Gerardo Pérez Escutia
Ya en otras ocasiones hemos hablado en este Bufete negro sobre la feliz conjunción de la literatura con el cine y la TV, aspecto que se ha visto potenciado y está muy bien aprovechado por el formato de series que producen las compañías de streaming y que presentan diversas ventajas sobre el formato tradicional del cine, el cual se ve limitado por la duración de una película convencional (entre 2 y 3 horas), lo que obliga a los guionistas a forzar en demasía las historias para construir guiones que se adapten a este lapso con resultados no siempre exitosos.
El formato de serie o miniserie libera en mucho a los guionistas y les permite hacer mejores adaptaciones de las obras literarias al formato audiovisual, logrando series más fieles a sus obras de origen, personajes bien construidos y ambientaciones e historias que se adaptan fielmente a la obra original.
La novela que recomendamos el día de hoy, tiene una adaptación en la plataforma de Netflix, se trata de La dama de los muertos (Maeva Ediciones, 2016) escrita por Bernhard Aichner, autor austriaco que también realiza piezas de teatro y guiones radiofónicos.
La dama de los muertos fue la primera novela con la que logró altas cuotas de venta en Alemania y Austria, traducciones en varios idiomas y la primera de sus obras que se publica en español. Este año se acaba de estrenar en Netflix la serie homónima y de inmediato alcanzó un gran éxito de audiencia.
Blum es una joven y atractiva mujer, felizmente casada con Mark y madre de Uma y Nela (de 6 y 4 años de edad), dueña de la funeraria más conocida de la región tirolesa de Innsbruck, negocio que heredó de sus fallecidos padres (quienes murieron ahogados en circunstancias extrañas ocho años atrás). Tiene una vida feliz donde no le falta nada, su marido es agente de policía y le profesa un amor incondicional.
Blum no era hija natural de sus padres, fue adoptada y su padre desde muy pequeña la obligó a trabajar en la funeraria, su niñez la pasó entre cadáveres y pronto tuvo que aprender a prepararlos para que estuvieran presentables en las pompas fúnebres, se vio obligada a vencer el asco y repulsión que le causaban los muertos con toda su parafernalia de: vísceras, líquidos, mutilaciones, olores y podredumbre. Más de veinte años después ya está totalmente habituada, a veces, le regresan los recuerdos de sus primeros días antes de convertirse en: La dama de los muertos.
Un día por la mañana, cuando Blum se despedía de Mark, que se dirigía a su trabajo en su motocicleta Ducati Monster 900, es impactado por una camioneta todoterreno, la vida de ella de pronto se descarrila, su marido muere en el accidente a pesar de sus intentos por salvarlo infructuosamente, ante sus ojos la camioneta escapó dejando tendido en el asfalto el cuerpo destrozado de su marido.
Así comienza la historia de Blum, con una tragedia que la tiene en estado de shock que la hundió en un pozo de miseria y desesperación, ni las palabras de su suegro Karl, ni las de Massimo, mejor amigo y compañero de Mark, le ayudan. El dolor la tiene como en un limbo del que no sabe cómo salir, pasan los días y en un momento en que se encuentra revisando y decidiendo que hacer con las pertenencias de su marido, encuentra su teléfono celular y comienza a revisar sus mensajes, también le llama la atención el dictáfono, quiere escuchar otra vez la voz de su marido, y ahí encuentra a Dunja.
Dunja es una mujer con quien Mark mantenía conversaciones, al parecer él le pide que se abra y le cuente todo, ella al principio se oye reticente pero comienza a hablar y en varias conversaciones surge una historia que va más allá del horror, una historia de sadismo y abuso inauditos que al parecer sufrió esa misteriosa mujer.
A Blum prácticamente le explota la cabeza, se da cuenta de que había cosas de su marido que desconocía, y de que él estaba tratando de ayudar a Dunja, y de averiguar quien estaba atrás de toda la cadena de horrores que ella le narraba.
Blum comienza a sospechar que la muerte de su marido no fue accidental, ya que no se ha encontrado rastro de la camioneta ni del conductor que lo atropelló, situación muy extraña en esa región alpina, donde casi todos se conocen y todo está muy controlado.
A partir de este momento, la historia va adquiriendo complejidad y densidad, Blum comienza a tirar del hilo de las conversaciones de Mark con Dunja, descubre un mundo oculto en donde es posible cualquier atrocidad y abuso, esto ocurre en uno de los lugares más elegantes de Europa: el Tirol, un enclave donde vacacionan los ricos. Blum impulsada por el dolor que le causo la pérdida de su marido, tiene la convicción de que Mark fue asesinado, y que su muerte tuvo que ver con las conversaciones que sostenía con la misteriosa Dunja.
La dama de los muertos también va incubando un deseo de venganza y conforme va atando hilos, se sumerge poco a poco en un submundo donde nada es lo aparente, un universo subterráneo de abuso y crueldad, en donde su vida corre peligro, y a pesar de ello, se sumerge en una vorágine de odio y venganza.
El autor nos ofrece una magnífica historia con todos los elementos canónicos de la novela negra: hay mucho misterio, personajes sólidos muy bien construidos, dramatismo, sangre y tensión a montones, además nos brinda un acabado retrato de la vida y sociedad tirolesa que le dan un marco inmejorable a esta excelente novela.
PS. La serie homonima de Netflix también es muy disfrutable debido a la selección de los actores que interpretan a los personajes de manera impecable y a los guionistas que respetaron la esencia de la trama original.
La recomiendo mucho, solo sugiero leer primero la novela y que disfruten plenamente del doble festín.
Un sobreviviente a un colegio Marista y UMSNH, sus empleos han sido diversos, desde Bell Boy en una compañía de seguros, hasta “Country Manager” en una multinacional, pasando por veterinario, agente de ventas; encargado de turno en una “Comunidad Terapéutica” y microempresario. Ha vivido en Morelia, Uruapan, Culiacán, Ciudad de México y actualmente radica en Guadalajara, Jalisco.
