Huesos olvidados

Horacio Cano Camacho

Voy a comenzar esta reseña con una pregunta: ¿Le gustaría leer una novela que sea vertiginosa, que incluya misterio, algo de terror, aventura, historia, thriller psicológico, y se lea de una sentada y sea un libro adictivo y emocionante? Si su respuesta es afirmativa, continúe leyendo y prepárese para lo que sigue, comprarlo, que se lo regalen o pedirlo prestado sin falta…

Se trata de la nueva entrega de Preston & Child, la pareja de escritores que es todo un éxito de lectores y ventas y ha destacado en un subgénero difícil de etiquetar: una mezcla de tecnothriller, novela de misterio, thriller psicológico, novela criminal e historias oscuras del mejor noir.

Douglas Preston y Lincoln Child son dos escritores estadounidenses conocidos por su colaboración en novelas de suspense y misterio, especialmente en la serie de historias protagonizadas por el agente del FBI Aloysius Pendergast. Ahora inician una nueva serie protagonizada por la arqueóloga Nora Kelly. Estamos ante Huesos olvidados (Plaza & Janés, 2022), primero de la saga de Nora Kelly.

Douglas Preston y Lincoln Child

La nueva saga parte de un hecho real, la tristemente famosa Expedición Donner. En 1846, un grupo de «pioneros», liderados por George Donner y James F. Reed, emprendieron un viaje al territorio de California, aún en posesión de México. No era un grupo de pioneros comunes, esos personajes desarrapados, con toda su historia a cuestas, capaces de dejarse la vida por un trozo de tierra o la esperanza de riquezas que en sus propios países jamás obtendrían. Se trataba, en realidad, de personas adineradas que buscaban aprovechar el despojo del territorio que ya se anunciaba para emprender jugosos negocios, formar empresas, invertir sus fortunas para multiplicarlas en una tierra muy pródiga y gratuita.

Ya existían las rutas tradicionales para los viajeros que se encaminaban a California en la búsqueda del oro, en la famosa y falsa fiebre del oro, pero por alguna razón extraña y desconocida, el grupo se dividió entre los que siguieron las rutas conocidas y los seguidores de Donner, que decidieron tomar una ruta nueva, que circulaba entre ciertos grupos de «iniciados» y se presentaba como la más rápida y fácil. Esta ruta implicaba cruzar el desierto de Salt Lake, en Utah, lo que los retrasó y les obligó a enfrentarse a la Sierra Nevada, un poco al sur del Lago Tahoe, en pleno invierno, entre nevadas muy intensas y adelantadas. El primer grupo llegó a California en tiempo y forma, mientras que el de Donner se perdió y quedó varado en las montañas llenas de nieve, cerca del Lago Truckee.

Muy pronto, la comida, el agua y el ganado se les terminaron y comenzó el horror. Durante el duro invierno de 1846-1847, el grupo sufrió enormemente. La falta de alimentos y el frío extremo llevaron a la desesperación. Los miembros del grupo recurrieron al canibalismo para sobrevivir. Los informes sugieren que al menos varios de los miembros fallecidos, sobre todo niños, fueron consumidos por los supervivientes y hay indicios de ataques de locura colectiva que los llevaron a matarse e intentar devorarse entre todos, en los tres campamentos dispersos en las montañas…

176 años después, el historiador Clive Benton descubre el diario de Tamzene Donner, la educada esposa de George Donner, quien pensaba montar una escuela en California y murió de forma trágica en la expedición. Del diario, se sospechaba su existencia, sin embargo, hasta el momento nadie lo había visto y se pensaba que se trataba de un mito, como muchas historias que han acompañado la expedición maldita. En ese diario, Tamzene describe con detalles la instalación de tres campamentos entre los pioneros extraviados y los sucesos trágicos que acontecieron en cada uno de ellos. Dos de los campamentos se conocían desde la llegada de misiones de rescate provenientes de California, pero un tercero, el llamado campamento perdido, jamás fue localizado. El diario da pistas muy prometedoras sobre su ubicación en las montañas de la Sierra Nevada y describe parte de la locura que se vivió allí.

Clive busca a la arqueóloga Nora Kelly, una científica muy renombrada en el estudio de la colonización del oeste americano y el exterminio de los pueblos locales, y le propone un proyecto muy atractivo: desenterrar el campamento perdido y con las técnicas modernas, descifrar lo que realmente sucedió e identificar a las víctimas y las circunstancias verdaderas de su muerte, aclarando lo verdadero de la innumerable cantidad de historias de terror que circulan por todos los medios. La propuesta es sumamente tentadora para una investigadora tan dedicada y el mismo Instituto Arqueológico de Santa Fe, que decide financiar la expedición y hacerse con todo lo que se encuentre…

Al mismo tiempo, la Agente especial del FBI, Corinne Swanson, una agente novata de la agencia en Albuquerque, Nuevo México, es designada para investigar un caso muy extraño: la profanación de una tumba de los años de la guerra civil, en un cementerio que ya es un memorial de este momento. La tumba perpetrada es la de Florence Parkin, heroína del bando sureño. Lo extraño es que se llevaron de allí medio cuerpo y asesinaron al hipotético perpetrador, un delincuente de pocas plumas y que se contrataba para trabajos menores. La agente Swanson encuentra una extraña coincidencia con un hombre muerto en la expedición Donner, ese hecho, y que otras tres personas con el mismo apellido Parkin han sido desenterradas y sus cuerpos robados le parecen una extraña coincidencia y aún más, que la profanación se dé en las mismas fechas en que parte la expedición que estudiará el campamento perdido…

Estos dos sucesos se vincularán de manera inevitable y comenzará una historia de misterio y terror, muy parecida a la que se rastrea… Un libro que te atrapa, magníficamente contado y que asocia sucesos reales con una poderosa ficción. Sin duda, la serie de Nora Kelly está llamada a alcanzar las cotas de seguidores que en su momento presentó la historia de Pendergast. No se la pierda, una buena oportunidad para hincarle el diente a este género, que cada vez más se torna literatura con «L» mayúscula, además de atractiva…

Horacio Cano Camacho

Profesor-Investigador de la UMSNH. Jefe del Departamento de Comunicación de la Ciencia y editor de la revista Saber Más. Le encanta leer casi todos los géneros, excepto de superación personal, coyuntura política y filosofía para triunfadores y buscadores del éxito. Le fascina la novela policiaca, de misterio y la novela negra, intenta sacar a varios del closet de la literatura del buen gusto. La novela negra dice le gusta porque allí los buenos suelen ganar…

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