La esperanzadora tarea de formar nuevos lectores

Luis Roberto González Manjarrez

Conocí a Samuel Parra hace más de 27 años. Hoy lo vuelvo a conocer. Es una persona diferente, pero también es el mismo ser inquieto, deseoso de saber y explorar. En los últimos años nos encontrábamos esporádicamente en el café y la plática se reducía a unos cuantos minutos de actualización. 

Conocía de sus méritos, esfuerzos y éxitos: es escritor, periodista, ensayista y promotor cultural. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Sinaloa, cuenta con un Máster de Literatura Mexicana Contemporáneo por la Universidad Autónoma Metropolitana. Pero esta vez tuve la oportunidad de platicar largo y tendido sobre un gran logro y motivo de orgullo: el Gobierno Colombiano a través de la Municipalidad de Margarita Bolívar, lo ha reconocido como “Embajador Distinguido” esto en razón a una loable, noble y esperanzadora razón la de motivar a leer, escribir y crear a niños de educación primaria. 

Fue en 2017 en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, cuando Parra presentó su novela En la Piel de un Adicto (libro que resultara ganador del Premio Memoria en el Alma que entrega la Academia de Artes y Letras de India), cuando conoció a la Poeta colombiana Estefanía Gulloso, la amistad se fue madurando y así Samuel le extendió la petición para que la misma Estefanía Gulloso prologara su libro de cuentos La Princesa de los Elefantes que además ganó el Premio Literario de Cuento Infantil de la Fundación Niños de Barranquilla, después de muchas platicas tratando de colaborar juntos fue hasta el repunte de la tercera ola pandémica en verano de 2021, empezaron a desarrollar un proyecto a distancia para lograr un grupo de trabajo de estudiantes de nivel básico soltaran la pluma, echaran a volar la imaginación y enraizaran sus sueños. 

Taller de Escritura Creativa con estudiantes de nivel primaria de Margarita Bolivar, Colombia

En sesiones vía zoom estuvieron trabajando con estos estudiantes, de primera mano identificaron el nivel en el que se encontraban respecto a lectura y redacción, posteriormente lectura, juego de metáforas, asociación de ideas, creación de ambientes en torno a lo que les rodeaba y creación de personajes, posterior a esto, el propósito fue que estos niños descubrieran de manera lúdica figuras literarias, iniciaron con textos orgullosamente patasaladas como los de Elizabeth Estolano, siguieron con los relatos de Dámaso Murúa y así remataron con escritores colombianos más allá de la retórica garciamarquiana, y al haberse empapado en este tipo de contenidos, el ejercicio era desmenuzar los textos que ellos pudieran distinguir los personajes, contrapuntos, elementos perturbadores, los tipos de desenlaces y ellos pudieran desarrollar nuevas ideas y convertirlas en nuevas letras, en letras frescas, durante un año.

Una aventura de la que fueron participes inicialmente quince niños y que se multiplicó a más de doscientos estudiantes, escalando de primaria a secundaria, gracias al apoyo de la Municipalidad de Margarita Bolívar, se pudo editar un libro de mini ficciones. A esto le siguió la creación de videos tutoriales que se subieron a la plataforma de youtube. Y el resultado de todo lo anterior derivó en un concurso llamado “Margarita lee” donde se seleccionaron los mejores cuentos y estos a su vez fueran premiados.

En palabras de Samuel, la mayor satisfacción de este programa es ver como estos estudiantes ven a lectura como algo natural, aprenden que los libros no muerden, y que tengan una propia visión, forman criterio, trabajan su capacidad de asombro y descubren que todo se puede relatar y que esas nuevas habilidades desarrolladas los convierten en pequeños grandes narradores. Lo más curioso, desde la visión de Samuel es que no se encontró con historias incipientes, sino con trasfondos dignos de análisis afanoso, los pequeños creadores se fueron a fondo, ahondaron en quebrantos materiales, valores como el respeto, el amor en el sentido de la pérdida, la recuperación de la identidad, profundizaron en situaciones más íntimas, se quitaron de inhibiciones y lo plasmaron en papel. 

El esfuerzo de Samuel Parra por hacer de la lectura una actividad vital y necesaria, así como inyectar pasión y entusiasmo en la generación de nuevos narradores, ha sido reconocida y recompensada no solo por el Gobierno Colombiano, en 2015 fue nombrado como promotor de la Lectura y Escritor Versátil 2015, por la Universidad Brigham Young University, en Idaho, Estados Unidos; y tiene muchos años implementando desde el 2018 por invitación a la Maestra Estolano, el programa/taller “Sensibilidad latente”, de los cuales se han editado ya tres libros y a pesar de todos los esfuerzos, sigue existiendo un desinterés en este tema, sin embargo ellos no quitan el dedo del renglón, puesto que no buscan lisonjas, ni elogios, la satisfacción es saber que estudiantes de primaria de bajos recursos y en situaciones de familia complicadas, encuentran en los libros un refugio y un medio para afrontar su dura realidad. 

Es así como verdaderamente hay una reparación del tejido social. Algo que me sorprende y me llama la atención de este escritor orgullosamente mazatleco quien en 2021 recibió la Mención Honorífica por su novela En este país los muertos no hacen el amor, del Concurso Internacional Literario Agustín de Ramanes, en Chile y quien también escribe para la revista El Caimán Barbudo de La Habana, Cuba, es que, si bien, el dialoga entre simbolismos mórbidos y abunda en su literatura el realismo lúgubre, tenga un canal difusión de obras literarias para comunicarse con jóvenes y adultos, llamado “Nono el Cerdito Booktuber”, y con esta ardua y laudable labor de fomento a la lectura dirigido a ese segmento generacional, me queda claro cómo moraleja practica que aunque Samuel Parra explote esas realidades crueles y escabrosas, en él se encuentra encerrada la luminosidad y la claridad de un cuentista infantil del cual estaremos esperando leer el fulgor de sus relatos para niños y jóvenes. 

Conocí a Samuel Parra hace más de 27 años y hoy y de esta manera lo vuelvo a conocer.




Luis Roberto González Manjarrez

Es escritor, periodista, ensayista y promotor cultural. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Sinaloa, Máster de Literatura Mexicana Contemporáneo por la Universidad Autónoma Metropolitana. Autor de seis libros cuyas letras han sido premiadas en Estados Unidos, Colombia, Perú, Chile, España y La India. Actualmente es Embajador Cultural de Margarita, Bolivar en Colombia. Actualmente cursa la Maestría en Literatura Barroca Novohispana con enfoque en Sor Juana Inés de la Cruz.

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