Las pre-pre-precampañas de Morena

Beatriz Rojas

Todavía no habían renunciado las corcholatas y ya las ciudades del país comenzaban a inundarse de su insulsa propaganda. ¿Por qué Morena adelanta las precampañas? 

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece en su artículo 41 que las campañas presidenciales duran 90 días y las precampañas 60 y comenzarán en diciembre ¿La 4T violando la Constitución? No, claro que no, ¿cuándo hemos visto eso?, pero a mí no me vengan a decir que la ley es la ley, dijo alguien por ahí. 

Entonces, con este proceso de la aplicación de encuestas en las que ni el Partido del Trabajo cree -una encuesta “seria” y  no las de Morena, pedía la semana pasada el dirigente estatal, Reginaldo Sandoval-, Morena y sus aliados obtienen ya no 60, sino 130 días de precampaña o bien 150 días de campaña, como se prefiera ver. 

No es por su ambición desmedida, perdón, genuino interés por afianzar y mantener la Cuarta Transformación, que nadie sabe qué es. La razón es algo mucho más sencillo: hacer trampa en las elecciones y pasarse las leyes electorales por el arco del triunfo. 

Las ilegalidades y delitos electorales no son únicamente los que se cometen en las urnas, no consisten nada más en robar la papelería electoral, en amenazar con un arma de fuego a los votantes para que crucen el símbolo de determinado partido, llegar con las boletas marcadas, amañar los resultados, pagar votos o amenazar con retirar programas sociales. Eso también lo hacen, pero hay maneras más sutiles y de donde, además, salen impunes. 

Es el caso de las precampañas. Al hacer pre-precampaña, no hay quien les fiscalice los recursos que emplean, no sólo en el sentido de verificar que no se trate de recursos públicos o de procedencia ilícita, sino que no excedan el tope de gastos de campaña. 

Como todos recordarán, la legislación electoral establece topes de gastos de campaña, de tal modo que todos los precandidatos de todos los partidos políticos gasten exactamente lo mismo, para garantizar equidad en el proceso. 

No es así para Morena, que tiene oportunidad de hacer precampaña dos veces, aunque en realidad lo que buscan es hacer campaña dos veces ¿Cómo es eso? Pues una vez que realizaron su precampaña -digo, proceso interno para defender la 4T-, y eligieron a su candidato, entonces sí se vienen los tiempos de hacer precampaña, pero para entonces ya tendrán definido a su candidato, por lo que habrá un único precandidato (como en la última contienda en la que participó Andrés Manuel López Obrador). 

Si el partido va a elegir a su candidato de una lista en donde sólo aparece una persona, la precampaña es absolutamente innecesaria; sin embargo, ésta se lleva a cabo y el Instituto Nacional Electoral (INE) lo permite, con el argumento de que en ningún momento se está llamando al voto, sino que se trata de un mensaje exclusivo para la militancia de Morena ¿Y los demás nos tenemos que tapar los ojos o qué?

De acuerdo con la ley, el INE tendría que descontar del tope de gastos de precampaña un estimado de lo que el precandidato se haya gastado durante su precampaña anticipada, claro que esto ya no aplicará para las otras corcholatas, pues no todos son precandidatos a la presidencia, por lo que podrán hacer precampaña para otros cargos y ese dinero, voló. 

En este caso, la fiscalización se vuelve mucho más complicada y luego vienen los problemas por  no reportar adecuadamente las acciones y los gastos de precampaña y de pre-precampaña (si no pregúntenle al delincuente Félix Salgado Macedonio o a Raúl Morón Orozco).

En todo caso, para que se emitan sanciones que puedan llegar al retiro de una candidatura, tiene que haber alguien que se haya quejado, ya sea cualquier ciudadano o un militante de algún otro partido político, pues los organismos electorales no lo harán de oficio. 

Entonces, por un lado, Morena hace trampa al crear un periodo de precampaña anticipado y así extender su período de campaña, hace trampa al exceder su tope de gastos y además, no nos hagamos los que no nos damos cuenta, las corcholatas llevan meses haciendo campaña (una pre-pre-precampaña), porque si no qué explicación darle a los espectaculares y bardas en Michoacán con el nombre de la jefa de gobierno de la Ciudad de México. No tiene ningún sentido. 

Eso, por cierto, constituye una violación (otra más), a la Constitución de México, pues prohíbe la promoción personalizada de servidores públicos. Claro, eso nadie lo cumple. No hace falta tener una Suprema Corte de la Justicia de la Nación a modo para eso, ni una reforma electoral a modo, ni siquiera un INE a modo.

¿Y por qué lo pueden hacer? Pues una vez más, se valen del discurso, de los vocablos inventados que no significan nada y al mismo tiempo son eufemismos para violentar las reglas establecidas. 

En este caso, Morena argumentará que con estas múltiples encuestas al término de 70 días de… ¿campaña?, ¿precampaña?, ¿espectáculo?, ¿dispendio de recursos de dudosa procedencia?, no estará eligiendo a su precandidato, sino al “coordinador de Defensa de la Transformación”. Claro que ni los propios aspirantes han dejado de decir que lo que buscan no es coordinar la defensa de esa tontería que llaman transformación, sino ser candidatos a la Presidencia de México.  


Beatriz Rojas

Se desempeña como periodista y escribe como escritora, con formación en la facultad de Letras de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, pero opina como maestra en Políticas Públicas y doctorante en Ciencias del Desarrollo Regional, ambos por el Instituto de Investigaciones Económicas y Empresariales (UMSNH). Ha publicado cuento, poesía y narrativa, así como notas sobre derechos humanos, política y Congreso en algunos medios locales de cuyo nombre no quiere acordarse, y es parte del núcleo editorial de Regla de Tres.

Loading

También le venimos ofreciendo:

Danos tu opinión: