Un territorio oscuro

Gerardo Pérez Escutia

Últimamente nuestras reseñas se han poblado de autoras y personajes femeninos, esto no es más que un reflejo del rumbo que está tomando la narrativa y en particular la novela negra, cada día las mujeres tienen más protagonismo y lo celebramos, pues las historias narradas o protagonizadas preponderantemente por ellas adquieren una singular riqueza emanada de los matices y colores de la cosmovisión femenina, los detalles cobran mayor protagonismo y su sensibilidad otorga profundidad como una cierta ternura a los relatos, que en el mundo masculino a menudo no son tan frecuentes.

La novela que recomendamos en esta semana es Un territorio oscuro (Editorial R.B.A. 2011) de Val McDermid (1955, Kirkaldy). Esta autora es una escritora originaria de Escocia, en sus inicios fue periodista pero siempre quiso ser escritora de novelas, hizo sus primeros trabajos en la literatura como autora teatral y posteriormente se pasó a la novela negra, que era el género que más disfrutaba como lectora y donde ha publicado varías obras creando un personaje icónico, la inspectora Karen Pirie, policía escocesa.

Val McDermid

Karen Pirie es una mujer de fuerza y determinación, sobrelleva los inicios de su mediana edad mientras comienza a resentir los estragos del tiempo por cierto sobrepeso además de una soltería que ya no es tan llevadera. Como policía goza de un prestigio ambiguo ya que recientemente encabezó una investigación de asuntos internos que llevó a la cárcel por homicidio y corrupción a su anterior jefe, este prestigio es a ratos una maldición, pues un amplio sector del departamento de policía la ve con mucha desconfianza, algunos compañeros se niegan a colaborar con ella y por ello se ve relegada al departamento de “crímenes sin resolver”, donde se le considera menos “peligrosa” para el departamento en su conjunto.

Al despacho de la inspectora Karen llega una joven angustiada denunciando la desaparición de Mick Prentice (su padre), Karen decide asignar el caso a la brigada criminal pero cambia de opinión cuando se entera de que la desaparición ocurrió más de 20 años atrás, la joven está desesperada por encontrar a su padre, el único donador compatible con su pequeño hijo que sufre una enfermedad terminal, por lo que ante la urgencia del caso y que la desaparición ocurrió hace muchos años, la inspectora Pirie decide tomar la investigación como un “crimen sin resolver” y pone a su equipo en manos a la obra.

Paralelamente, un viejo noble escocés y millonario es abordado por la periodista Bel Richmond, una estrella en ascenso del periodismo, quien le asegura que tiene pruebas encontradas en la Toscana italiana que pueden ayudar a resolver el enigma de la desaparición de su nieto, desaparecido a raíz de un secuestro que acabó mal hace 20 años atrás.

Sir Broderick Maclennan Grant vive aislado del mundo en su castillo y a pesar de ser el segundo hombre más rico de Escocia rara vez se le ve en público, vive obsesionado por encontrar a su nieto perdido y a los responsables de la muerte de su hija hace 20 años, la irrupción de la periodista que ofrece pruebas verosímiles reaviva en él la llama de la venganza y la de la esperanza, por lo que decide mover todo su poder e influencias para localizarlo y castigar a los culpables, está decidido a no cometer los errores de hace dos décadas, así que se da a la tarea de conseguir al mejor policía para la investigación, se entera del prestigio de Karen Pirie y habla con sus jefes para que se reabra la investigación y le asignen el caso.

La inspectora Karen descubre que Mike Prentice (el padre desaparecido), es un ex minero y líder sindical que desapareció durante las huelgas de mineros en Escocia en los años ochenta y que significaron la ruptura del movimiento sindical con el gobierno de Margaret Thatcher, lo que llevó a numerosas familias a la ruina económica y que marcaron a los distritos mineros indeleblemente.

La imposición de indagar prioritariamente el caso del millonario Maclennan Grant, enoja a la inspectora, quien decide darle más importancia a la localización del desaparecido de hace 20 años atrás, sin embargo, algo le dice que ambos casos se relacionan. Paralelamente, el millonario, un hombre acostumbrado a manejar los hilos y a siempre conseguir lo que se propone, encarga a la periodista que le llevó las pruebas a seguir indagando en la Toscana italiana pues no confía del todo en la policía escocesa.

La autora nos narra dos historias paralelas, en una la inspectora Karen Pirie hace sus indagaciones y en otra la audaz periodista Bel Richmond descubre en la Toscana una historia enigmática que justo remite a los días del secuestro del nieto del millonario, ambas van armando las piezas de sus rompecabezas sin saber lo que la otra tiene y sin saber que no son dos rompecabezas sino uno solo con más ramificaciones e historia de lo que se imaginan, por lo que al avanzar la trama, nosotros como lectores nos preguntamos ¿cuándo se enterarán ambas de que lo que tienen es complementario?

Por su parte, el hilo de la investigación de la inspectora la lleva a los álgidos días de las huelgas mineras, donde la escritora hace una magnífica reconstrucción de esos duros momentos como lo que significaron en la vida de las comunidades, como la cohesión comunitaria que les daba el trabajo compartido en las minas se fue erosionando por las huelgas y los esquiroles, quebrando el entramado social y dividiendo fatalmente a las comunidades.

El relato se hace más complejo al narrarse en dos tiempos, los ochenta y la primera década de este siglo, surgen múltiples personajes y subtramas que revelan un mundo plagado de rencores no resueltos y de corrupción policíaca. Con un gran oficio la autora indaga en los recovecos de la naturaleza humana mostrándonos lo banal e impredecible que puede ser un crimen: una persona que nunca se ha planteado matar a nadie, inesperadamente lo hace, por miedo o por motivos circunstanciales.

La historia es cautivante por los múltiples misterios y caminos que nos hace transitar, a la vez es un magnífico relato de la vida en las comunidades mineras de Escocia, nos lleva a sentir su incertidumbre y coraje ante la miseria a que los sometió el gobierno de Thatcher, todo esto en su afán por doblegar su huelga, también nos hace constatar los hilos de solidaridad comunal que surgieron y que les permitió sobrevivir; sin duda una historia muy sensible y a la vez un magnífico relato de misterio que nunca revela plenamente sus cartas y que disfrutamos profundamente.


Gerardo Pérez Escutia

Un sobreviviente a un colegio Marista y UMSNH, sus empleos han sido diversos,: desde Bell Boy en una compañía de seguros, hasta “Country Manager” en una multinacional, pasando por veterinario, agente de ventas; encargado de turno en una “Comunidad Terapéutica” y microempresario. Ha vivido en Morelia, Uruapan, Culiacán, Ciudad de México y actualmente radica en Guadalajara, Jalisco.

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