Soleà

Gerardo Pérez Escutia

Fabio Montale, un ex comandante de la Brigada de Vigilancia de los Sectores en el norte de Marsella, retirado desde hace tiempo, pasa sus días rumiando el recuerdo del abandono de Lole (su gran amor), entre el bar de su amigo Hassan y sus salidas en barca al mar, únicos lugares en donde encuentra un poco de reposo y el olor a muerte lo abandona, cuando menos por un rato.

Babette Bellini es una joven periodista francesa, vivió un tiempo en Marsella donde conoció y tuvo una fugaz aventura con Fabio, en sus trabajos de periodismo conoció a Gianni Simione, un abogado italiano que la flechó y que la sedujo al involucrarla en sus investigaciones sobre la Mafia, lo siguió a Roma, dejándole a Fabio solo un recuerdo agridulce.

Fabio, como todas las tardes, se refugia en el bar de Hassan, en donde al pasar las horas van de la música de Leo Ferré a los acordes melancólicos de la trompeta de Miles Davis, y a golpes de pastis desgranan recuerdos, en ello andan cuando entra en escena Sonia, una guapa mujer madura, también asidua al bar de Hassan y el flechazo no se hace esperar, se acumulan las copas, cambian del pastis al whisky, la noche avanza y… Fabio no recuerda más.

Al día siguiente despierta desnudo en su casa, con una resaca descomunal y un vago recuerdo de qué pasó la noche con Sonia. Comienza a sonar el teléfono y una voz “asquerosa” lo termina de despertar, le pregunta por la “remueve mierda” de Babette Bellini y le ordena ominosamente que la encuentre pues “tiene cosas que le pertenecen”; al colgar Fabio entiende qué hay una amenaza que debe tomar en serio, de Sonia solo encuentra un recado en su buró, donde le pide que le llame por la noche.

Jean Claude Izzo

Así nos introduce el autor a la novela que recomendamos esta semana, se trata de Soleá (Ediciones Akal, 2005) de Jean Claude Izzo (Marsella, 1945-2000), de Jean Claude Izzo, un exitoso escritor de novela negra que en sus inicios incursionó en la poesía, su éxito llegaría con la publicación de la trilogía Marsellesa de Fabio Montale; alternó su oficio de escritor con el de periodista y militante del partido comunista francés, su obra se ubica siempre en su amada Marsella, convirtiéndose en un agudo critico y conocedor de los vínculos de la delincuencia con el poder político.

El tono de la llamada le dice a Fabio que la debe tomar en serio y a su pesar comienza a indagar el paradero de Babette, descubre que ya no está en Roma y que su ex pareja, con quien se fue a Italia, el abogado Simone, fue asesinado, todas las alarmas se prenden en Fabio, deduce que quien busca a la periodista es la mafia; todos los recuerdos de muerte y tragedia de su vida pasada se le echan encima, a su vez le escuece el recuerdo de Sonia y la promesa de verla le impide perderse en el desánimo y mandarlo todo al carajo.

Después de llamar a Sonia infructuosamente y no obtener respuesta, averigua su dirección, va a su casa y se encuentra con la policía y una escena espantosa, Sonia ha sido asesinada, la degollaron al más puro estilo de una ejecución mafiosa.

La mañana siguiente lo despierta el timbre del teléfono, y la misma voz le dice que la muerte de Sonia fue solo un mensaje para que tomara en serio la petición de encontrar a Babette, y le amenaza con acabar con todo aquel que fuera cercano o querido por Fabio hasta que les entregue o les haga saber el paradero de la periodista.

A Fabio lo contacta la comisaria Pessayre—encargada de la investigación de la muerte de Sonia— quien intuye que Fabio está en el centro de todo, y a regañadientes, Fabio acepta colaborar y aplazar el deseo de venganza que ya se ha adueñado de él.

El ritmo de la historia se acelera en la búsqueda de Babette y en averiguar que es lo que descubrió y que está buscando la mafia, se van sucediendo más muertes de allegados a Fabio, llevándolo a un estado de desesperación extremo por la culpa que le generan los crímenes.

Poco a poco se va descubriendo que la investigación de Babette la llevó a tener pruebas del funcionamiento de las redes de lavado de dinero de la mafia italiana en el sistema bancario francés, con la complicidad de altos funcionarios, información explosiva, comparable a la que condujo a los macro procesos italianos en donde se descabezó a la Cosa Nostra y se llevó a la cárcel a cientos de personas.

La ciudad de Marsella se convierte en el escenario donde ocurre todo, búsquedas, investigación, crimen, y al avanzar la narración se nos revela una ciudad entrañable, multicultural, de contrastes, llena de cicatrices de los agravios a los que la han sometido los poderes de siempre; como buen habitante de la costa del Mediterráneo, Fabio es un sibarita que degusta la comida del mar y no escatima en buenos vinos para acompañarla, así la historia se puebla de sabores, olores y conversaciones que nos sumergen en las entrañas de Marsella y que dan un contexto ideal a una trama que va subiendo en intensidad y en crudeza.

A ratos, la historia deja de ser una novela negra y se convierte en una reflexión sobre la soledad, el abandono, la vejez y el significado del amor, la narración se puebla de personajes quebrados, lastrados de tragedias y engaños que de una manera u otra buscan seguir adelante, con la dosis de orgullo que le queda al vencido, al que ya no tiene nada que perder.

Al fin, Fabio encuentra a Babette, quien está oculta en una estancia en el campo, y se revela el tamaño de la investigación que logró hacer la periodista y las repercusiones policíacas y políticas que tiene, se dan cuenta de que no pueden confiar en nadie (ni en la policía) y se abocan a encontrar a los asesinos antes de que encuentren a Babette, y a que Fabio pueda vengar la muerte de Sonia.

El autor nos brinda una obra entrañable, donde el peso de los personajes y su carga emotiva se sobrepone a la trama, nos presenta un espejo de una sociedad corrompida hasta la médula, donde la vida humana pierde todo valor, pero en donde aún hay lugar para la amistad, el amor y la compasión, sentimientos que quedan como un resabio al final de una novela dura y trepidante, que no nos deja indiferentes en ningún momento, y que perdurará por mucho tiempo en nuestra memoria.

Muy recomendable.



Imagen de portada por Julian Hacker en Pixabay


Gerardo Pérez Escutia

Un sobreviviente a un colegio Marista y UMSNH, sus empleos han sido diversos, desde Bell Boy en una compañía de seguros, hasta “Country Manager” en una multinacional, pasando por veterinario, agente de ventas; encargado de turno en una “Comunidad Terapéutica” y microempresario. Ha vivido en Morelia, Uruapan, Culiacán, Ciudad de México y actualmente radica en Guadalajara, Jalisco.

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