La lógica de la luz

Horacio Cano Camacho

Hace un año, justamente el 5 de abril, escribí una reseña en este bufete negro sobre el primer libro en español, recién publicado en esos días, de la escritora siciliana Cristina Cassar Scalia, una oftalmóloga con una doble vida, la de personal sanitario de día y una potente escritora de novela negra de noche.

El libro en cuestión fue Arena negra, un excelente debut en el género. Yo comenté entonces que me parecía, con esta novela, una digna heredera de la tradición siciliana, representada, entre otros por Leonardo Sciascia, Andrea Camilleri y Santo Piazzese, entre otros, de la afamada corriente surgida en la isla. Y con este, su segundo libro en nuestro idioma, lo confirmo. Se trata de La lógica de la luz (Duomo, 2023), en donde continua los casos de la Subinspectora de la Policía Judicial de Catania, Giovanna Garrasi, mejor conocida como Vanina Garrasi.

Cristina Cassar Scalia

Luego de una muy buena carrera como responsable de la unidad contra el crimen organizado en Palermo, en la que se labró un gran prestigio, Vanina sale huyendo, asqueada de tanta porquería en la que deben entrar para frenar a la mafia y de la ruptura amorosa con el fiscal antimafia Paolo Malfitano y se refugia en Catania, a los pies del monte Etna, donde se hace cargo de la Unidad de Crímenes contra las Personas, algo más “tránquilo”.

En este, su segundo caso importante, se enfrentara a un rompecabezas muy extraño. A las cuatro y media de la mañana, dos amigos, el periodista Sante Tammaro y el pediatra Manfredi Monterreale, que han salido a la mar a practicar la “pezca con cándil”, miran en la costa, frente a la casa de este último, un hecho extraño, un auto con las luces atenuadas se para frente al acantilado y de el descienden dos hombres, uno de los cuales saca una maleta enorme y la lleva a la orilla, desde donde la arroja al vacio. Por lo extraño de la hora y el esfuerzo mostrado por el “cargador” y la dificultad de su arrastre, Sante deduce, con su experiencia de periodista, que debe tratarse de algo ilegal o criminal y deciden ir a mirar. Cuando llegan al lugar, observan que la maleta se ha quedado atorada entre las rocas y dada la hora y la posición del bulto, deciden esperar y por la mañana llamar a su amigo Carmelo Spanò, inspector de la policía.

Por la mañana, se recibe una extraña llamada en la Unidad de Crímenes, es una mujer, que evidentemente finje la voz, quien solicita hablar de manera urgente con la subinspectora Garrasi. Al tomar el teléfono, le denuncia la comisión de un crímen y le proporciona la dirección exacta donde se acaba de asesinar a una mujer y su cuerpo arrojado al mar. Vanina Garrasi llama, extrañada, a su colaborador de más confianza, Carmelo Spanò, quien casualmente ha sido convocado por sus amigos para contarle del hecho extraño de la madrugada y que concide con lo dicho por la voz anónima. Ese hecho despierta el interés de Vanina, que ordena investigar y se descubre que hay una maleta abierta en el acantilado; cuando esta es recuperada, solo uncuentran un teléfono muy dañado y manchas de sangre por todo el compartimiento, pero ningún cuerpo.

Una investigación más exaustiva les lleva a identificar también manchas de sangre en una casa vecina al hecho y que es arrendada por Lorenza (Lori) Iannino, joven abogada muy exitosa y colaboradora del despacho del letrado Elvio Ussaro, un abogado con muy malas relaciones y fama de hacer hasta lo ilegal con tal de ganar un caso. Esto pone sobre aviso a Vanina, que con su experiencia y su instinto, sospecha que allí hay algo muy serio, puesto de Lori es declarada desaparecida.

La investigación del entorno de la joven abogada muestra una doble vida y una serie de vínculos muy complejos con el mundo de la política y … los negocios turbios. Esto da comienzo a una investigación muy delicada y que va creciendo en ritmo y tensión a cada página.

Un aspecto muy interesante del estilo de Cristina Cassar Scalia es la naturalidad con la que fluyen sus historias, llenas de guiños al cine italiano, a la música, la moda, la comida… todo esto recuerda mucho a Salvo Montalbano y la influencia más que clara de Andrea Camilleri. Pero esto no es un defecto, sino una virtud, puesto que hace la lectura muy fresca. Como Camilleri, Cassar no se solaza en lo turbio del crimen, sino en el ámbito de las víctimas, la ciudad y las costumbres sicilianas, en donde van construyéndose los casos. Hay mucho sentido del humor y elegancia en el trato a los personajes, tanto del equipo de Vanina, como de las víctimas. Sin duda esta es una autora llamada a dar mucho, vayan a conocerla.


Horacio Cano Camacho

Profesor-Investigador de la UMSNH. Jefe del Departamento de Comunicación de la Ciencia y editor de la revista Saber Más. Le encanta leer casi todos los géneros, excepto de superación personal, coyuntura política y filosofía para triunfadores y buscadores del éxito. Le fascina la novela policiaca, de misterio y la novela negra, intenta sacar a varios del closet de la literatura del buen gusto. La novela negra dice le gusta porque allí los buenos suelen ganar…

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