es, seguro se engancha y en una de esas se dispone a entrarle a Todo Belascoarán…

Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de el artefacto.

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