Los asesinos de la luna 

Gerardo Pérez Escutia

A finales del siglo XIX, el gobierno de Estados Unidos cambió sus políticas hacia los pueblos nativos que poblaban las grandes praderas y bosques del medio oeste del país, se decretaron leyes que confinaron en reservaciones y condados designados a las diversas naciones indias que vivían libremente en vastos territorios; al mismo tiempo, a mediados del siglo XIX, con el crecimiento de las ciudades industriales, y cuando el temor a las llamadas “clases peligrosas” sobrepasó al temor al estado, es que nacen los primeros departamentos de policía norteamericanos.

La nación de los indios Osage vivía en cientos de miles de hectáreas en lo que hoy son los estados de Oklahoma, Kansas y Texas, por decreto, se les confinó en Oklahoma en un condado que pasó a llamarse condado Osage, un condado que no era particularmente fértil en tierras, al contrario, tenía una orografía abrupta y pedregosa, por lo que las mejores tierras para agricultura y ganadería quedaron en manos de los colonos blancos. En 1906 les concedieron títulos de propiedad a los indios Osage con cláusulas de usufructo sobre el subsuelo, riquezas mineras y petroleras que pudieran existir en sus tierras.

David Grann

Este confinamiento y adjudicación de tierras fue el hecho seminal que selló el destino de la nación Osage, y que daría origen a lo que literalmente sería la gloria y el infierno durante las primeras décadas del siglo XX para su pueblo, y esta es la historia que da sustento a la novela que recomendamos en esta ocasión, en nuestra columna Bufete negro.

Se trata de Los asesinos de la luna (Penguin Random House, 2019) de David Grann (Nueva York, 1967), escritor y periodista en The New Yorker, ha publicado libros de gran éxito como Z, la ciudad perdida, El viejo y la pistola y este, su más reciente libro, es considerado por la prensa estadounidense como uno de los mejores de 2017, es de los más vendidos en Amazon y ha sido galardonado con el Edgar Allan Poe Award al best Fact Crime.

Esta novela entra por derecho propio en el genero True Crime y tiene muchos rasgos del Ethnic Noir, pero ante todo, es una obra monumental que describe algunos de los hechos más terribles (y menos conocidos) de la historia norteamericana reciente, cuyos ecos resuenan hasta la actualidad, sobre todo por la influencia que tuvo en leyes que se modificaron a raíz de los hechos aquí narrados, y por su impacto en la conformación del naciente FBI en la década de los años veinte del siglo pasado.

Al poco tiempo de habérseles dado la propiedad de las tierras del condado Osage, se descubrió que estaban asentadas sobre uno de los yacimientos de petróleo más grandes del país, esto significó una fiebre similar a la del oro del siglo anterior; abruptamente el condado Osage se convirtió en la Meca de aventureros, empresarios y pillos de toda índole, que buscaron de mil maneras beneficiarse de la riqueza que estaba bajo los pies de la nación india.

Las familias Osage eran propietarias de las tierras, pero no tenían ni los conocimientos necesarios ni la tecnología para implementar la extracción de petróleo, esto motivó la creación de un sistema de “arrendamiento” con base en subastas periódicas a empresarios petroleros que venían de todas partes del país, así las familias Osage recibían mensualmente cheques cada vez más grandes, provenientes de la explotación y venta del petróleo del que eran propietarios.

Al poco tiempo la comunidad india Osage llegó a ser la comunidad con el más alto ingreso percapita de todo EUA, esto los hizo blanco de cazafortunas de todo tipo, proliferaron los matrimonios interraciales, la presencia de abogados y “asesores” de todo pelaje dispuestos a “ayudarlos” en administrar la súbita riqueza, esta situación se agravó por el sistema de “tutelaje” existente en las leyes de EUA que con un enorme racismo consideraba que los indios, a pesar de ser legalmente propietarios de tierras y (en este caso) yacimientos petroleros, no tenían la capacidad ni conocimientos necesarios para administrar el dinero que producían, por ello, se les asignaba un “tutor” blanco, que era quien “administraba” el dinero del que podían disponer de su propio patrimonio, un sistema totalmente anacrónico y racista que invitaba al abuso como al despojo; además, en caso de que una india Osage se casara con un blanco, automáticamente el tutor y administrador pasaba a ser el marido.

Este era el caso de Mollie Burkhart, Burkhart por su marido de nombre Ernest, quien ya para el año de 1921 era una rica india Osage por las ganancias que le daban sus tierras en arrendamiento. El 24 de mayo, Mollie comienza a preocuparse por no saber nada de su hermana Anna Brown desde 3 días antes, se preocupa por ella porque aunque Anna era un poco “juerguista”, nunca desaparecía por más de un día, a Mollie la preocupación la agobia totalmente, pues, además, tiene muy presente la muerte de su hermana Minnie de una enfermedad muy “extraña”, tres años antes.

Una semana después de la desaparición de Anna, un hombre y su hijo que andaban cazando ardillas se encontraron con un cadáver putrefacto al fondo de un pequeño barranco, el cadáver resulto ser el de Anna y oficialmente se convirtió en el primer asesinato contra el pueblo Osage, ligado a su riqueza y propiedades.

A pesar de las limitaciones forenses se determinó que Anna había muerto de un balazo en la cabeza de una pistola de bajo calibre, se encargó la investigación al Sheriff Harve M. Freas, a quien se le conocía como el “terror de los bandidos” pero también se decía de él que estaba a las órdenes del terrateniente del pueblo, un torvo individuo llamado William K. Hale quien a su vez era tío del marido de Mollie.

La investigación no avanza —hay que decir que tampoco hay mucha voluntad de que avance—, la muerte de un indio Osage no preocupa mucho a las autoridades, sin embargo, para desgracia de la comunidad, la muerte de Anna solo es la primera, comienzan a aparecer más miembros de la tribu asesinados, por bala y envenenados, al grado que la alarma cunde y trasciende los límites del estado hasta llegar a Washington, en donde un jovencísimo Edgar Hoover acaba de ser nombrado director de lo que a la postre sería el poderoso FBI, Hoover ve en este caso la oportunidad de lucirse políticamente y probar las nuevas técnicas de investigación científicas que está tratando de implementar el Bureau of Investigation, designa a Tom White un antiguo ranger de Texas, encargado del Bureau en Houston como investigador principal en los crímenes de la comunidad Osage, dandole plena libertad para conformar un equipo multidisciplinario y libre de vínculos con empresarios, terratenientes o bandas que pululan en el condado Osage.

Comienza la investigación de Tom White, una investigación que pronto se convierte en un callejón sin salida y que al ir indagando a profundidad revelará una trama de alcances insospechados que involucra a autoridades locales e incluso a intereses de la capital del país, los crímenes no paran, y ya para 1926 es el caso más importante del Bureau, la presión por resolverlo viene tanto de la nación Osage, que ven como poco a poco mueren miembros de su comunidad mientras viven sumidos en la paranoia y el temor, y de los políticos que sienten que el caso ya se les salió de las manos.

La historia transcurre en una de las épocas más convulsas de la historia reciente de EUA, por un lado, la expansión hacia el Oeste de los colonos, la prohibición del alcohol con la explosión de las bandas traficantes, la pugna sin cuartel de empresarios y terratenientes por hacerse de los yacimientos petroleros, y la lucha del pueblo Osage por sobrevivir para poder mantener su idiosincrasia y tradiciones, y a la par, poder disfrutar como ciudadanos con pleno derecho de sus propiedades.

El autor nos entrega una historia de violencia, crimen y codicia en los albores del capitalismo salvaje que estallo en las primeras décadas del siglo XX, una historia exhaustiva y oceánica, llena de referencias históricas, que indaga tanto en el macromundo de la política, como en el micromundo de las tragedias íntimas y personales de una nación india, que nunca pidió ser considerada el “grupo étnico con mayor ingreso percapita del mundo”.

PS. Hace unas semanas se estrenó en el festival de Cannes, la película The killers of the flower moon basada en este libro, la película estar dirigida por Martin Scorsese, actúan Robert De Niro y Leonardo DiCaprio, la película promete llegar a ser de lo mejor de este año; un motivo más para invitarlos a leer esta magnífica novela.

Gerardo Pérez Escutia

Un sobreviviente a un colegio Marista y UMSNH, sus empleos han sido diversos, desde Bell Boy en una compañía de seguros, hasta “Country Manager” en una multinacional, pasando por veterinario, agente de ventas; encargado de turno en una “Comunidad Terapéutica” y microempresario. Ha vivido en Morelia, Uruapan, Culiacán, Ciudad de México y actualmente radica en Guadalajara, Jalisco.

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