Sobre “Luz artificial” de Isis Olaya

Ángel Hurtado

La primera vez que me dio migraña tenía 10 años y no conocía las palabras suficientes que lograran explicar de forma acertada esa experiencia de náuseas, mareos, vómito, dolor punzante en la cabeza y, sobre todo, un montón de luces rebotando por todas partes sin importar hacia dónde mirara. La incapacidad de hacer casi cualquier cosa, la pérdida de equilibrio, la irritación desbordada, y la nula tolerancia a casi cualquier cambio de luz. Desde entonces he tenido que aprender a convivir con ella. Con el paso del tiempo, he aprendido algunas cosas sobre la migraña:

1, que debo tratar de mantener la calma

2, que no debo intentar arrancarme la cabeza

3, que debo tener cuidado de no quedarme dormido ya que podría resultar fatal (aunque para ser sincero casi siempre me quedo dormido)

4, que lo mejor es que alguien me acompañe a casa y me cuide, en su momento lo hicieron mi madre, mi abuela, ya mayor, casi a todos mis amigos les ha tocado, alguna vez, cuidarme cuando me da migraña, dos veces a N, seis a P, una a R, tres a A y M. 

5, que una vez que el proceso de la migraña inicia no hay nada que pueda revertirlo, y

6, quizá la más importante, aprendí a definir cómo se siente: la migraña es como estar en estado de ebriedad, con resaca, y al mismo tiempo, como si acabaras de boxear con Julio César Chávez, nunca he boxeado con Julio César Chávez, pero me atrevo a asegurar que se siente igual.

A P, N, A, M Y R, al igual que ellos a mí, me ha tocado cuidarlos en estado de ebriedad, acompañarlos cantando con un trago, limpiar sus lágrimas con una servilleta, abrazarles mientras trato de decir que todo va a estar bien, detenerles el cabello, caminar juntos a casa durante la madrugada y, sobre todo, leerles.

No logro recordar cuándo empecé a leerles en las fiestas, pero lo hago casi siempre, en el momento justo en el que todos estamos en la misma sintonía y todavía puedo leer sin que las letras se muevan por toda la hoja. En la última fiesta les leí “márgenes” y “huella luminosa», N, Z, O y P lloraron. Hemos decidido hacer una videollamada con R, hace ya casi seis meses que R se fue a trabajar a Estados Unidos, mirarnos y brindar a través de una pantalla no es una buena experiencia, pero al menos nos acerca un poco mientras esperamos su regreso. P ha sido vencida por el peso de su existencia, sé que mañana estará arrepentida de haber combinado varios tipos de alcohol y de haber llorado frente a todos, pero yo estaré ahí, recostado a su lado para decirle que todo está bien cuando despierte.

La última vez que R estuvo en una fiesta antes de irse al norte a mí me llovía sobre mojado. Esa noche salí de casa para alcanzarlos en el bar de siempre, unas calles antes de llegar me detuve a mirar el letrero luminoso del Hotel Plaza, lo recuerdo siempre igual, como parte del paisaje urbano, con la letra e, y las dos eles fundidas “HOT   P AZA” sugerente luz artificial. Al llegar al bar las luces verdes, rojas, y azules cambiaban los tonos de mi piel, P no está, en ese momento creí que P no volvería a estar y nos vi en ese mismo lugar meses atrás, con las luces verdes, rojas y azules sobre su piel, ella sentada en mis piernas y la eterna promesa de la luz, siempre cálida. He recordado que salimos de allí de madrugada y nos fuimos caminando a casa, buscando a ratos un poco de oscuridad para besarnos, y sobre todo buscando esa seguridad que dan las luces por la noche, si es que todavía se le puede brindar seguridad a la luz. Antes de llegar a casa pasamos debajo de una lámpara con sensor que se encendió al sentirnos, supe entonces que existía.

Esta noche algo ha cambiado, pienso en Julio y la luz llueve, pienso en Carla y algo dentro de mí se apaga. Camino con luz en mi mano, las calles están solas, mis amigos no pudieron acompañarme hoy, P está enferma. Si todo marcha bien, R regresará la próxima semana, tendré para él un poco de luz artificial, una huella luminosa, tendremos una gran fiesta y terminaremos en la cueva de chucho comiendo tacos de médula, iré a trabajar sin haber dormido y con resaca, no será la primera vez ni la última. Antes de llegar a casa paso por debajo del foco con sensor, pero esta vez no se enciende, dudo entonces de los márgenes de mi existencia. Un coche viene frente a mí y el cambio de luces me ha encandilado, no hay remedio, me está empezando a dar migraña. 

Isis Olaya (Zitácuaro, Michoacán, 1995) Estudió la Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas en la UMSNH. Es autora de Luz Artificial (Hipertexts Ediciones, 2020). Obra suya forma parte de la antología del tercer Encuentro Nacional de Poetas Jóvenes Ciudad de Morelia 2017 y el Encuentro Internacional de Poetas Zamora, emisión 2019 y 2020. Ha sido becaria interfaz-Guanajuato 2018 y miembro de Promoción y Difusión de las Letras Michoacanas. Fue becaria del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) Michoacán 2018-2019. Actualmente estudia la maestría en Estudios Críticos del Lenguaje en la Universidad de Guadalajara.

Yuritzi Ávalos, (Morelia, Michoacán,1999). Ha sido integrante del Tercer Encuentro Universitario de Jóvenes Escritores en Morelia en el mes de mayo de 2019 y del Cuarto Encuentro de Mujeres Escritoras en Michoacán en diciembre del mismo año, además ha sido publicada en la antología Sembramos Palabras Mujeres poetas en Michoacán; cuenta con un podcast de su trabajo poético en el BiblioCast del Centro de Documentación e Investigación de las Artes de SECUM, publicado también en la Secretaría de Cultura Federal en su página web “contigo en la distancia”, fue participe del programa “Mujeres en la literatura” de la Secretaría de Cultura de Morelia en los años 2020 y 2021, además de formar parte del Primer Festival de Poesía Joven: Michoacán escribe, en mayo de 2022. Participó en el curso virtual de Cuento Fantástico de la Escuela de Escritores “Ricardo Garibay” en julio de 2020, adicionalmente otros más de Literatura Fantástica y de Literatura en la Gastronomía. También se desempeña de manera independiente como gestora cultural por lo que ha realizado el Festival poético/musical de fin de año volumen I y II, desde el año 2020, así también distintas colaboraciones poéticas y experimentales con artistas independientes.




Ángel Hurtado

(Morelia 1999) egresado de la licenciatura en Lengua y Literaturas hispánicas por la UMSNH, librero y promotor de lectura.

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