Guadalupe

Rafael Flores

El día que Diego Rivera y Frida Kahlo se casaron, Tina Modotti organizó una fiesta en la azotea de su casa para celebrar la unión. Ahí estaban, comenzando los brindis, cuando se apareció en el lugar una mujer ebria e iracunda que fue directo a donde estaban los novios, le levantó la falda a Frida dejando al descubierto sus piernas maltrechas y le dijo a Diego «¿Por estas patas flacas me abandonaste?», luego se volvió a la concurrencia y gritó «¡Miren estos palos de escoba, por ellos me abandonó este cabrón!».

La furiosa mujer era Lupe Marín, la anterior esposa de Diego, que fue a la boda para reclamarle que no le pagaba la pensión de sus dos hijas y, de pasadita, para armarle un escándalo a la recién casada.

En su novela «Dos veces única», Elena Poniatowska describe a Lupe Marín como «una mujer alta, morena, de ojos verdes color sulfato de cobre, más inteligente que culta, con gran carisma y sumamente temperamental». Guadalupe Marín Preciado nació en Ciudad Guzmán en 1895, séptima hija de una familia de reboceros. Cuando era niña la metieron en un colegio de monjas católicas muy conservador y riguroso, donde tuvo constantes conflictos con sus preceptoras por su incorregible rebeldía. La expulsaron antes de que terminara la primaria y nunca más volvió a ninguna escuela. De adolescente leía por su cuenta y gusto, se interesaba en el arte y desarrolló habilidades como costurera y cocinera. Apenas se volvió mayor de edad, emprendió el camino a la Ciudad de México junto a su hermana Isabel. Pudieron llevar una vida más o menos independientes y Lupe se avocó a visitar museos y trabó amistad con algunos de los poetas del grupo de los Contemporáneos y conoció a los pintores muralistas. Así se topó con Diego Rivera que, según decía él mismo, se enamoró cuando la vio comiendo una naranja de forma deleitosa, dejando que el jugo escurriera por sus brazos sin ningún recato. Se casaron en 1922 en Guadalajara, la tierra de Lupe, y por la iglesia, no obstante que Diego presumía de ateo. Tuvieron dos hijas, Ruth y Guadalupe, y formaron una familia armoniosa.

Rivera se desvivía en cariños por su esposa, la llamaba «Guapalupe» y la pintó muchas veces; es notable su retrato con un espejo y sobre todo los murales de Chapingo, donde aparece monumental y desnuda representando a la «Tierra fecunda», justo en los meses del embarazo de su segunda hija. Las comidas y fiestas que organizaban eran antológicas y asistían los intelectuales y artistas más renombrados de la época. Lupe adquirió fama de ser una magnífica cocinera, experta en los deleites de la gastronomía mexicana. Era el centro de las reuniones por sus ocurrencias y desplantes, por sus opiniones directas y francas (que a muchos incomodaban) y por su temperamento independiente y rebelde.

Después de seis años las relaciones entre la pareja se descompusieron; Diego era un macho incorregible, tenía un ego monumental y era muy infiel. Las discusiones pasaron a los golpes y Lupe no era dejadita; según la Poniatowska «estaba grandota y era buena para las cachetadas y patadas». Cuando Diego comenzó a hacerle ojitos a la jovencita Frida Kahlo fue el acabose. Lupe lo corrió de la casa y exigió el divorcio..

Luego el pintor se casó con Frida y ya vimos la escenita que les armó Lupe. Sin embargo, con el paso del tiempo, estas dos mujeres pasaron de la rivalidad rencorosa a una amistad suave. Lupe le enseñó a Frida los secretos de su excelsa cocina y coimpartían el gusto por la ropa y las artesanías mexicanas, además de estar relacionadas con el mismo grupo de artistas. Entre ellos figuraba un joven poeta del que se enamoró Lupe: Jorge Cuesta. Si el matrimonio con Diego fue tormentoso, el que vivió con Jorge Cuesta fue un escándalo. La familia del poeta estaba en desacuerdo que el chico de 24 se casara con una mujer 8 años mayor y con dos hijas. Tuvieron un hijo, Antonio, que la suegra les arrebató desde pequeño, alegando que su nuera estaba loca. La misma Lupe declararía después que en realidad rechazó a su hijo desde su nacimiento y siempre tuvieron una relación mínima y distanciada.
Esta vez el matrimonio duró cinco años. El tormentoso Jorge Cuesta sufría de celos patológicos y un desorden emocional grueso. Lupe lo acusaba de infidelidades tremendas, de traicionarla con su hermana Isabel y de cometer incesto con su propia hermana. Se divorciaron en 1932 y Cuesta pasó varias temporadas en clínicas siquiátricas después de acuchillarse los genitales. Finalmente se suicidó en un hospital ahorcándose con una sábana.

Lupe Marín publicó dos novelas: «La única» en 1938 y «Un día patrio» en 1941. La primera resultó muy polémica, se trata de una especie de autobiografía donde balconea feamente a sus dos célebres maridos y los deja mal parados, y sobre todo porque habla muy mal (francota como era ella) del secretario de Educación, Narciso Bassols. La novela fue censurada y acusada de ser inmoral, vulgar y explícita. Sin embargo en «La única» se siente, a través de su protagonista, una voz que reivindica la independencia femenina y la libertad personal. En la portada del libro, con un dibujo de Diego Rivera, aparece la cabeza de Jorge Cuesta sobre una bandeja sostenida por una mujer de dos cabezas, indudablemente, las hermanas Isabel y Lupe Marín.

Con los años fue distanciándose de la vida social. Se dedicó a la costura y era buscada como modista por las señoras elegantes y pretensiosas. Su vida se desdibuja, en cuanto a información, durante su vejez, hasta que los diarios dieron noticia de su muerte en 1981, a los 85 años de edad.

Diva y musa por derecho propio, modelo de extraña belleza, cocinera magnífica, escritora censurada, madre tormentosa, viuda trágica, feminista a su modo. Todo a su modo porque es la única, Lupe Marín.





Rafael Flores Correa

Nació de Taximaroa, Michoacán, lugar mejor conocido como Ciudad Hidalgo, Rafael Flores Correa es un pintor y escritor que ya tiene sus añitos, pero con una juventud interior que cada día lo anima a crear más y más. Estudió la Licenciatura en Artes Visuales en la Academia de San Carlos de la UNAM, le dieron clases artistas como Alfredo Zalce, Santiago Rebolledo e Ismael Guardado. Su obra se ha expuesto en Michoacán, Querétaro, Ciudad de México, Medellín entre otros lugares.

Además, Rafa Flores, como le dicen sus amigos, ganó el Premio Estatal de las Artes Eréndira en 2021.

Foto de portada: Retrato de Guadalupe Marín de Edward Weston

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