Hedonista septiembre

Ernesto Hernández Doblas

         * A Iris, por su edad de mujer puntualmente abracadabra.

Ahora digo: celebremos el día del encuentro afortunado. Los astros son geometría puntual cuyos imanes y abracadabras nos describen. Septiembre es luz que da frutos del árbol hedonista que es la vida. Todo placer quiere profunda y eterna edad. Filosofía y poesía en el jardín de las delicias.

No del todo está perdido el paraíso. No para siempre se padece en la tierra aunque el jade y el oro se rompan. Existen cuerpos, circunstancias y lenguajes donde nuevamente se juegan sus apuestas dios y el diablo. Árboles del bien y el mal reconciliados. Serpientes de sabiduría perenne.

Esto no es un poema sino relatoría puntual de intensidades. Biografía de ires y venires. Esto es la huella de una ebriedad desnuda donde mujer y hombre cazan luciérnagas en el abrazo íntimo. Cóncavo y convexo mar del mar del tiempo. La edad del tiempo. La sal. El tiempo.

Morelia, tanta escritura te camina diario que ya eres una biblioteca de sangre erguida y vuelo de palomas que aletean campanadas. Yo mismo he confesado memorias en tus madrugadas de muchacha discreta. Te odio y te amo igual que amo y odio lo que veo cuando me veo en el espejo.

¡Mira lo que he venido a encontrar en tus calles y mesas de café! ¡Ay, Morelia, tan callada y tan propicia para el beso. Perfumes de jacaranda en la boca de los amantes. Nostalgias de agua labio a labio. Acueductos del placer.

Ahora digo: hablar del amor a estas alturas del siglo, es rebeldía y resistencia, desde un reino instalado en los caprichos del viento. ¿Qué es amor y cuando perdimos sus caminos? ¿Por qué vemos el espejo para cerrar los ojos? ¿Cuántas tórtolas ocupa el sol para volverse amor que lo ilumine todo?

Alabamos y tenemos miedo al mismo tiempo de la sed. Miramos con recelo al hambre. Defendemos nuestra libertad con una cárcel falsamente iluminada por la seducción de los espejos. Encerramos al individuo en los centímetros de la totalidad.

¿Que decimos cuando amamos? ¿Qué brujería se activa si entre besos y promesas los astros encienden sus alarmas? ¿Qué cielo e infierno acechan en el devenir de los amantes? ¿Qué quiere en realidad el ser cuando dice Te amo? ¿Ser y no ser pero embriagado?

De vino. De poesía. De amor. Baudelaire altar a los excesos. Corazón hedonista. Bajo una luna llena, el rostro amado florece frente a los ojos del amante. Corazón hedonista: lates como jauría de luciérnagas. Tu rojo es negro y morado y un poema en estallido.

Y los poetas saben que no hay palabra que abarque el resplandor naciente de los que afirman su amor en todas partes. Ni filosofías que puedan sumergirse al fondo de lo que mueve a los oleajes visibles e invisibles. Los poetas saben que nada que no sea poesía, puede reflejar lo que palpita y vive más allá de las palabras.

Ahora digo: ya no tenemos tiempo para perder embarcaciones o metáforas del vuelo. Aquí y ahora habrá que crear el nuevo ritmo de las cosas invencibles. Y hablar también de lo invisible. Porque ya no da para más el mundo. Alrededor llueve ceniza y confusión. Y nadie sabe cuál será la conclusión de los relojes. Porque ya no hay tiempo para perderlo. Y mientras se acumulan los cadáveres en las calles de la luz, el amar nos reconcilia con el agua.

Lluvia que limpia el cuerpo de la tierra sin prisa ni descanso. Humedad de mujer embarazada de futuro. Besos de lenguas vivas. Aquí no hay más remedio que sumar orgasmos desde el alma.

Ahora digo: el color lila florece en septiembre, cuando la estación del año es una reunión de trenes para brujas y poetas. Fecha de los aquelarres y las cartas de las diosas que tienen los secretos de la resurrección.

Hoy es tiempo de Mujer. La revolución del útero del mundo. Kali más Venus es igual a Iris. Hoy es tiempo de Coatlicue más Lilith. La revolución del útero del mundo. De los aquelarres y las cartas de las brujas que tienen los secretos de la resurrección.

Ernesto Hernandez Doblas

Ni la secundaria terminó pero insiste en escribir poemas, ensayos, minificciones y dislates de todo tipo. Ha publicado por obra del azar y las circunstancias algunos libros de poemas. Dar talleres literarios le apasiona porque así puede seguir aprendiendo. Fue novillero en sus años mozos y luego darketo. Actualmente es un embobado abuelo. Como José-José, ha rodado de aquí para allá y en ese balbuceo vital ha participado en una película, tres cortometrajes y algunas obras de teatro. Anduvo unos años haciéndole al reportero, trabajó en gobierno un tiempo así como de empleado en dos tiendas departamentales entre otras actividades, pero la mayor parte de su vida ha ejercido como desempleado. Es adicto a la literatura perversa, oscura y maldita. Ermitaño. Su mantra preferido: «preferiría no hacerlo».

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