Los misterios de la taberna Kamogawa

Gerardo Pérez Escutia

En nuestra búsqueda continua de novedades en el género negro, de vez en cuando encontramos historias que se salen de cualquier clasificación o incluso inauguran por sí mismas un nuevo género o subgénero literario. Creo, sin temor a equivocarme, que el libro que reseñamos en esta semana encaja perfectamente en este supuesto por su originalidad y su calidad literaria. Se trata de Los misterios de la taberna Kamogawa (Penguin Random House, 2023) de Hisashi Kashhiwai (Kioto, 1952).

Hisashi Kashhiwai es odontólogo y escritor, ha escrito numerosos libros sobre su natal Kioto y es un colaborador frecuente de televisión y revistas. Con esta novela se ha consagrado como un escritor superventas, inaugurando una serie que constará de ocho novelas y será adaptada para la TV.

Hisashi Kashhiwai

En la parte más tradicional de Kioto, se encuentra enclavada disimuladamente una “taberna” tradicional japonesa; nada indica su ubicación exacta, y solamente aquellos que realmente se interesan en encontrarla, ya sea para comer o para el “otro” servicio que ofrece la taberna logran localizarla. Hideji Kuboyama es un policía jubilado y finalmente ha logrado encontrar a Nagare Kamogawa, antiguo compañero suyo y ahora propietario de la misteriosa taberna.

Después de preguntar aquí y allá, Hideji da con un local anodino, sin ninguna señal o letrero que lo identifique como restaurante o taberna, solo al acercarse se ve invadido por los vapores de los intensos aromas de la comida tradicional japonesa que provienen del local.

Nagare y su hija Koishi, trabajan y administran la taberna como socios, atemperando la soledad que les acompaña desde la muerte de su esposa. Después de agasajar a Hideji con una selección de lo mejor de su comida, pasan a la parte posterior de la taberna en donde tienen el despacho de su verdadero “negocio”, la oficina de Investigaciones Gastronómicas”.

Koishi interroga a Hideji sobre lo que busca, y él relata con gran nostalgia su añoranza por un platillo que cocinaba su difunta esposa muchos años atrás, del cual no ha vuelto a probar otro igual a pesar de ser un platillo popular en Japón. Se trata de un nabeyaki-udon, platillo que lleva: fideos udon, pollo, puerro, surimi de pescado, tostaditas de pan, setas shiitake, tempura de langostino y huevo, Hideji detalla todo lo que recuerda sobre cómo lo preparaba su esposa, desde donde compraba los ingredientes, hasta cualquier detalle de algún condimento o sazón que contribuía al sabor tan peculiar que tanto extraña. Koishi toma nota de todo, y le pide que regrese en dos semanas, mientras ella y su padre investigarán todo lo necesario para poder reproducir el platillo inolvidable de Hideji, preparárselo, y así quede satisfecho con la investigación.

La novela se divide en seis historias, cada una referente a un platillo y a los clientes-comensales, que solicitan sus servicios para que se los preparen como ellos los recuerdan o idealizan, por diferentes razones, pero todos con una gran nostalgia por lo que representó en sus vidas un platillo especial que les hace evocar a alguien o un momento específico (incluso un platillo comido 50 años atrás). Así, Nagare y Koishi Kamogawa, son mucho más que cocineros o detectives, se convierten en psicólogos y arqueólogos gastronómicos, para lograr reproducir lo que sus selectos clientes les solicitan.

La historia se desarrolla como un delicioso recorrido por la comida tradicional japonesa, su espíritu y cultura; el cuidado en el detalle con el que tratan y conservan su gastronomía, y todo lo que hay alrededor de ella: utensilios, colores, sabores, y la fuerza simbólica de todo ello; el peculiar carácter de esta nación y su respeto por las tradiciones.

En esta novela, “los misterios” son los platillos, y la investigación minuciosa y detectivesca que realizan Nagare y su hija para poder recrear lo que les piden sus clientes. Las investigaciones los llevan a los orígenes de los platillos, a las peculiaridades casi imperceptibles en el sabor de un ingrediente dependiendo de su procedencia, o temporada de cosecha. El autor nos introduce en un mundo melancólico en donde cada sabor, color, o esencia cobra significado, y donde la obsesión por el detalle es motivo de orgullo y respeto. Definitivamente, al leerlo nos obliga a tomar una pausa para reflexionar en lo mucho que importa en nuestra educación sentimental, un sabor, un olor, un recuerdo; que, en definitiva, son los detalles que apuntalan nuestra historia y que a su vez dan sustento a la memoria que nos hace ser quienes somos.

Este libro es una bocanada de aire fresco entre tanta violencia; una historia íntima y entrañable que recomiendo totalmente.

Gerardo Pérez Escutia

Un sobreviviente a un colegio Marista y UMSNH, sus empleos han sido diversos, desde Bell Boy en una compañía de seguros, hasta “Country Manager” en una multinacional, pasando por veterinario, agente de ventas; encargado de turno en una “Comunidad Terapéutica” y microempresario. Ha vivido en Morelia, Uruapan, Culiacán, Ciudad de México y actualmente radica en Guadalajara, Jalisco.

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